domingo, septiembre 27, 2020

Soñando con anillos

¿Como sería unos hipotéticos anillos de la Tierra?

Son la seña de identidad de Saturno, brillantes y de una belleza que casi resulta hipnótica, y también existen en los otros mundos gigantes exteriores, aunque mucho más tenues y oscuros. No en los mundos terrestres, aunque técnicamente nada impide que hubieran existido en algún momento, especialmente en Marte y la Tierra, donde algunos estudios indican que podrían haber estado presentes en ciertos momentos de su historia, aunque de forma fugaz. 

Pero hagamos un ejercicio de imaginación. Como podrían ser una anillos de la Tierra viables? Cuales serían sus características? Y que efecto tendría sobre nuestro planeta? Como afectaría a nuestra visión del mundo y nuestra forma de interpretar la realidad? Vamos a ello.

1) Nada de hielo: Evidentemente, al estar tan cerca del Sol, debería ser de partículas o pequeñas rocas, ya que cualquier hielo se sublimaría al quedar expuesto a la luz solar. Aún así, esa misma cercanía haría que resultaran, pese a ello, muy brillantes. Solo hay que ver La Luna, que solo refleja en 12% de la luz, y lo deslumbrante que resulta en su fase llena. El concepto "noche" sería algo difuso para los habitantes de ciertas latitudes.

2) Más cerca que la Luna: Los límites de su extensión estaría limitado por diversos factores. Su limite interior no podría estar más cerca, según los cálculos realizados, de los 1.000 kilómetros, justo en el exterior de la termosfera, ya que cualquier partícula por debajo de eso terminaría siendo arrastrada por la fricción atmosférica.  Y su limite superior no podría ir más allá de 11.850 kilómetros, fuera del llamado Limite de Roche, donde las mareas gravitatorias impedirían que el material se uniera formando lunas.

3) Lunas pastoras: Difícilmente los anillos podrían sobrevivir sin la existencia de estas pequeñas lunitas, que en las de Saturno se encargan de mantener los bordes controlados y definidos, dando lugar a las formas tan precisas que conocemos. Los terrestres necesitarían algo parecido, que desde la superficie parecerían una procesión de brillantes perlas de luz. 

4) Sombra: Según la hora, estación y latitud del observador, este podría observar claramente la circular silueta oscura de la Tierra proyectada sobre el blanco lienzo. De la misma forma los anillos proyectarían su sombra sobre la superficie, que cambiaría dramáticamente según la estación y latitud, y en el equinoccio, por ejemplo, desde el ecuador se tendría una sobrecogedora imagen de los anillos "partiendo" por la mitad al Sol, y la mitad del mundo sumergido en la oscuridad.

5) Clima: La sombras de los anillos podrían llevar a Inviernos más fríos y severos, al bloquear parte de la luz solar. Por otro lado la luz reflejada daría una iluminación extra a amplias zonas del mundo, lo que también implicaría un clima muy diferente. No se tiene claro este punto, pero lo único cierto es que el parte meteorológico sería mucho más complejo.

6) Mitologías: Las religiones nacieron como una forma de dar sentido al mundo y a todos los elementos que nos rodeaban, desde el cielo y las nubes a los vientos, mares y volcanes, tormentas y terremotos, a las estrellas del cielo y la oscuridad de la noche. Y en un mundo con anillos, que lucirían espectaculares en el firmamento, es difícil imaginarlos sin tener un papel central en cualquier mitología. Seguramente nuestras creencias actuales no serian las mismas.

7) Guías: Durante milenios navegantes y exploradores, invasores y emigrantes, utilizaron el firmamento para guiarse y tener una idea de su posición en un mundo aún por explorar. Desde la posición del Sol a la de algunas estrellas. Pero los anillos implicarían un elemento diferente y mucho más poderoso, que lo haría todo más sencillo. Quizás una Tierra con anillos habría visto movimientos humanos más amplios y tempranos con estos como guías.

Es solo un ejercicio de imaginación, de lo que pudo ser pero no fue, o quizás de lo que si fue en tiempos pasados. Además, la presencia de nuestra gran Luna quizás limitaría el tiempo de supervivencia de estos hipotéticos anillos. Pero ser capaces imaginar y soñar con lugares que no existen es lo que nos hace ser lo que somos.

Soñando con Tierras que no fueron.

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