martes, noviembre 06, 2012

De la luz a la oscuridad


¿Como es el Sol en el cielo de los demás planetas del Sistema Solar? Hemos aparecido y evolucionado en un mundo que se encuentra a una distancia adecuada para la vida, 150 Millones de Kilómetros que convierten a nuestra brillante y en ocasiones furiosa estrella en una deslumbrante esfera que ocupa aproximadamente medio grado (más exactamente 0°31'59”) en la bóveda celeste. Si fuera mayor hace tiempo que habríamos seguido el camino de Venus y de ser más pequeño La Tierra sería un desierto helado, y aunque no es ni mucho menos una distancia exacta y constante, ya que la órbita de nuestro planeta es ligeramente elíptica, siempre se mantiene dentro de un margen seguro.

El resto de planetas disfrutan de un Sol muy diferente, próximo y ardiente para Mercurio, algo mayor en Venus y algo menor en Marte, el que más se aproxima en este aspecto a las condiciones terrestres y motivo por el cual será, con total seguridad, el primero visitado por Humanos, quizás incluso con intenciones de convertirlo en su nuevo hogar. Para los que nazcan ya como "marcianos" ese será su Sol, acostumbrados a una luz al mediodía equivalente a una tarde en La Tierra, y si un día la visitaran posiblemente encontrarían el resplandor solar excesivo y molesto.


Pero el Sistema Solar no se detiene en Marte, y si nos seguimos alejando entramos en el reino de los 4 gigantes gaseosos y sus innumerables lunas, algunas dignas de ser visitadas. mundos crepusculares, bañados por un pequeño y lejano Sol, suficiente para disipar la oscuridad completa bajo un resplandor que en Saturno sigue siendo equivalente a varios miles de Lunas llenas, pero que para cualquier futuro explorador humano que se aventurara a tales distancias le resultaría extraño, inquietante, más parecido al de una noche iluminada en La Tierra que no al de un día tan como lo entendemos.


En Urano y aún más en Neptuno el Sol adquiere ya el aspecto de una estrella extremadamente brillante, aún suficiente para dar un poco de luz y calor a estos mundos de la frontera, y capaz de saturar las sensibles cámaras de una sonda si lo mira directamente, pero aún así incapaz de romper la sensación de estar ya rodeados de una noche eterna . Más allá nos esperaría ya la oscuridad del espacio interestelar, la más profunda que existe, nos rodearía como un manto casi impenetrable. Los días de luz de La Tierra serían ya un lejano y cálido recuerdo..

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