5 años después de su primer y fallido intento, logra entrar en órbita alrededor de Venus.
En la exploración espacial no suele haber segundas oportunidades. Si una sonda falla en su objetivo la misión puede darse por perdida y llega la hora de cortar cabezas, metafóricamente hablando. Pero Akatsuki, que el 6 de Diciembre de 2010 fracasó en su intento de situarse en órbita alrededor de Venus al fallar su impulsor principal, el que debería haberla frenado lo suficiente para que el planeta la atrapara, recibió el regalo poco habitual de tener una nueva oportunidad. Y eso gracias a que su camino alrededor del Sol y el de Venus eran resonantes, es decir, estaban destinadas a encontrarse de nuevo en el futuro, exactamente 5 años después, en 2015. Como así ha sido.
En esta media décadas de espera los técnicos de la JAXA trabajaron intensamente. Se investigó en profundidad el origen del fallo del impulsor principal, descubriéndose que el problema había sido el mal funcionamiento de una válvula de combustible, que hizo aumentar la temperatura hasta provocar que tobera del propulsor se rompiera durante la fase crítica, desviando el impulso y provocando que la sonda entrara en modo seguro, con la consiguiente desconexión del motor 3 minutos antes de completarse la operación de entrada orbital. Se mantuvo a la sonda en hibernación para alargar la vida útil de sus equipos e instrumentos, así como para protegerlos del calor excesivo, ya que la mayor parte del tiempo Akatsuki estuvo más cerca del Sol de lo que nunca debería haber estado, pero por ello en una órbita que le permitía ir más rápido que Venus y lentamente ir recortando distancias. Y finalmente, lo más importante, diseñado un plan para lograrlo sin el impulsor principal, ya definitivamente perdido.
¿Como hacerlo sin el? La respuesta estaba en una serie de pequeños propulsores secundarios del sistema RCS (auxiliary reaction control system), destinados a realizar ajustes en la trayectoria de la sonda, y que ahora serían utilizados para frenarla lo suficiente para realizar la entrada en órbita. No fueron diseñados con ese propósito, era una improvisación genial, una apuesta a todo o nada utilizando lo único que le quedaba disponible. Una negativa a darla por perdida que al final acabó teniendo su recompensa.
A las 23:51 GMT Akatsuki activaba los 4 pequeños impulsores delanteros, en un encendido que se prolongó durante 20 largos e interminables minutos, mientras toda la operación era seguida por las antenas del Usuda Deep Space Center y el Canberra Deep Space Networ. Una vez completada esta ignición la sonda giro 180º, poniendo en posición a los otros 4 impulsores por si la operación inicial había fracasado y era necesario un segundo intento. Habría sido la última y desesperada oportunidad. Pero no sería necesario. "Está en órbita!", anunciaba Sanjay Limaye, de la Universidad de Wisconsin-Madison, y participante en la misión Akatsuki. "Todo el mundo está muy contento!!". Masato Nakamura, director del proyecto lo confirmaba. "Ha sido un largo período de espera".
Por delante queda determinar la órbita exacta de Akatsuki, aunque evidentemente será muy diferente a la que estaba prevista inicialmente. A estos pequeños propulsores de la sonda, que hicieron un trabajo que no era el suyo, no se les podía pedir mucho más. Será mucho más elíptica que la original, y mantendrá a la sonda más lejos de la capa superior de nubes del planeta de lo que debería haber sido, pero los científicos de la misión creen que igualmente podrán completar todos sus objetivos científicos. De momento ya se puede asegurar que todos sus sistemas y equipos están en buen estado y listos para comenzar su trabajo.
Akatsuki representa el triunfo de la constancia, algo que en lo que la JAXA, como demostró con la sonda Hayabusa, donde todo lo que pudo ir mal fue mal y pese a todo lograron hacerla regresar a la Tierra, parece tener en abundancia. Evidentemente nada será lo mismo, la sonda tiene 5 años más, la órbita no será la ideal, y la idea de hacer observaciones conjuntas con la Venus Express, como se esperaba, desapareció hace tiempo junto a las cenizas de esta última. Pero el solo hecho de haber sido capaz de superar esa terrible noche del 6 de Diciembre de 2010, cuando la sombra del fracaso en la exploración de otros planetas pareció abatirse nuevamente sobre Japón, tal como le había ocurrido a la malograda Nozomi en Marte, es un triunfo de la voluntad. En su momento se afirmó que Akatsuki volvería a Venus. Y así ha sido. Felicidades a la JAXA, sin duda se lo merecían.
Momentos de celebración en el centro de control, con la habitual contención típica de los japoneses.
Representación de la sonda Akatsuki. Podemos ver los muy pequeños impulsores auxiliares situados a la izquierda, rodeando al fallido impulsor principal. A esos les correspondió la dura e inesperada tarea de reemplazarlo.
Cuando un japonés es aficionado a algo, les es hasta extremos inesperados. No pocos entusiastas se reunieron en la calles de Japón para realizar observaciones de Venus y esperar las noticia de Akatsuki.
Y lo cumplió.
Live from Sagamihara: Akatsuki Orbit Insertion Success!
Japanese Spacecraft Gets Rare Second Chance to Visit Venus
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