Aunque invisible, el campo magnético y corrientes eléctricas en y alrededor de La Tierra generan fuerzas complejas que tienen impacto inconmensurable en la vida cotidiana. Nos lo podemos imaginar como una gran burbuja, que nos protege de la radiación cósmica y partículas cargadas que conocemos como viento solar, y sin el dificilmente nuestro planeta hubiera podido generar y mantener un ambiente adecuado para la vida, bajo el manto de una atmósfera densa y estable que dificilmente hubiera existido sin esta protección emanada de las profundidades del planeta. Cuando se desatan grandes tormenta las luces de la aurora nos muestras su dura lucha, y los problemas que estas causan en ocasiones a los sistemas de comunicación y eléctricos de todo el mundo nos recuerdan hasta que punto vivimos protegidos de la furia del Sol.
Tenemos una idea bastante general del mecanismo interno que lo genera, que se podría resumir en una dínamo planetaria, con la velocidad de rotación de La Tierra y el núcleo fundido del planeta se convinan para dar lugar a su fuerza mangética, pero estamos lejos de comprenderlo del todo y algunos de sus comportamientos siguen en la oscuridad: Los polos magnéticos no dejan de desplazarse y cada pocos cientos de miles años, se invierte su polaridad, por lo que una brújula actual señalaría al sur en lugar de hacia el norte. Todo esto precedido de unas fluctuaciones en su intensidad y que actualmente hace que este se esté debilitando de forma paulatina, lo que hace pensar que estamos cerca de una nueva inversión de los Polos.
Con el obetivo de intentar dar una nueva luz al "motor" de La Tierra, midiendo las señales magneticas que se derivan del núcleo, manto, corteza y océanos, así como la ionosfera y la magnetosfera para desvelar los muchos procesos naturales que están implicados el ellas, desde lo que se producen en el interior del planeta a los causados por la actividad solar, la Agencia Espacial Europea se prepara para lanzar la constelación de satélites Swarms, que buscará dar respuestas a todos estas preguntas en una misión de 4 años de duración.
Con una curiosa forma trapezoidal con una larga "cola" que recuerda a un renacuajo, fruto de la necesidad de acomodar a las 3 Swarns en un solo cohete lanzador, su viaje empezará este próximo día 22 de Noviembre desde la base rusa de lanzamiento de Plesetsk a cargo de un Breeze-KM, que 90 minutos depués del despegue, y 490 Kilómetros por encima de la superficie de La Tierra, serán puestos en órbita de forma simultanea. Poco después desplegará su cola, la única parte móvil de estas naves, e iniciarán su exploración científica.
Equipados con 5 sensores de nueva generación y siguiendo órbitas cuidadosamente calculadas proporcionarán la información necesaria para desentrañar las diferentes fuentes que componen el campo magnético y las corrientes eléctricas alrededor de La Tierra, datos con los cuales se espera poder levantar la modelos globales del campo generado por el núcleo y la corteza de nuestro planeta. Cuando esta misión llegue a su inevitable final posiblemente sabremos mucho más sobre los secretos de nuestro escudo magnético de lo que sabemos ahora, y estaremos algo más cerca de comprender su variable comportamiento, algo vital para una civilización tecnológica que depende más que nunca de su protección.
Los Swarms siendo colocadas en la configuración de lanzamiento, apenas separados entre si por unos centímetros.
Los diversos componentes de estos satélites de exploración magnética.
90 Minutos después del lanzamiento los 3 serán proyectados a sus órbitas de forma simultánea, en una operación que requiere una más que notable exactitud.
Midiendo las diversas fuentes magnéticas de nuestro planeta, tanto en superficie como internas, se espera conseguir levantar un modelo global de como este se genera y aprender más de los complejos procesos que lo generan y controlan su variable actividad.
Swarm on the launch pad
Three satellite constellation
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