miércoles, abril 30, 2014

Ese "algo más" de la exploración interplanetaria

Cassini fotografía a Urano desde Saturno.

En 1990 la sonda Voyager 1, por petición de entre otros Carl Sagan, activo sus cámaras por última vez y giró su mirada hacia el lejano Sol, captando una secuencia de fotografías que han pasado a la historia como el del gran retrato en familia del Sistema Solar, y donde diversos planetas hacían acto de presencia ante nuestros ojos tal como los vería un hipotético visitante de las estrellas. Entre ellos se encontraba La Tierra, lo que la hacía aún más valiosa como muestra de nuestra insignificancia en la inmensidad del Cosmos, el famoso tenue y "pálido punto azul". Era el nacimiento de nueva visión de nosotros mismos.

Desde ese día numerosas son las sondas han fotografiado tanto nuestro planeta como el resto de sus compañeros de viaje desde la distancia, en ocasiones desde la órbita o, como es el caso de los exploradores marcianos, desde la superficie de otro mundo, haciendo casi común algo que en 1990 fue sin duda un acontecimiento excepcional, aunque no por ello menos extraordinario. Pero si una sonda se destaca en estos los últimos años en este campo es la no menos extraordinaria Cassini. Desde Júpiter hasta Marte y Venus, pasando, por supuesto, por La Tierra, a la que recientemente inmortalizó brillando como una azulada estrella cerca de los anillos, han pasado por los ojos de esta sonda. Ninguno de ellos era el objetivo primario de los observaciones de las que forman parte, pero es evidente que

Pero aún quedan otros a los que añadir a su orgullosa lista de "capturas", y el 11 de Abril de 2014 tomó una serie de fotografías, tanto de gran angular como de campo estrecho, agrupadas en 3 composiciones, cada uno de ellos centradas en un objetivo diferente (el anillo A, el anillo F y el lejano Urano) para compensar los rápidos cambios en la geometría de los anillos durante el periodo de observación. Todo este trabajo dio forma a una espectacular panorámica del lejano "planeta tumbado", en ese momento al otro lado del Sol, a unos 4.280 millones de Kilómetros de distancia, y que a través de las cámaras de Cassini (en imágenes con un largo periodo de exposición) hizo acto de presencia como una tenue estrella de color azulado, no muy diferente a como la Voyager 1 vió La Tierra hace ya 24 años.

Aunque científicamente hablando estas imágenes de Urano no tienen valor, en un sentido simbólico y de aproximar la fascinación de viajar a otros mundos al gran público este es incalculable, como lo era, y lógicamente aún en mayor medida, las de La Tierra. Una inversión en ese "algo más" que acompaña a cualquier misión de exploración interplanetaria, algo no tangible ni medible, pero quizás tanto o más importante aún que los propios conocimientos que sacamos de ellas. Ese "algo más" que hizo que, ese ya lejano 1990, la Voyager 1 abriera los ojos por última vez.
 
La posición de Cassini con respecto a Saturno cuando realizó estas fotografías.

Y la de Saturno con respecto a Urano.

Another Pale Blue Dot — Uranus Spied By Cassini

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