Lunar Recconaissance Orbiter nos lleva, de forma cíclica, al encuentro de un pasado tan glorioso como fugaz, que en esta ocasión tiene como protagonista el lugar de alunizaje del Apolo 14, el tercer éxito (y el primero tras el accidentado Apolo 13) del programa de vuelos tripulados a la Luna que EEUU protagonizó a finales de los 60 y principios de los 70.
No es la primera vez que la LRO puede observar esta zona, pero en esta ocasión, gracias a que el ángulo con que el Sol iluminaba el escenario era más bajo, los detalles destacan mucho más. Así, es posible no solo observar con bastante detalle no solo el módulo que quedó atrás sinó los diversos caminos que los astronautas dejaron impresos con sus propias huellas y las del MET (Mobile Equipment Transporter), asi como el "pack" de instrumentos científicos (ALSEP) que estos instalaron en la superficie.
El Apolo 14 permaneció 33 Horas en La Luna, y sus ocupantes protagonizaron dos EVAs o paseos por la superficie, con una duración, respectivamente, de 4,8 y 4,6 Horas, recogiendo unos 43 Kilográmos de rocas y polvo para su futuro análisis en la Tierra. Igulamente se hizo impactar la tercera fase del cohete Saturno con el objetivo de que los diversos Sismógrafo dejados allí por las anteriores misiones Apolo captaran las ondas sísmicas orginadas, lo que sirvió para conocer mejor la estructura interna de nuestro satélite.
Varias son las anécdota que rodearon esta viaje, entre ellas una tan curiosa como el hecho de que el astronauta Alan Shepard transportó, sin conocimiento de los técnicos de la misión, un palo de golf y varias bolas, que utilizó para, ante la sorpresa de medio mundo, hacer un par de golpes. Pero sin duda la más importente, tanto por su simbolismo como por su interés científico, serían las 450 semillas de distinas especies de árboles que el Servicio Forestal de los Estados Unidos entregó a Stuart A. Roosa, con el objetivo de plantarlas posteriormente en la Tierra y observar si crecían normalmente después de haber estado expuestas al espacio y la microgravedad. Cosa que así hicieron.
Conocidos como Árboles de la Luna, o Moon Trees, actualmente la mayoría se encuentran repartidos en diversas instituciones de los EEUU, desde hospitales y parques públicos hasta Universidades, aunque algunos fueron regalados a otros paises, como Brasil, Suiza o Japón, este último como regalo al emperador Hirohito. Poner una mano sobre cualquiera de ellos es como tocar, aunque solo sea de forma indirecta, esa misma Luna que nos ilumina las noches, una conexión directa con la historia misma de la carrera espacial.
Una panorámica de las tierras de Fra Mauro, donde alunizó el Apolo 13, realizada con diversas fotografías tomadas desde el módulo Antares por Ed Mitchell...dentro del pequeño cráter que se observa en el centro puede verse (si se amplía la imagen) una de las bolas de golf de Alan Shepard.
Los árboles de la Luna o Moon Tree, resultado de un experimento que demostró que las semillas pueden aguantar un viaje espacial sin ver disminuida su capacidad de germinar y crecer.
El Bicentennial Moon Tree, que desde 1975 encontramos en Washington Square, Philadelphia.
Apollo 14: A View from Antares
1 comentario:
Buen Post ya que siempre se habla del primer aterrizaje en la luna y se tiende a "olvidar" el resto. Y que buenas anécdotas XD
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