Conducir un vehículo explorador en Marte no es una tarea sencilla, principalmente por la imposibilidad de controlarlo en directo, ya que el tiempo que necesita una señal, viajando a la velocidad de la luz, para saltar entre este mundo y La Tierra, es de como mínimo 20 minutos, y eso siempre hablando de las mejores circunstancias posibles. En total un retraso teórico de 40 minutos entre la llegada de información y en envío de una respuesta, que en realidad sería mucho más dado que, evidentemente, haría falta algo de tiempo para prepararla.
En definitiva la conducción directa es imposible, y en su lugar hay que afrontar un proceso mucho más lento y metódico, de enviar, observar los resultados y enviar las siguientes instrucciones durante la noche para que el rover se ponga en marcha así que llega el día. Una lentitud en parte compensada por los progresos en el campo de la informática, que permiten, tanto a Curiosity como, en mejor medida, a Opportunity, tener capacidad de decisión y realizar desplazamientos sin intervención humana, identificando por si mismos puntos peligrosos que deben ser evitados.
De forma sencilla y clara el vídeo superior explica los pasos que se siguen a la hora de conducir un vehículo por la superficie de un mundo situado a millones de Kilómetros de La Tierra, tanto si se hace de forma tradicional, paso a paso, como si se decide confiar en su capacidad para decidir el camino por si mismo.
En el caso de Opportunity esta fue adquirida después de su llegada a Marte, mediante actualizaciones de su software, mientras que Curiosity ya la tenía desde el principio, potenciada por su superior capacidad visual. En ambos casos, pero, sirve para descargar parte del trabajo a los respectivos equipos, que tiene la seguridad de que su "protegido" sabe, llegado el caso, arreglárselas solo.
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