Dragón, de la compañía Space X, se convirtió en el primer vehículo espacial en convertir en realidad la idea de una carrera espacial por parte del sector privado, lanzado mediante una cohete lanzadera propio, el Falcon 9, y con capacidad de alcanzar y acoplarse a la Estación Espacial, permitiendo así a los EEUU, "huerfano" desde la retirada de los Space Shuttle, recuperar parte de su perdida capacidad de alcanzar esta estructura orbital. Pero en el campo de la industria privada la competencia es el motor mismo de su desarrollo, y en este nuevo terreno de juego espacial esta realidad la encarna la Orbital Sciences Corporation.
Al igual que Space X la NASA ayudó a esta compañia a dar los primeros paso mediante el programa COTS (Commercial Orbital Transportation Services), que apoyó en su momento los 2 primeros vuelos de prueba de Dragón y ahora hace lo mismo con Cygnus, la propuesta de Orbital Sciences para ofrecer uns capacidad del que la NASA carece ahora mismo, al menos hasta la llegada de Orión, y al igual que con competidora tiene firmado un contrato con ella, un total de 1900 millones de dólares a cambio de 8 vuelos de Cygnus a la ISS para el transporte de cargamentos de todo tipo. Siempre y cuando supere este primer viaje.
Un viaje que empezó a las 14:58 GMT del pasado 18 de Septiembre desde las instalaciones de la isla de Wallops, nuevamente escenario de otro lanzamiento espacial después del reciente vuelo de la sonda LADEE, cuando el Antares, un cohete de dos etapas construido por la empresa ucraniana PO Yuzhmash, se elevó por 2 ª vez sobre el Atlántico después de su vuelo inaugural el pasado 21 de Abril, y como en esa ocasión sin problemas. Minutos después la Cygnus desplegaba sus paneles solares, inciado oficialmente su viaje hacia la ISS, a la que debería acoplarse (en realidad atrapada por el brazo robótico Canadarm2, al igual que la recientemente desaparecida Kounotori 4) el próximo Domingo 22 de Septiembre.
Con una masa de 4100 Kilogramos y una capacidad de transportar hasta 2.000 Kilogramos de carga, en esta ocasión, ya que no deja de ser un vuelo de prueba para poner a prueba sus sistemas y capacidad de maniobra, solo entregrará a la ISS unos 700 Kg de carga, básicamente comida y ropa, permaneciendo acoplado a ella durante unos 30 días. Construido en Italia por parte de la compañía Thales Alenia Space a partir del antiguo módulo MPLM (Multi-Purpose Logistics Module) que se utilizó durante las misiones del transbordador a la ISS, por lo que a está diseñada para desintegrarse en la atmósfera, y ese será su final cuando, transportando los desechos de la estación, regresa a La Tierra.
A diferencia de Dragón, que Space X quiere que algún día puede realizar vuelos tripulados, Cygnus tiene metas más modestas pero no por ello un reto menos ambicioso, el de ofrecer a una superpotencia espacial venida a menos por sus propios errores recuperar aquello que una gestión llena de dudas y cambios sobre la marcha le quitó.
Infografía: El cohete Antares y la nave Cygnus.
El viaje de Cygnus no deja de ser un vuelo para demostrar sus capacidades técnicas. Por ello, tanto su lenta aproximación a la órbita de la ISS como su posterior captura y acoplamiento en esta, será un gran campo de pruebas en que realizará diversas maniobras destinadas a demostrar que está plenamente preparada para asumir su misión como nave de carga.
Los tripulantes de la ISS asistiendo al lanzamiento de Cygnus, que les visitará dentro de unos pocos días.
Una hermosa fotografía del lanzamiento en falso color infrarrojo.
Lanzamiento de la primera nave Cygnus (Orb-D1)
Cygnus despega hacia la Estación Espacial Internacional
Cygnus En Route for Sunday Rendezvous With Station
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