lunes, febrero 13, 2017

Razones para Europa

¿Que diferencia esta luna de las otras también con océanos de agua bajo la superficie?

"Todos estos mundos son vuestros excepto Europa. No intentéis aterrizar allí". Con esta frase se cerraba 2010, la continuación de 2001, inevitablemente criticada al ser una secuela de una obra mítica, pero que tenía no pocos elementos interesantes, entre ellos la conversión de Júpiter en un pequeño Sol y este mensaje final, enviado por la civilización alienígena que estaba detrás de los monolitos. La fascinación por esta pequeña luna joviana ya viene de lejos, y realmente motivos no faltan para ello. Tanto es así que los científicos planetarios de los EEUU llevan luchando desde hace muchos años por conseguir una misión de exploración centrada en Europa. No es una tarea sencilla, ya que la anterior administración se mostró siempre hostil al proyecto, mientras que aún no sabemos hacia donde apuntarán los objetivos de la NASA bajo la actual, tan imprevisible dado el curioso carácter del nuevo presidente. 

Pero de momento ya está aprobada una misión a Europa, y por presiones del Congreso a la NASA, posiblemente incorporando una sonda de superficie, aunque aún está por ver si es posible ensamblar algo así con el presupuesto disponible. A todo ello se le suma una sonda de la ESA, JUICE, que también sobrevolará esta luna en diversas ocasiones, aunque su objetivo final es Ganímedes, y en el horizonte empieza a tomar forma una misión china. La atracción por Europa, como vemos, es fuerte.

La pregunta es inevitable ¿Por qué de este interés? Tiene un océano de agua bajo la superficie, y eso sin duda que importante, pero no es el único. En realidad posiblemente son un elemento típico de los mundos exteriores, de las lunas compuestas de hielo de agua, e incluso de Plutón, que también tienen indicios en ese sentido. Así pues,como se explica tanto interés por Europa en concreto, tan sumergida como está en los campos de radiación de Júpiter, y por eso de tan complicada exploración? Podemos resumirlo en dos aspectos, que la hacen única con respecto al resto: 

1) El océano está relativamente cerca de la superficie, a sólo 25-30 Kilómetros por debajo de la corteza. Eso permitiría, en teoría, que los elementos compuestos presenten en la superficie, formados por la radiación de Júpiter al bombardear el hielo, el azufre (expulsado por los volcanes de la cercana Io) y las sales presenten en ellas, filtrarse hacia el océano interior y ser usados por los potenciales seres vivos presentes. Es decir, lejos de ser un problema, el duro ambiente que rodea a esta luna podría estar alimentado lo que se esconde bajo ella.

 2) A diferencia de la mayoría de otros cuerpos del Sistema Solar exterior con posibles océanos subterráneos, Europa es, junto a Encélado, el único donde este parece estar en contacto con un fondo marino rocoso. En la Tierra, las interacciones químicas con superficie rocosa de las profundidades oceánicas proporcionan la energía necesaria para alimentar y sostener vida microbiana. Y tenemos evidencias de la existencia de volcanes submarinos, o fuentes termales, que expulsan elementos básicos para eela, y que son alimentados por las fuerzas de marea que sufre esta luna en su viaje alrededor de Júpiter.


Estas son las dos cruciales diferencias entre Europa y el resto de mundos con océanos de agua. Solo Encélado está al mismo nivel a cuanto potencial biológico. Eso hace inevitable, por problemas que se interpongan entre ella y nosotros, que tarde o temprano regresemos a ella, y esta vez con la idea concreta de buscar indicios de actividad biológica. Cuando y de que forma es la pregunta.

Este mosaico de imágenes incluye la vista más detallada de la superficie de la luna Europa que tenemos actualmente, obtenida por la misión Galileo. Esta observación se tomó con el Sol relativamente alto en el cielo, por lo que la mayoría de las variaciones de brillo se deben a diferencias de color en el material de superficie, y no se sombras. Las cimas, iluminadas por las heladas, contrastan con valles más oscuros, quizás debido a pequeñas variaciones de temperatura.

Los astrónomos suponen que las sales de cloruro burbujean desde el océano líquido global de la luna y alcanzan la superficie congelada, donde son bombardeadas con azufre de los volcanes de Io. Los signos moleculares de la vida podrían ser transportadas con ellas, donde podrían ser detectados por una sonda orbital o de superficie.

La futura misión de la NASA a Europa (en realidad orbitando Júpiter y sobrevolandola repetidamente para evitar los intensos campos de radiación que la rodean) debería despegar en algún momento a principios de la década de los 2020, aunque aún sabemos poco de ella. Y aún menos de un posible módulo de superficie, de la que justo ahora se acaba de presentar un primer esbozo de como podría ser este vehículo, centrado en la búsqueda directa de señales de vida, no solo en indicios indirectos de su presencia, como suele ser habitual.

This Is The Highest Resolution Image Of Europa We Have … For Now

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