jueves, mayo 10, 2018

El mundo exiliado

Descubierto un asteroide expulsado a la periferia del Sistema Solar.

La juventud de nuestro sistema planetario fue caótica, donde la creación y la destrucción se sucedía sin solución de continuidad, y donde los planetas, lejos de nacer en sus órbitas actuales de desplazaron hasta alcanzar una deseable estabilidad. Especialmente en el caso de los gigantes gaseosos (Júpiter y Saturno) y de hielo (Urano y Neptuno), cuyas migraciones llevaron al caos a todo el naciente sistema planetario, literalmente arrasando con todo lo que se cruzaba en su camino. Este es, al menos, el escenario presentado por los más reciente modelos de como nació el Sistema Solar.

Algunos de ellos van más allá, y proponen que el mismo caos gravitatorio generado por estos movimientos llevó al "exilio" a no pocos asteroides, lanzados hasta la lejana Cinturón de Kuiper. Allí, rodeado de gélidos cuerpos de hielo de agua, se esconden pequeños mundos rocosos que un día fueron expulsados de su reino originar y enviados a la oscuridad. Una hipótesis que ahora parece dar un giro hacia una realidad contrastable, ya que un reciente artículo científico ha presentado pruebas de la detección del primer asteroide carbonáceo observado en el cinturón de Kuiper, proporcionando datos que apoyan estos modelos teóricos que hablan de unos inicios tempestuosos en nuestro Sistema.

Se le conoce como 2004 EW95, y desde su descubrimiento se sabía que había algo anómalo con el, ya que su espectro de reflectancia mostraba que era diferente a otros pequeños pobladores de Kuiper. Por ello un pequeño equipo de astrónomos, dirigido por Tom Seccull, de la Universidad de la Reina de Belfast (Reino Unido), utilizaron los espectrógrafos X-Shooter y FORS2, instalados en el VLT, cuya extraodinaria sensibilidad permitió al equipo obtener medidas más detalladas de los patrones de luz reflejada, y así deducir su composición, rico en carbono, y que lo liga directamente con los asteorides carbonaceos que abundan en el Sistema Solar interior.

"Dada la ubicación actual de 2004 EW95, en la helada periferia, se deduce que ha sido expulsado hacia su órbita actual por un planeta migratorio en los primeros días del Sistema Solar", explica Seccull."Si bien ha habido informes anteriores de otros espectros 'atípicos' de objetos del cinturón de Kuiper, ninguno se había confirmado hasta ahora con este nivel de calidad", comenta Olivier Hainaut, astrónomo de ESO."El descubrimiento de un asteroide carbonáceo en Kuiper es una verificación clave para una de las predicciones fundamentales de los modelos dinámicos del Sistema Solar temprano".

No fue un logro sencillo, ya que pese a tener unos 300 kilómetros de diámetro, se encuentra a 4.000 millones de kilómetros de la Tierra, por lo que obtener datos de su oscura superficie, rica en carbono, era todo un desafío."Es como observar una montaña gigante de carbón contra la oscuridad del cielo nocturno", afirma el coautor Thomas Puzia, de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Lo que da más valor a lo ahora logrado, abriendo las puertas a un pequeño y oscuro mundo que un día tuvo la mala fortuna de verse atrapado por el abrazo gravitatorio de un planeta en plena migración y exiliado a la oscuridad. Y si hay uno, seguro que existen otros esperando que también a ellos los saquemos a la luz. La misma de la que un día, hace miles de millones de años, fueron privados.

2004 EW95, un mundo perdido en la oscuridad.


El baile de los exiliados.

Descubierto un asteroide exiliado en la periferia del Sistema Solar

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