Años de planificación y trabajo, de grandes metas y altas expectativas, se ponen en juego en operaciones que duran apenas unos minutos. El lanzamiento, aterrizar en otro mundo, las primeras pruebas con los instrumentos científicos...todos ellos son momentos de tensión para los implicados, tanto por todo lo que está en juego desde el punto de vista económico y de prestigio como porque muchos de ellos le han dedicado una parte importante de su vida. Y el 17 de Julio fue uno de esos momentos.
Los protagonistas fueron los científicos e ingenieros directamente implicados en la construcción del telescopio espacial IRIS (Region Imaging Spectrograph), ya que ese día, y dentro de las fase de pruebas para comprobar el estado de todos los sistemas, este pequeño observador del Sol captó las primeras imágenes de nuestra estrella. Si algo fallaba, a diferencia del Hubble, cuya órbita y la presencia hasta hace pocos años de los transbordadores espaciales permito reparar los defectos detectados en su lente principal después de su lanzamiento, significaba el final de este proyecto.
Pero no lo hizo, y en su lugar nos ofreció una visión extremadamente detalladas de la zona del Sol hacia la que dirigió su mirada, mostrando una multitud de estructuras finas, como fibras, que nunca se han visto antes, revelando los enormes contrastes de densidad y temperatura que se producen en toda la región, incluso entre los bucles vecinos apenas separados por unos pocos cientos de kilómetros. Las imágenes también muestran manchas que rápidamente se iluminan y oscurecen, que podrían proporcionar pistas sobre cómo la energía se transporta y se absorbe.
Las imágenes de estructuras finas en la capa inferior de la atmósfera solar ayudarán a rastrar cómo la energía magnética contribuye a su calentamiento. Los científicos necesitan observar esta región con exquisito detalle, porque la energía que fluye a través de ella hace que la capa superior de la atmósfera del Sol, la Corona, llegue a temperaturas superiores a 1 millón de grados Kelvin, casi 1000 veces más caliente que la propia superficie solar, uno de los enigmas más duraderos de nuestra estrella que este telescopio espacial quiere resolver.
IRIS realizará observaciones para afinar su instrumental hasta el próximo 26 de Agosto, momento en que se iniciará la actividad científica propiamente dicha. El primer paso, el más importante, aquel que decide si tantos años de duro trabajo han servido para algo o están destinados a perderse en el olvido del fracaso, quedó definitivamente atrás.
Una comparación entre las imágenes del Solar Dynamics Observatory y las primeras de IRIS de la misma región, que permite apreciar finas estructuras, invisibles hasta ahora.
NASA's IRIS Telescope Offers First Glimpse of Sun's Mysterious Atmosphere
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