El pasado Marzo dejamos de poder hablar con ella, no por problemas con la sonda, que continúa activa a pesar de cargar ya con más de 40 años a sus espaldas, sino porque la única antena capaz de comunicarse con ella y enviarle comandos entraba en una compleja fase de mejora para poder seguir actuando de enlaje con un objeto que, recordemos, se encuentra ya mucho más lejos que Neptuno y Plutón y cuenta con una tecnología de los años 70. Al igual que dicha antena, que lleva en activo desde hace medio siglo. Era necesario mejorarla y así se hizo los últimos meses, pese a la actual situación pandémica.
El pasado 29 de Octubre, finalmente, la antena DSS43 de la estación de seguimiento de Camberra, envió de nuevo comandos a la Voyager 2, que llevaba meses sin contacto con la Tierra, y la sonda confirmó su recepción. Con ello se superaba una larga etapa de siete meses en que tuvo que funcionar de forma completamente autónoma, sin recibir señal alguna de nuestro planeta. Un viaje por el silencio que finalmente llegó a su final.
¿Porque depende la Voyager 2 de una sola antena para enlazar con la Tierra, si la Red del Espacio Profundo (DSN) de la NASA cuanta con tres complejos de esta clase? La respuesta es la orientación con la que la sonda se aleja de nosotros, apuntando hacia el sur con respecto al plano orbital del Sistema Solar. Eso implica que las antenas de California y Madrid están demasiado al Norte como para poder verla. Solo la de Camberra está lo suficientemente al Sur para ello, y de todas las diversas antenas, solo la DSS43 tiene la capacidad suficiente para comunicarse con la Voyager. Por tanto, al quedar fuera de servicio "por obras", también se cortó la linía de enlace. Solo podíamos escuchar con antenas más pequeñas, pero no responder.
Obviamente todos se dejó preparado para esta eventualidad, enviándole por adelantado todos los comandos que necesitaría ejecutar durante los meses de incomunicación, pero de haber ocurrido una eventualidad no prevista, como un fallo que la hiciera entrar en modo seguro, nadie había podido afrontar la situación, aparte de escuchar impotentes el posible final. Por tanto no fue un plan sin riesgo, pero era necesario hacerlo y así se hizo. Hemos llamado de nuevo a la Voyager 2 y contestó. Una de las más increíbles aventuras de la exploración espacial sigue adelante.
La Voyager 2 se aleja de nosotros navegado hacia el sur de la Bóveda Celeste, por "debajo" del plano orbital. Eso limita a las antenas de Camberra, Australia, aquellas capaces de escucharla y hablar con ella.
La Red de seguimiento del espacio profundo dispone de tres grandes complejos de antenas, pero dos de ellas están en el hemisferio Norte. Solo Camberra está lo suficientemente al Sur para comunicarse con la Voyager 2
2 comentarios:
Hola, ¿todo bien? Aqui la tierra buscando contacto con Tokaidin, ya esta arreglada la antena, esperamos respuesta antes de un año luz...
saludos, como estas? seguidor fiel de tu blog y no he visto novedad alguna, espero estés bien
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