En los años 70 del siglo pasado se llegó a la cima de la exploración lunar, y con ello también el principio de su final. Con las misiones Apolo por un lado y las sondas de superficie soviéticas por otro, los objetivos parecían cumplidos y, pese a ideas de construir basas habitadas que rondaban por las mentes de algunos, demasiado avanzadas para la tecnología de la época, la cosa terminó ahí. La Humanidad había puesto su pie en la superficie lunar, aunque fuera de forma fugaz, y el camino parecía haber llegado a su final.
Varias décadas después La Luna es de nuevo objeto de deseo, en buena parte por la irrupción de nuevas potencias que están recorriendo ahora el camino que las viejas hicieron en el pasado, lo que a su vez está haciendo reaccionar a estas últimas, que no se quieren ver superadas. Una reacción en cadena que nos lleva a una segunda era dorada de la exploración lunar, y que tiene en China su líder más claro, pero a los anuncios de los EEUU de regresar con vuelos tripulados en 2024. Está por ver si para entonces la potencia asiática no se ha sacado una nueva sorpresa de la chistera.
En esta nueva carrera, y hace unos días, despegaba la Chang´e 5 con el ambicioso objetivo principal de traer muestras de material lunar a la Tierra, emulando las misiones soviéticas del pasado. Hoy ya se encuentra en órbita alrededor de nuestro satélite y estamos a la espera, a falta de fechas oficiales, de que su módulo se separa de la sonda orbital y inicie su descenso hacia la llanura volcánica conocida como Mons Rümker, la zona elegida por los científicos chinos por su juventud geológica, mucho más que aquellas donde soviéticos y norteamericanos recogieron sus muestras, y por tanto con mayor potencial para mostrarnos la evolución de la Luna a lo largo del tiempo.
Una vez alunice se espera que el módulo recoja unos 2 kilogramos de material, que serán encapsuladas y dispuestas en un pequeño módulo situado en a parte superior del módulo de descenso. Entonces llegará el momento más delicado de todos, cuando esté primero despegará por su cuenta y se colocará de nuevo en órbita lunar, donde dos días después deberá reunirse con la sonda orbital para regresar a la Tierra. Poco después, una vez cerca de nuestro planeta, será lanzada hacia la atmósfera, para aterrizar finalmente de forma suave en algún lugar de Mongolia.
De lograrlo China habrá realizado un nuevo salto adelante, aún por detrás de los logros del pasado, pero cada vez cercanos. Es cuestión de tiempo en que los supere y los deje atrás.
La compleja misión lunar Chan-e-5, con el que busca repetir los éxitos soviéticos y afianzar su carrera espacial.
A giant leap for China's space exploration. China Tuesday launched a spacecraft to collect and return samples from the moon, the country's 1st attempt to retrieve samples from an extraterrestrial body. #LunarProbe pic.twitter.com/sxLQsrEJAX
— China Xinhua News (@XHNews) November 24, 2020
THIS. IS. JUST. AWESOME. !!!
— r00t (@r2x0t) November 25, 2020
This is video decoded from the 8455MHz high rate downlink @uhf_satcom received yesterday. All the work on the decoder and data analysis really paid off in the end!
Video shows solar panel of Chang'e-5 glistening in the sun and dust floating around. pic.twitter.com/FKc92kgskl
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