Las 2 últimas lunas de Plutón reciben sus nombre oficiales por parte de la Unión Astronómica Internacional.
No deja de ser una formalidad que en si no afecta en nada a la observación y exploración de un cuerpo celeste, pero ante los ojos humanos tener un nombre parece dotar al que lo recibe de una personalidad propia e incluso de una magia especial que sale a la luz cada vez que se pronuncia. Marte, La Luna, Venus, Júpiter o Titán, cada uno de ellos, al ser pronunciado, nos sumerge en ello de una forma que ninguna denominación más "científica" podría lograr. Así es desde el momento que en que la Humanidad levantó los ojos hacia el firmamento y así será mientras sigamos existiendo como tal, ya que forma parte de nuestra forma de pensar y entender el Universo que nos rodea el dotar a las cosas, desde pequeños vehículos hasta cuerpos planetarios, de vida propia.
Plutón es uno de esos mundos donde solo su nombre que lo convierte en un lugar casi mágico, magnificado por nuestro desconocimiento sobre su naturaleza, la gran distancia que nos separa de el y la curiosa circunstancia que durante casi un siglo, hasta el descubrimiento del Cinturón de Kuiper y los innumerables pequeños planetoides que lo habitan, la frontera final del Sistema Solar, el punto donde terminaba nuestro hogar y empezaba el océano interplanetario. Sin duda que fuera llamado como el dios del inframundo romano, el equivalente del Hades griego, no podía ser más acertada, situado como parecía estar en el filo del abismo, envuelto en tinieblas lejos de la luz solar.
Por ese motivo dar un nombre a un nuevo planeta o cuerpo celeste no se toma a la ligera y siempre llega después de amplias deliberaciones por parte de la Unión Astronómica Internacional (IAU). Y Plutón, como si se vengara de ella por haberlo eliminado de la lista de planetas, no dejó de darles trabajo cuando se descubrió, en un periodo de tiempo relativamente pequeño, que además de Caronte, estaba acompañado por otras 4 lunas, tan pequeñas que habían permanecido en el anonimato hasta que el Hubble las sacó a la luz.
Había que darles nombre, y las 2 primeras descubiertas lo recibieron poco más de un año después, siendo conocidas como Nix e Hydra. La primera por la diosa primordial de la oscuridad griega, madre entre otros de Tánatos(Muerte) e Hipnos(Sueño), sirvientes de Plutón/Hades, y la segunda por la serpiente de nueve cabezas, también relacionada con el inframundo, que Heracles mató en el segundo de sus 12 trabajos. A la hora de decidir la nomenclatura de cuerpos celeste se intenta seguir una línea coherente, y para un planeta y sus lunas se intenta que todos tengan nombres relacionados, por lo que las lunas de Plutón debían estar ligadas a el y su mitología.
Quedaban otras 2 esperando su nombre oficial, y estos llegaron recientemente después de que se realizara una encuesta vía Internet, abierta a todos los internautas y patrocinada por el SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence), una forma interesante de aproximar estos temas al gran público. Sus resultados no era vinculantes, pero la IAU eligió a los 2 más votados que encajaban con la idea del inframundo grecoromano: Kerberos (del griego antiguo Κέρβερος, Kérberos), el perro de 3 cabezas que guardaba las puertas del Hades, y Styx (del griego Στύξ), el rio Estigia, el límite entre la tierra y el mundo de los muerto, que Caronte recorría con su barca, ayudando a los fallecidos a cruzar al otro lado a cambio de una moneda.
Kerberos y Styx fueron el segundo y tercero más votado, superados ampliamente por Vulcano, que acumuló 170.000 de los 500.000 votos recibidos, apoyado por una intensa campaña de los fans de Star Trek, includo el actor William Shatner, el capitán Kirk de la serie original. Sin embargo no sería seleccionado por razones evidentes, y es que Vulcano no tiene nada que ver por la mitología de Plutón/Hades. Además le representa como un mundo ardiente, precisamente todo lo contrario que estos gélidos mundos de la frontera exterior.
Por tanto, y si no se produce ningún otro descubrimiento, la amplia familia de Plutón ya tienen todos sus nombres, una auténtica puerta al inframundo que imaginaron griegos y romanos, y cuya influencia, bajo diversas formas, llega hasta nuestros días. Un lugar extraño, y ahora aún más mágico, que espera ya la llegada de la New Horizons.
Las 5 lunas de Plutón son sus nombres definitivos. Con la excepción de Caronte, de un tamaño gigantesco en comparación al tamaño del propio planeta, las otras 4 son pequeños cuerpos no mucho mayores que el Fobos marciano, en especial Kerberos y Styx.
Plutón y sus lunas con las divinidades correspondientes a cada una de ellas.
Otra vez será, Capitán.
2 Pluto Moons Get New Names
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