Es posiblemente uno de los personajes más irónicos del cómica a escala mundial, reconocido en prácticamente todo el mundo y, junto a su inseparable compañero Charlie Brown ,el protagonista de las tiras cómicas Peanuts, conocida en castellano bajo los títulos de Carlitos, Charlie Brown y Snoopy o Rabanitos. En sus 64 años de existencia (apareció por primera vez en 1950) numerables son sus aventuras, casi tantas como las sonrisas que sus ingeniosos diálogos han despertado en no pocas generaciones, pero una de las menos conocidas es la que lo relaciona con la exploración espacial.
Esta historia comienza después de la tragedia del Apolo 1, cuando un incendio acabo con la vida de sus 3 tripulantes durante las pruebas en tierra. Se tenía que planificar todo el programa desde 0 para que algo así no ocurriera de nuevo y especialmente recuperar la imagen pública, en ese momento tremendamente tocada por lo ocurrido. Por ello la NASA entró en contacto con Charles Schulz, creador de Peanuts, para pedirle permiso para convertir a Snoopy en su mascota oficial para la sugerida de las misiones Apolo, algo a lo que este accedió, cediendo gratuitamente el nombre e imagen de su famoso perro.
La elección tenía todo el sentido del mundo. Era adorable y encantador, lo que servía para endulzar y hacer más atractiva la imagen pública de la NASA, y en sus historias lo veíamos tener no pocos sueños relacionados con volar, viajando más allá del horizonte siempre montado sobre su eterna caseta, convertida en el imaginario vehículo que le permitía escapar de los límites de lo posible. En cierta forma era un reflejo de la mentalidad de los astronautas, que vivían cada viaje en el filo de abismo, siempre avanzando hacia objetivos que para los mortales parecían simples fantasías, así que solo se tenía que añadirle una pecera como casco para convertirlo en uno de ellos y dejarlo listo para viajes espaciales. Había nacido uno de los símbolos más queridos para la Agencia Norteamericana.
Schulz afrontó un riesgo era más que evidente al aceptar esta propuesta, ya que en caso de ocurrir una nueva catástrofe en los vuelos Apolo que implicara la pérdida de vidas humanas su imagen habría quedado para siempre asociado al fuego y la muerte, pero no dudó ni un momento en permitir que su creación entrara a formar parte de la NASA, algo que apoyó incluso desde fuera: Las tiras de Peanuts comenzaron a mostrar aventuras del Astronauta, algunas incluso hacían referencia directamente a las misiones actuales aquellos años. Una unión que tendría uno de sus puntos culminantes con el vuelo del Apolo 10, ya que se convirtió, por petición de los implicados, en la mascota oficial, dando lugar a imágenes tan divertidas como la de los astronautas tocando la nariz de un peluche suyo para tener buena suerte antes de su lanzamiento o curiosidades como que el módulo de servicio se llamara Charlie Brown y el módulo lunar fuera conocido como Snoopy.
Pero esta relación se extendió en varios campos, llegando hasta nuestros días. Así, uno de los primeros bocetos, en el cual explora con evidente alegría el espacio con su pecera-casco, se transformaría en una insignia metálica de plata. A partir del año 1968, cada astronauta llevaba un Snoopy de plata, y una vez de regreso a a La Tierra, estas eran otorgadas como uno de los más altos honor que podían recibir la gente que trabajaba para mantenerlos a salvo. Actualmente el Silver Snoopy sigue conservando ese carácter especial, un premio destinado a los empleados y contratistas de la NASA por sus logros sobresalientes, otorgado personalmente por los propios astronautas, ya que representa el reconocimiento por parte de estos de tal excelencia. Todo un honor para aquellos que lo reciben.
Desde el día de su nacimiento Snoopy representa mejor que nadie la idea de seguir tus sueños allí donde te lleven y del deseo de ir más allá de lo que uno parece destinado, subido en su eterna caseta, siempre volando y afrontando mil aventuras. Para los astronautas, los "Snoppy" del mundo real, no podría existir mejor compañero de viaje ni mejor símbolo de lo que ellos representan.
Snoopy fue la mascota oficial del Apolo 10, y estuvo presente en todo momento en todos los escenarios de la misión, desde el centro de control hasta el la propio nave, pasando por la ceremonia de tocar la nariz a un peluche suyo para tener buena suerte.
Volar con su imaginación era uno de su pasatiempos favoritos, algo que no pasó por alto a la gente de la NASA cuando buscaban una mascota como parte de la campaña para recuperar su imagen después del desastre del Apolo1. Solo era necesario cambiar el casco de piloto por una pecera que hiciera de escafandra y había nacido el Snoopy astronauta.
Esta nueva vida como mascota de la NASA tuvo su reflejo en no pocas tiras cómicas, en algunos casos con claras referencias a las misiones actuales en ese momento.
Los premios Snoopy de Plata (Silver Snoopy award) se consideran hoy día un honor especial, un símbolo de excelencia que los propios astronautas entregan a todos aquellos cuya dedicación y trabajo en tierra hacen posible el programa espacial de los EEUU.
Snoopy es una parte ya inseparable de la historia de la NASA, como podrá comprobar cualquiera que visite las diversas instalaciones del Kennedy Space Center.
Snoopy, el Astro-Beagle, la mascota de la NASA
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