Alrededor de nuestro mundo se mueven innumerables objetos de origen humano. Satélites, satélites fuera de uso, fragmentos de cohetes, de colisiones, de pruebas militares, incluso un guante y una caja de herramientas, perdidas durante alguna de las salidas al exterior de la ISS por parte de sus ocupantes. Excepto esta última y, de forma fugaz, algún destello de luz solar reflejado por algunos de esos primeros, suele permanecer fuera del alcance del ojo humano, conservando la ilusión de un firmamento limpia, de una ventana al Universo carente de toda huella de nuestra presencia. Hasta que en ocasiones esa otra realidad decide hacerse visible de la forma más espectacular.
El pasado 27 de Julio un espectacular meteoro cruzó por los cielos de los estados de Utah, Nevada, Colorado, Idaho y California, un evento que afortunadamente, en esta era de la tecnología de bolsillo, fue registrado por diversos testigos. Aunque en un primer momento, al coincidir con el pico máximo de la lluvia de estrellas Delta Aquarid, se pensó que podría haber una relación, lo cierto es que su aspecto, dividiéndose en numerosos fragmentos cada uno formando su propia estela, apuntaba hacia un origen menos celeste y mucho más humano.
Y así parece ser. Los expertos señalan que estamos ante la incineración de un inmenso fragmento de basura espacial, e incluso señalan ya a un "culpable": La segunda etapa del cohete chino Larga Marcha 7, lanzado el 25 de Junio en el que fue su primer vuelo. Realmente no es un acontecimiento raro, aunque muchas veces ocurra en zonas deshabitadas, como los océanos, aunque si la masa estimada del objeto, de unas 5-6 toneladas. Solo la fase del cohete ruso Zenit que se desintegró en la atmósfera sobre la vertical de Vietnam el día de Año Nuevo, puede rivalizar con lo observado ahora.
China desarrolló el Larga Marcha 7 como parte de sus ambiciosas programas espaciales, sobretodo la estación espacial que quieren tener plenamente construida y operativa a principio de la década de los 20. El lanzamiento del 25 de Junio transportó, según las autoridades chinas, el prototipo de una cápsula tripulada, así como diversos experimentos de prueba tecnológica. El Larga Marcha 7 quedó inicialmente en una órbita de 203 x 378 km, pero la fricción con la atmósfera de la Tierra ya la había reducido a una de 131 x 144 km cuando llegó el 27 de Julio. Y entonces vino su caída espectacular, llenando de luz los cielos de Estados unidos. Ciertamente irónico teniendo en cuenta la creciente rivalidad entre ambas potencias, pero el espacio no conoce de fronteras.
Amazing Fireball Over Western US Caused by Chinese Space Junk
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