miércoles, marzo 04, 2020

Un oscuro brillo para el futuro

Captando un agujero negro desde la OSIRIS-REx.

En ocasiones el Universo nos ofrece sorpresas inesperadas, detalles de su inmensidad y de las innumerables maravillas que en el se esconden. Una imagen, un datos, una señal en un instrumento que delata algo que no se buscaba, cualquier cosa puede servir para ampliar las miras de una misión de forma inconmensurable. Y pocas cosas lo son tanto, por las fuerzas allí implicadas, que los restos de una antigua estrella masiva, el negro pozo gravitatorio sin fin que nace de su muerte de brillo infinito.

El instrumento REXIS (Regolith X-Ray Imaging Spectrometer) fue construido como parte de un programa de colaboración estudiantil, para inspirar a las futuras generación de científicos e ingenieros en el diseño y desarrollo de misiones espaciales, y centrado en captar las emisiones de Rayos-X del asteroide Bennu, fruto de la incidencia de la radiación solar en su superficie. En eso estaba trabajando el pasado 11 de Noviembre de 2019 cuando captó una fuerte emisión, y lo más extraordinario, que no llegaba del asteroide, sino de un punto situado más allá. Mucho más allá.

El objeto resplandeciente resultó ser un sistema binario con un agujero negro activo, descubierto solo una semana antes por el telescopio MAXI de Japón. La detonación, posiblemente fruto de que estaba devorando materia de su estrella compañera, fue captado tanto por este como por el detector NICER (Neutron Star Interior Composition Explorer) instalado en la ISS, mientras que REXIS, desde miles de millones de kilómetros de la Tierra hacia lo propio, convirtiéndose en la primera detección de esta clase realizada desde el espacio profundo."Detectar esta explosión de rayos X es un momento de orgullo para el equipo de REXIS. Significa que nuestro instrumento está funcionando como se esperaba y al nivel requerido de los instrumentos científicos de la NASA", dijo Madeline Lambert, estudiante graduada del MIT que diseñó las secuencias de comando del instrumento que revelaron este evento casual.

Un pequeño regalo que el Universo le hizo a la OSIRIS-REx, y a través de ella a los amantes del espacio. Y todo gracias a un instrumento ideado y construido por aquellos que, un día, deberán liderar nuestra carrera hacia las estrellas.

Un invisible resplandor de un monstruo devorando a su compañera y situado a unos 30.000 años-luz  de distancia.

Posición de REXIS en la OSIRIS-REx.

NASA’s OSIRIS-REx Students Catch Unexpected Glimpse of Newly Discovered Black Hole 

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