La más famosa y cercana nebulosa se revela ante nosotros en todo su esplendor en estas imágenes tomadas por el Hubble. Jóvenes estrella dan sus primeros pasos, rodeadas de densos discos de polvo, hielo y gas, restos de su propio nacimiento y paso previo al nacimiento de sistemas planeterios...algunos brillando por la luz que reciben de la gigantesca estrella Theta 1 Orionis C, que domina la nebulosa, otros más alejadas de ella y que se observan como oscuros fantasmas flotando por delante del luminoso fondo, algunos estables y prometedores, y otras que dificilmente llegarán a formar planetas ya que la presión de la tiránica Theta terminará por disipar cualquier rastro de materia. Un colosal escenario de nacimiento y muerte.
La Nebulosa de Orión, clasificada como Messier 42, M42, o NGC 1976, se situa al sur del Cinturón de Orión, y es de las pocas que puede verse a simple vista, ya que poco más de 1000 años-luz la separan de la Tierra. Es lo que se llama una "guardería estelar", una fría nube de gas interestelar que, tras permanecer estable durante eras, por diversas circunstancias (como el impacto con la onda de choque de una Supernova cercana) empieza subitamente a colapsar sobre si misma, dando vida a una nueva generación de estrellas. Un proceso explosivo, tan bello como fugaz y que la consume rapidamente.
En el caso de Orión se cree que en 100.000 años se habrá desvanecido, dejando tras de si un gran familia de jóvenes estrellas que, con el tiempo, se disiparán por toda la Vía lactea...como, hace 4.500 Millones de años, le ocurrió a la nuestra, nacida de una nebulosa ya desaparecida junto a otras "hermanas". Mirando estas semillas del futuro, que justo ahora empiezan a florecer, miramos tambien hacia nuestro propio pasado, cuando un jovencísimo Sol inició su viaje hacia las profundidades galácticas, dejando tras de si hogar que lo vió nacer.
Algunas de estas "semillas" dentro de la Nebulosa de Orión.
Un posible disco de gas y polvo alrededor de una joven estrella, cuyo oscura silueta se dibuja encima del brillante fondo.
Esta nube de materia rodea a una joven estrella es golpeada viento solar emitido por la gigantesca Theta 1 Orionis C, formando una luminosa onda de choque claramente visible.
Viviendo una situación parecida a la de la imagen superior, esta joven estrella y su nube de materia es golpeada por el viento solar de Theta, formando una onda de choque en la parte frontal y una colaparecida a la de un cometa.
Theta 1 Orionis C, Una estrella binaria perteneciente al cumulo estelar del Trapecio y una de las más brillantes conocidas, es la máxima responsable de la luminosidad de Orión y la que marca el destino de muchas jovenes estrellas allí nacidas, que al situarse demasiado cerca de ella se ven despojados de sus cinturones de polvo y hielo, y con ello de cualquier posibilidad de disponer planetas a su alrededor.
heic0917: Born in beauty: proplyds in the Orion Nebula
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