jueves, octubre 27, 2016

Belleza por triplicado

El Observatorio ALMA nos brinda la imágen de un sistema estelar triple en plena formación.

Se diseño, financió y construyó a lo largo de varias décadas, lentamente, piedra a piedra, o en este caso, antena a antena. Un proyecto colosal tanto por la magnitud como por donde se encuentra, en las alturas de llano de Chajnantor, en el desierto de Atacama, a 5.000 metros por encima del nivel del mar. Muchos, incluido el que aquí escribe, tendrían que esforzarse solo por seguir respirando. Ya no hablemos de transportar 66 antenas de grandes dimensiones hasta ese lugar apartado, instalarlas y asegurarse de que todo funciona como debería. Pero se hizo, en una proeza que merece la alabanza generalizada para todos los implicados.

ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), nació con la promesa de revolucionar nuestra visión del Universo con el trabajo conjunto de sus 66 radiotelescopios, trabajando como uno solo (dando lugar a lo que conocemos como un interferómetro), abriendo la Bóveda Celaste a las longitudes de onda milimétricas y submilimétrica. Entre sus innumerables metas, vislumbrar la formación de las estrellas en los albores del universo y obtener imágenes extremadamente detalladas de estrellas y planetas en proceso de nacimiento. Y en esto último ALMA nos regala la vista con esta imagen increíble. Porque lo que se muestra en ella es un sistema estelar triple en pleno proceso de nacimiento. Cada una de las manchas luminosas es una de las proto-estrellas, rodeadas a su vez de un disco de polvo en espiral, la nube a partir de la cual se están gestando. Siendo consciente de lo que se está viendo, la escena cobra una nueva dimensión.

Una belleza incomparable, y también con un valor científico igualmente enorme, ya que permite por primera vez ser testigos de un fenómeno hasta ahora solo teorizado: Un disco de polvo alrededor de una joven estrella fragmentándose hasta convertirse en un sistema de múltiples estrellas:"Este nuevo trabajo avala la conclusión de que hay dos mecanismos que producen sistemas estelares múltiples: la fragmentación de discos circumestelares como el que se aprecia aquí y la fragmentación de nubes más grandes de polvo y gas donde se forman las jóvenes estrellas", afirma John Tobin, de la Universidad de Oklahoma y el Observatorio de Leiden, situado en los Países Bajos. Estos dos caminos divergentes posiblemente se encuentren detrás de que los sistemas múltiples tengan sus estrellas ya sea relativamente cercanas unas a otras, a una distancia de hasta unas 500 veces la que separa la Tierra del Sol, o mucho más alejadas, a más de 1.000 veces dicha distancia.

Pero por encima de todo nos muestra de lo que ALMA es capaz, y de lo que seguirá siendo capaz en el futuro. Que si valió la pena el esfuerzo? La respuesta parece evidente. Al menos para quien sepa captar la belleza de imágenes como esta.

La imagen de ALMA, combinada con la generada por el Karl G. Jansky Very Large Array (VLA), permite apreciar aún más detalles. Se observan las dos estrellas centrales, que giran una alrededor de otro, y una tercera, mayor y posiblemente más joven, girando alrededor de ambas y del centro de gravedad común del sistema.

Composición artística que muestra cómo se desarrolla el sistema de tres estrellas. A la izquierda, el disco de material que se fragmenta en varias protoestrellas. A la derecha, el sistema estelar resultante. 
 
ALMA, 66 antenas observando el Cosmos como una sola y gigantesca de hasta 16 Kilómetros de diámetro cuando se separan al máximo. 

Joven sistema de estrellas vecinas sorprendido en plena formación.

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