El complejo mundo de las estrellas del halo galáctico.
La idea clásica de como es nuestra galaxia es la de un remolino de polvo, gas y estrellas, girando alrededor de un centro común, generando una serie de brazos, en realidad ondas parecidas a la que vemos en el mar. Es esencialmente correcta, pero incompleta, ya que el reino de la Vía Láctea se extiende más allá de sus aparentes límites. Es lo que se conoce como Halo galáctico, una tenue nube que la rodea, donde habitan una amplia población de estrellas, que lejos de estas insertadas dentro del disco de la galaxia, como el Sol, siguen su propia camino, entrando y saliendo de este último, como bandadas de pájaros que vuelan libremente por encima de nuestra gran ciudad estelar aunque sin alejarse nunca del todo ni desligarse de ella.
Esta población estelar, habitantes del extrarradio, es de gran interés para los astrónomos, ya que se las considera como auténticos fósiles del proceso de formación de la Vía Láctea. Asumimos que esta creció a partir de devorar otras más pequeñas, en un proceso que estamos lejos de entender en su totalidad, y que las estrellas del halo fueron tiempo atrás parte de pequeñas galaxias ya devoradas por la nuestra, pero que conservan aún un desplazamiento propio. Son como los restos de la gran obra de construcción que representó todo este proceso. Y en ellos, en su distribución y trayectorias se pueden extraer no pocos datos del pasado, ya que son ecos de otro tiempo.
Por ello astrónomos de la Universidad de Groningen y de la Universidad de California, utilizando datos del observatorio GAIA, se han adentrado en este reino lejano, sacando a la luz aspectos sin duda curiosos. Uno de ello de que muchas de estas estrellas se desplazan, recuperando un símil anterior, como bandadas de pájaros. No forman cúmulos, sino que, como los pájaros terrestres, vuelan alrededor de la Vía Láctea en grupo, lo que para los autores de este estudio refuerzan la idea de su origen externo. Fueron habitantes de pequeñas galaxias "canibalizadas" hace tiempo, pero su antigua relación no se terminó de romper nunca del todo, manteniéndose tercamente unidas y conservando su propia trayectoria original. No es una sorpresa, pero poder mapear todos estos grupos, casi fantasmas de galaxias ya fenecidas, ayudará y mucho a reconstruir la historia de la nuestra.
Pero lo que si resulta un descubrimiento inesperado es que al menos el 70% de estas habitantes exteriores se desplazan a "contracorriente", en dirección contrario al que siguen las que forman la Vía Láctea propiamente dicha."Uno puede comparar las estrellas del halo exterior con los viajeros que conducen por el camino equivocado. Todavía no entendemos por qué", explica Amina Helmi, que lideró este estudio. No solo son como bandadas de estrellas, cual pájaros urbanos, sino que parecen desafiar las normas de nuestra ciudad galáctica. Un comportamiento extraño detrás del cual se esconden pistas sobre nuestro pasado más lejano.
Las estrellas del halo parecen moverse en bandadas, y en buena parte en dirección contraria a las del disco galáctico. Seguramente ecos de las galaxias de las cuales un día formaron partes, ya desaparecidas, devoradas por la Vía Láctea.
GAIA esta realizando una extensa campaña de observación de millones de estrellas, con el objetivo de levantar un amplio mapa en tres dimensiones de nuestra galaxia, señalando la posición y trayectoria de cada una de ellas. Esos datos también incluyen estrellas del halo galáctico, y han servido para revelar como algunas de ellas viajan formando bandadas.
Pájaros volando juntos a través del cielo terrestre. Algo parecido ocurre más allá de los límites de nuestra galaxia.
Bandadas de estrellas recorren el halo de la Vía Láctea
No hay comentarios:
Publicar un comentario