Se cumplen ya más de 3120 días marcianos o casi 9 años terrestres desde su llegada a Marte. Casi 40 Kilómetros recorridos, tormentas de polvo superadas, gran cantidad de descubrimientos (desde señales de la antigua presencia de agua en Meridiani Planum hasta meteoritos encontrados por la llanura) e imágenes para la historia son la tarjeta de presentación de un explorador incansable que pese a todos los problemas generados por la edad y las duras condiciones ambientales sigue en buena salud y avanzando en busca de nuevos objetivos.
Cuanto tiempo más seguirá en activo es algo que, a día de hoy, ya nadie se atreve a intentar adivinar, y para todos los implicados directamente en esta aventura trabajar con el, como explica Steve Squyres "es muy divertido.Y ahora, es incluso más divertido", fruto de la experiencia acumulada, algo que de momento aún tienen los que trabajan con Curiosity, lo que provoca, tal como explica John Callas, manager de la misión MERS, que "una gran cantidad de veteranos ahora implicados con Curiosity les gustaría volver a participar en algunas cosas con Opportunity, en parte debido a la familiaridad y el nivel de confort". Realmente para muchos de ellos han sido años inolvidables.
Sin embargo la exploración de otro mundo nunca es sencilla, esta llena de peligros y el desastre puede suceder en el momento más inesperado, en especial cuando una confianza excesiva puede hacer descuidar de forma peligrosa, incluso fatal, la seguridad.
Y esto es lo que ocurrió el 26 de Abril de 2006, cuando Opportunity llevaba ya 446 días marcianos en el planeta rojo, una cifra que ya en ese momento parecía extraordinaria pero que ahora,a visto con la perspectiva que dan los 3120 que ya lleva recorridos actualmente parece poco más que un pequeño paseo. Por delante solo una aparentemente vacía llanura que le debía llevar primero al cráter Erebus y luego al cráter Victoria, en ese momento el gran y aparentemente definitivo objetivo. Ese día se decidió, quizás fruto de las ganas de reducir el tiempo necesario para llegar hasta ellos, poner al rover en blind drive, que como su mismo nombre indica significa moverse a ciegas, sin realizar ninguna comprobación previa de posibles obstáculos, una maniobra que permite mayor seguridad pero a cambio de desplazamientos más lentos.
Una decisión atrevida, pero ni las imágenes enviadas por el propio rover ni las imágenes más amplias de MRO mostraban nada que pudiera representar un obstáculo...pero pronto se demostró que no todo es lo que parece, y ese mismo días Opportunity chocaba contra una pequeña duna de arena. Apenas tenía 30 centímetros de altura pero era lo suficientemente amplia para convertirse en una trampa potencialmente mortal, ya que atrapó a las 6 ruedas, que quedaron casi enterradas y sin apenas tracción. En esas condiciones las opciones de poder sacarlo de ahí eran ciertamente limitadas, y más teniendo en cuenta que días antes se habían detectando los primeros problemas con la rueda delantera derecha que impedía su utilización a plena capacidad. La situación, ciertamente, no era nada optimista.
Nada demuestra más el nivel de unos profesionales que la forma en que afrontan las situaciones críticas, y todos los implicados directamente con Opportunity (y Spirit, aún en activo) demostraron estar en este aspecto a un nivel extraordinario. Con calma, sabiendo que aunque atrapado el rover seguía en buen estado y con todos sus sistemas en funcionamiento, se dedicaron a reunir información del terreno circundante, con la cual simularon en la Tierra la situación que tenía lugar en Marte, así como las propiedades y el comportamiento de arena marciana
La operación de rescate diseñada gracias a dichas simulaciones empezó el 13 de Mayo de 2005 (Sol 463), con un primer movimiento de unos pocos centímetros...después de el llegaron otros pequeños pasos, el resultado de cada uno de los cuales era examinado exhaustivamente para comprobar si todo respondía como estaba previsto. Lentamente, centímetro a centímetro y sin caer en la tentación de intentar un escape drástico, Opportunity avanzó hacia su libertad.
Esta llegaría 4 de Junio (Sol 484), cuando las 6 ruedas, después de girar el equivalente a 191 Metros, pisaron nuevamente suelo firme y con su recién recuperada tracción se alejó de la fatídica duna, llamada "del purgatorio" por parte del equipo. La pesadilla había durado 36 días marcianos, pero Opportunity estaba nuevamente libre y preparado para seguir avanzado, cosa que ocurría en Sol 510, ya que antes dedico unos días más al estudio de lo que había sido su captora. Erebus y Victoria esperaban.
A lo largo de los años siguientes Opportunity afrontó situaciones también complicadas, pero nunca estuvo tan cerca de final que esos críticos días de 2005, hoy tan lejos ya en el tiempo que parecen casi olvidados. Pero los peligros, como por desgracia nos enseñaría Spirit años después, siempre están al acecho.
Opportunity atrapado en la duna del purgatorio, en una imagen tomada por su HazCam delantera. Es fácil darse cuenta de lo complicada de la situación.
Una de las ruedas en pleno y lento proceso de liberación.
Hasta la vista, trampa de arena. Después de 38 días de dura lucha Opportunity pudo alejarse de lo que podría haberse convertido en su lugar de descanso definitivo.
Los técnicos del JPL trabajando en con la réplica de los rovers marcianos, simulando la situación y planificando los movimientos para liberar a Opportunity. El mismo sistema se utilizó para intentar salvar a Spirit, aunque en su caso las circunstancias (la naturaleza de la trampa de arena que lo atrapó, la pérdida de dos ruedas y el Invierno que se acercaba) serían un obstáculo imposible de superar.
Opportunity: Longest-Running Mars Rover
No hay comentarios:
Publicar un comentario