Luz Verde para ExoMars 2020 y cancelación de la sonda AIM.
Marcar el rumbo la de Agencia Espacial Europea no es sencillo. A diferencia de China, la NASA o la JAXA, por poner unos ejemplos, que pertenecen a una nación en concreto, la ESA esta financiada por conjunto de 22 países. Eso implica que establecer unos objetivos y mantenerlo no es sencillo, ya que básicamente se necesita que todos estos gobiernos se pongan de acuerdo y acepten financiar los diferentes proyectos. Y como es sencillo imaginar, es necesario hacer equilibrios entre los intereses de cada uno de ellos, que no siempre coinciden, por no decir que en ocasiones son completamente opuestos.
Recientemente tuvo lugar la cumbre ministerial de la ESA, donde los representantes de los 22 países se reúnen para decir que proyectos pasan adelante, cuales se quedan por el camino y, en defintiva, marcar un plan de futuro. Tanto como es posible teniendo en cuenta las circunstancias. Y de ella salieron buenas y malas noticias.
Comencemos por las malas: La cancelación de la misión AIM (Asteroid Impact Mission), un proyecto conjunto con la NASA que recibía en nombre de AIDA (Asteroid Impact and Deflection Assessment mission), y que como su nombre indica tenía como meta, además de sus objetivos científicos, comprobar nuestra capacidad de desviar un asteroide potencialmente peligroso, utilizando como campo de pruebas a Didymos, contra el cual se habría lanzado a la pequeña sonda DART(Double Asteroid Redirection Test), construida por la NASA. AIM debería haber monitorizado el impacto y sus consecuencias en la trayectoria de este cuerpo doble.
Teniendo en cuenta que era una misión de bajo coste, que contaba con un amplio apoyo entre la comunidad científica y de que ya se arrastraba una notable lista de proyectos cancelados en este ámbito, quizás podíamos ser un poco optimistas. Pero nunca tuvo un apoyo semejante en en seno de la ESA. El recuerdo de Cheliábinsk parece haberse difuminado demasiado rápidamente. Y aunque se asegura que no está del todo muerta, veremos si termina "reencarnado" de nuevo bajo otro nombre.
Y ahora por las buenas: La aprobación definitiva del rover ExoMars, cuyo sobrecoste, que hacía necesaria una inyección extra de 440 millones de Euros para seguir adelante, sumado al fallido aterrizaje de Schiaparelli, que no dejaba de ser un ensayo técnico para ese primero, había generado dudas. Sin embargo con la sonda ExoMars ya en órbita marciana de forma exitosa, siendo además un proyecto conjunto con Rusia y con tanto dinero ya invertido, hacia que una retirada a estas alturas de la película fuera improbable. Como pasó con Curiosity, el proyecto ya estaba demasiado avanzado y adquirido una dimensiones demasiado grandes para poder permitirse una cancelación.
Sin embargo la generosidad de los países integrantes tienen un límite, y solo se aprobó un extra de 340 millones (que al mismo tiempo justificaron la cancelación de AIM). Lo que falta deberá salir de los propios presupuestos de la ESA, y eso podría significar el retraso, o quizás incluso la cancelación, de otros proyectos. Se promete que no será así, pero lo cierto es que el dinero no aparece por generación espontánea. Veremos lo que ocurre, pero al menos es una buena noticia que se hayan disipado las dudas sobre el rover ExoMars. Ahora solo falta que se tenga más pericia en hacerlo aterrizar que su desdichado predecesor.
No son las únicas decisiones (Permanencia en la ISS hasta 2024, retraso del observatorio espacial de onda gravitatorias LISA a 2034, aprobación del discutible vehículo reutilizable italiano Space Rider y luz verde al proyecto frances Prometheus, un motor de metano para competir con SpaceX son algunas de las otras tomadas) pero si las dos más importantes. Un de luz y otra de oscuridad. No se puede pedir mucho más a una organización que refleja la propia división y luchas de intereses en Europa.
Al menos ahora podemos estar seguros que el rover ExoMars será una realidad. Solo esperemos que esta vez se logre aterrizar de una pieza.
Cumbre ministerial de la ESA 2016: adiós AIM y luz verde a ExoMars 2020
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