domingo, marzo 31, 2019

El legado de Opportunity (6): En la isla del tesoro

Llegando a Endeavour.

El 9 de Agosto de 2011 el largo viaje a través de la llanura de Meridiani Planum llegaba a su anelado final. Atrás quedaban dos años de constante avance, aunque no carente de exploración y descubrimientos, pero que siempre tuvo en mente, cada vez de forma más clara, a medida que la distancia se reducía. Ese día el sueño se cumplió, tocando el borde del cráter Endeavour en lo que su equipo bautizó con el nombre de "Spirit Point" en homenaje a su ya desaparecido hermano gemelo, en una decisión que no pudo ser más acertada, ya que si este último realizó descubrimientos trascendentales en cuanto a la habitabilidad del antiguo Marte, con evidencias de aguas no ácidas y actividad geotermal, el lugar del "aterrizaje" de Opportunity se demostraría un auténtico cofre del tesoro.

Y es que no solo la composición de las rocas expulsadas por el impacto que formó el cráter tenían una composición diferente a cualquier cosa vista anteriormente, sino que el rover se encontró con vetas de sulfato de calcio hidratado, o como lo llamamos de forma más común, Yeso. Este mineral es abundante en la Tierra, lo que no es extraño teniendo en cuenta que la presencia de agua es casi imprescindible para su formación, y su hallazgo el premio absoluto, ya que además indicaba un ambiente poco ácido, a diferencia de lo visto anteriormente, y por tanto mucho más acogedor para la vida. Se entiende perfectamente que Steve Squyres llegase a considerar la llegada a Endeavour como una segunda llegada a Marte.

"Spirit Point" se situaba al lado de una sección aislada del borde del cráter, conocido como Cape York, que visto desde la distancia era como una isla elevándose sobre la llanura. Habría sido un buen lugar para su descanso eterno, ya que para nada habríamos querido verlo perdido en la llanura, Queríamos que cuando llegara el momento, ese fuera en un punto reconocible. No sería el caso, ya que aún seguiría en activo 6 años más, pero ciertamente era un lugar especial.

Y no sería por tiempo, ya que Opportunity permaneció un año en esa pequeña isla, entre otras cosas porque la llegada del Invierno y los bajos niveles de energía disponibles hicieron necesario detenerse y colocar al rover en una buena posición para superar esos duros meses. El lugar elegido sería llamado Greeley Haven, donde una inclinación del terreno de unos 15º permitieron orientar sus panales solares de forma más favorable. Y allí permaneció durante 130 días marcianos. Quieto pero no inactivo, ya que seguiría tomando imágenes y realizado interesantes radioexperimentos sobre la forma del planeta. Incluso participó en simulacros para preparar la llegada de Curiosity. Un trabajador incansable.

Reanudaría su marcha a mediados de 2012, completando el viaje alrededor de la "isla", con nuevos hallazgos que reforzaron la presencia de agua en el pasado. A principios de 2013 llegó el momento se saltar al agua, de abandonar su hogar durante tanto tiempo, iniciando su viaje a través de la estrecha llanura que lo separara de la siguiente sección de Endeavour, hacia un lugar conocido como Solander Point. El lugar donde descansaría para siempre se aproximaba de forma inexorable.

La larga travesía llegaba a su final, y se iniciaba una nueva etapa en la misión de Opportunity. Cape York, una isla en la llanura.

Spirit Point, el lugar elegido para alcanzar Endeavour, y llamado así en honor al rover Spirit.

Examinando la roca conocida como Tisdale 2, que formaba parte del material expulsado por el impacto, y que reveló una composición diferente a lo visto anteriormente.

"Homestake", la visualmente espectacular veta de yeso que ofreció una nueva venta al pasado de Marte, indicando el paso de agua por las grietas del terreno.

En su larga estancia en Greeley Haven tuvo tiempo de dar forma a esta espectacular panorámica de su entorno.

Las esfera de Kirkwood, de unos 3 milímetros de diámetro, y que se formaron por la hematita depositada en la zona por agua saturada de minerales.

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