jueves, octubre 03, 2013

Sobreviviendo a la oscuridad

La gran tormenta de polvo de Julio de 2007, que muchos consideraron el más que probable final de Opportunity.

"Creo que vamos a perder a Opportunity". Así se expresaba con todo la tristeza del mundo Steve W. Squyres durante el largo Verano de 2007, cuando la oscuridad más absoluta se precipitó encima de un explorador que, ya en ese momento había superado todas las previsiones hasta el punto de que el equipo de misión, cada vez más confiado, apuntaba hacia la exploración de un nuevo prometedor objetivo, el cráter Victoria, en cuyo interior esperaban encontrar registros geológicos aún más antiguos y valiosos. Todo estaba listo para iniciar esta nueva aventura cuando, a finales de Junio, el hasta entonces tranquilo planeta rojo, como si quisiera impedir que se fuera más allá, desencadenó la peor pesadilla para un vehículo que depende de la luz solar: Una tormenta de polvo global.

"Tengo esta terrible sentimiento de impotencia porqué no hay nada que podamos hacer. Es como si Marte intentara destruir a nuestra máquina". Aunque ya conocidas con anterioridad nunca había experimentado directamente nada parecido, y pese a que la tormenta se convirtió en global y amenazaba también a Spirit, era más activa en la parte del planeta en que se encontraba Opportunity. Pronto la oscuridad se hizo tan intensa que las cámaras fueron incapaces de encontrar el Sol. El abrazo mortal se había cerrado sobre el.

A la cada vez menor cantidad de luz solar se añadió un problema, detectado desde el inicio de la misión pero que hasta ese momento no había representado una amenaza seria, y es que uno de los calentadores que se utilizan para "descongelar" las junturas de su brazo robótico, y que se mantiene desconectados hasta el momento en que este primera debe realizar algún movimiento, permanecía siempre activo por un fallo interno. Un gasto de energía destacable aunque no importante cuando se tenía toda la necesaria y más, pero que se convirtió en un peligro mortal cuando todo se oscureció, amenazando con convertirse en la estocada final que pusiera fin al viaje de Opportunity. "Esto pinta muy, muy mal. Realmente da miedo".

Con las reservas en caída libre, la tormenta intensificándose, las temperaturas cada vez más gélidas y el calentador estropeado drenando la energía cada vez más escasa, el equipo envió a Opportunity una serie de comandos para intentar salvarlo, un mensaje que se podría traducir de esta forma:

"No hables con nosotros. No intentes hacer nada. Cada 3 días a partir de ahora envía una diminuta señal, un pequeño paquete de datos que nos permita conocer que estás haciendo. Entonces ponte a dormir un poco más". 

Solo quedaba esperar. Una larga espera de semanas, en que, como recordaba John Callas, manager del proyecto MER, nunca sabían si Opportunity seguiría ahí al día siguiente. Fueron momentos en que Steve W. Squyres y el resto del equipo vivieron con tensión y pesimismo, mientras veían como la energía seguía en descenso, alcanzado el momento más crítico el 18 de Julio, cuando los paneles solares solo generaban 128 Vatios-Hora, el nivel más bajo jamás vivido desde su llegada a Marte.

Finalmente, a principios de Agosto, la tormenta empezó a disiparse, con el consiguiente aumento de la luz solar y las temperaturas. Opportunity, aunque aún debilitado, tenía ya energía suficiente para despertar de su largo sueño, anunciando al mundo que había sobrevivido a lo peor que Marte podía lanzar contra el, venciendo a la gélida oscuridad que a punto estuvo de arrastrarlo al olvido.

La tormenta se precipitó sobre Opportunity en pocos días, cubriendo el cielo de una densa capa de polvo que impedía a la luz solar llegar a la superficie. En la imagen de la derecha el 99% de ella había quedado bloqueada, con lo las temperaturas descendieron en picado, así como la capacidad del rover de generar energía. Nunca había experimentado nada parecido.

Opportunity a su llegada al cráter Victoria, durante la segunda mitad de 2006, visto por la Mars Reconnaissance Orbiter. Hasta mediados de 2007 permaneció fuera de el, estudiando sus bordes y reuniendo información para trazar el camino más seguro a su interior, momento en que se desató la tormenta.

La historia de un pequeño explorador que se negó a morir.

The Mighty Mars Rovers: The Incredible Adventures of Spirit and Opportunity

1 comentario:

HUGO PACILIO dijo...

Realmente un bello relato de éste veterano rover que no se sabe hasta cuándo nos va a decir que todavía vive explorando Marte , que le quiten lo bailado ......