Estructuras tectónicas, extraños diques, formaciones volcánicas, grandes cuencas de impacto, altos picos centrales, inumerables cráteres, y una fractura de las capas internas, desde la parte inferior de la Corteza hasta el Manto, que indican un nivel de colisiones más intenso de lo que se pensaba...así se podría resumir los primeros análisis de los datos enviados desde La Luna por las sondas GRAIL y que han permitido levantar el que es ya el mapa gravitatorio más preciso de un cuerpo celeste diferente a La Tierra. Nuestro satélite, tan cercano pero al mismo tiempo un poco olvidado en nuestra carrera hacia Marte, nos desvela ahora muchos de sus características hasta ahora desconocidas.
Las GRAIL A y B (conocidas como Ebb y Flow desde el pasado Enero) se mueven siguiendo una órbita casi polar, circular y a solo 55 Kilómetros por encima de la superficie lunar (que después descendió a solo 23 en la misión extendida actualmente en curso), manteniendo el contacto entre ellas y al mismo tiempo con La Tierra, lo que permite detectar cualquier mínimo cambio en sus posiciones con una precisión de 50 Nonómetros por Segundo, y medir así las fluctuaciones en el campo gravitatorio. Con ello, y después de un estudio en profundidad de los datos, es posible deducir el tipo de estructuras geológicas que están detrás de ellas.
Se estima que el 98% se corresponde a la topografía del terreno, mientras que el 2% restante está relacionada con otras características gravitacionales, como los llamados Mascones, acumulaciones de masa por debajo de la superficie, relacionados con grandes impactos y también con antigua actividad volcánica. Uno de los descubrimientos más inesperados en lo que respecta al interior lunar es que, tanto la corteza interna como parte del manto, están extremadamente fracturados, casi podríamos decir que pulverizados, lo que indica que el llamado Bombardeo Tardío o Late Heavy Bombardment se extendió en el tiempo mucho más de lo que se estimaba originalmente. Algo a tener en cuenta a la hora de intentar comprender lo que sucedió en otros mundos como Marte.
Otra descubrimiento, que otros mapas anteriores no habían tenido la suficiente precisión para revelar, es la presencia de una serie de extrañas anomalías gravitatorias lineales, con longitudes de cientos de kilómetros y que se entrecruzan en la superficie, indicando la presencia de diques, largas y delgadas estructuras de magma solidificado en el subsuelo. Posiblemente estamos ante una de las características más antiguas de La Luna, por lo que su estudio podría ayudarnos a la mayor comprensión de su pasado.
Finalmente las GRAIL revelaron que la corteza de las tierra altas (la más antigua) es menos densa y entre 10 y 20 Kilómetros más delgada de lo estimado, lo que concuerda con las muestras traídas por los Apolo, y apoya la idea de que La Luna nació a partir de material de La Tierra expulsado por un gran impacto durante sus primeras etapas de formación.
Estamos ante los primeros resultados concretos que se hacen públicos de esta misión lunar, y de cuyos datos seguramente se desvelarán nuevas sorpresas y elementos hasta ahora desconocidos a medida que se vayan analizando, una tarea que llevará su tiempo teniendo en cuenta todo lo que ya nos han enviado desde su llegada a La Luna a finales de 2011 y principios de 2012. Ebb y Flow se acercan al final de su vida, con una misión extendida que concluirá este próximo 17 de Diciembre, pero su éxito, viendo mapas como este, es ya incuestionable.
NASA's GRAIL Creates Most Accurate Moon Gravity Map
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