Nuestra visión en profundidad se basa en le hecho de tener dos ojos, cada uno de los cuales ofrece una imagen desde ángulos ligeramente diferentes del mismo objetivo, lo suficiente como para que nuestro cerebro, al combinar ambas, nos dote de la capacidad de ver nuestro entorno en 3 dimensiones. Es una ventaja evidente a la hora de interactuar con el entorno, y por ello todas las formas de vida lo suficientemente complejas han evolucionado para tener dos, o en algunos casos, como en los insectos, múltiples ojos, pero no encontraremos a ninguna con uno solo. No es útil, y por eso la evolución lo dejó atrás, si es que existió en algún momento. Solo criaturas mitológicas, como el Cíclope heleno, soportan ese inconveniente.
¿Y si pudiéramos transferir esa misma ventaja para estudiar el Sol? Y si dos observatorios fueran capaces de monitorizarlo desde ángulos diferente al mismo tiempo, permitiendo así un estudio en profundidad de nuestra estrella? Esa era la idea que impulsó el proyecto STEREO (Solar and Terrestrial Relations Observatory), cuyas dos integrantes fueron lanzadas un 26 de Octubre de 2006. Después de un encuentro con La Luna, de la que utilizaron su campo gravitatorio para romper sus cadenas con la Tierra, cada uno de ellas tomó caminos opuestos. STEREO-A (Ahead) se situó en una órbita solar ligeramente más pequeña que la terrestre, y por tanto con una velocidad de traslación ligeramente superior, por lo que se fue separando de nuestro mundo lentamente. Lo mismo que STEREO-B (Behind), pero en su caso de forma opuesta: Con una órbita algo más grande, se movía más lentamente que la Tierra, que la fue dejando atrás.
Así, cada una en una dirección, comenzaron su alejamiento, y al mismo tiempo, la observación del Sol como nunca se había hecho antes, desde una perspectiva única (la mayoría se encuentran en órbita terrestre o en sus puntos de Lagrange), y de forma simultanea desde ángulos diferente. El Sol, por primera vez, adquiría auténtica profundidad. Desde ese día las STEREO incluso se han cruzado al otro lado de nuestra estrella y actualmente A se va aproximando lentamente a la Tierra de nuevo, mientras esta, poco a poco, está atrapando a B. Con ello nos han ofrecido visiones imposibles para los observatorios terrestres, y con ello han revolucionado la ciencia solar. Y siguen haciéndolo.
Las STEREO fueron diseñadas inicialmente para dos años de operaciones, teniendo como meta puntos situados alrededor de 45 grados (una octava parte de la órbita total de cada una) de distancia de la Tierra. Pero pronto quedó patente que cuanto más se separaran, más se aprendería sobre la actividad solar y su influencia en el espacio que lo rodea. Al proporcionar vistas simultánea, permitieron a los astrónomos observar como se desarrollaban las erupciones solares a lo largo del tiempo, en lugar de estar limitados al momento en que hacían acto de presencia en el hemisferio visible, dando además múltiples perspectivas de cómo se propagan hacia el exterior. Ese fue el caso de una potente CME ocurrida en Julio de 2012, que STEREO-A pudo observar "de frente", mientras STEREO-B lo hacia lateralmente. Esto, combinado con las observaciones desde la Tierra, permitieron reconstruir su nacimiento, expansión y evolución como jamás habríamos podido hacer sin ellas. Es solo un ejemplo, porque es algo que no han dejado de hacer a lo largo de esta década.
Esta aniversario llega en un momento delicado. STEREO-A continúa trabajando a pleno rendimiento, pero STEREO-B, después de unas pruebas para preparar su conjunción con el Sol, quedó en silencio en 2014. Casi dos años después, el 21 de agosto de 2016, los operadores de la misión lograron finalmente retomar el contacto, y este sigue hoy día de forma intermitente, suficiente para tener información sobre el estado de la batería, su posición en el espacio, su velocidad y su giro, y los intentos de recuperación continúan. "Los retos para una recuperación exitosa son muchos", explica Dan Ossing, el gerente de operaciones de la misión STEREO en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins ."Es un proceso gradual que sigue evolucionando, y podría tomar meses o incluso años. Pero sabemos lo suficiente del estado de la nave para que estos intentos de recuperación merezcan la penas. Solo tenemos que ser pacientes".
Ojalá así sea. Sería la mejor manera de celebrar esta fecha señalada. Pero incluso si al final la recuperación de B no se lograra, el éxito de la misión STEREO es absoluto. Ellas nos abrieron las puertas a un Sol como nunca antes habíamos visto, y solo por ello merecen ser recordadas.
El largo viaje de las STEREO.
Un ejemplo de lo que implica tener diversas sondas observando el Sol de forma simultanea y desde diversos puntos de vista. Esta imágen muestra a nuestra estrella 31 de Enero de 2011, generada a partir de las imágenes de las STEREO y del Solar Dynamics Observatory, en toda su extensión y prácticamente abarcando todo el globo.
STEREO: 10 Years of Revolutionary Solar Views
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