Curiosity abandona definitivamente Glenelg e inicia su camino hacia Aeolis Mons.
De forma muy parecida a lo que le ocurrió a Opportunity, que se encontró con objetivos dignos de estudio y que ofrecería resultados transcendentales en su misión en el mismo lugar de aterrizaje, su llegada a Gale se tradujo en el rápido hallazgo de una zona extremadamente interesante, quizás, como apuntan los datos, parte de un antiguo rio o lago del que ahora quedan solo sus señales en la roca. Tanto que sus dos primeras perforaciones y extracción de muestras para su análisis casi permitió dar por completado el objetivo de su viaje, encontrar indicios de la existencia de antiguas condiciones ambientales propicias para la vida.
Como resultado poco hemos podido disfrutar de la faceta como rover de Curiosity, anclado como estaba en lo que los encargados de la misión consideraban un "cofre del tesoro" científico. Al fin y al cabo si se envía un vehículo móvil a otro mundo es, precisamente, poder desplazarse hasta encontrar aquello que se busca, por lo que había pocos motivos para irse de Yellowknife Bay y Glenelg, que eran todo lo que los que proyectaron esta misión habían soñado. Solo Opportunity, al otro lado del planeta, nos permitía disfrutar de un auténtico viaje, de poder ver el paisaje de otro mundo cambiar día a día. Pero finalmente llegó la hora de partir.
Siguiendo inicialmente el mismo camino por el que entró en esta zona singular, uno ya conocido y por tanto más seguro y fácil, abandonó recientemente el que fue su hogar durante tantos meses, dando inicio, finalmente a su largo viaje hasta el punto de entrada a Aeolis Mons, la gran montaña que domina el paisaje de Gale, y que se encuentra a unos 8 Kilómetros de distancia. Curiosity no es especialmente rápido (140 metros/hora en el mejor de los casos) y posiblemente realizará más de una pausa, ya que la idea es ir examinando todos los puntos interesantes que se detecten durante el camino, por lo que posiblemente no será hasta bien entrado 2014 que las puertas de Aeolis, pero la importante es que, finalmente, estamos en camino.
Aeolis Mons es el motivo último por el que se escogió Gale como lugar de aterrizaje de Curiosity por delante de muchos otros igualmente interesante, ya que los datos de los exploradores en órbita indicaron la presencia de arcillas, minerales se forman principalmente por la acción de agua neutra, ideal para la vida tal y como la conocemos. Igualmente sus innumerables estratos rocosos, claramente visibles en todas las fotografías realizadas por el rover desde su llegada, indican que podríamos estar ante todo un registro geológico que abarcaría miles de millones de años de historia marciana, por lo que el momento en que nos adentremos en el interior de esta montaña llena de promesas podría marcar un antes y un después en la historia de la exploración de Marte.
Pero eso aún queda lejos. Por delante nos queda un largo viaje, siempre mirando hacia el gran objetivo, pero al mismo tiempo observando con detalle todo lo que se cruce en su camino por si nuevos "cofres del tesoro" aparecen ante el. Al fin y al cabo este es un viaje de descubrimiento, y, como nos recuerda John Grotznger, que lidera esta misión, "siempre iremos allí donde la ciencia lo lleve"
Las huellas frescas dejadas en sus últimos movimientos que lo alejan de Yellowknife Bay contrastan con las dejadas hace varios centenares de días marcianos en su entrada a este último.
Los últimos desplazamientos y el principio de un largo viaje.
Curiosity rover Embarks on Epic Trek To Mount Sharp
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