miércoles, julio 16, 2014

El largo camino a Europa

La NASA abre las puertas a propuestas de instrumental científico para su futura sonda a esta luna joviana.

Más allá del cinturón de asteroides se encuentra el lugar considerado con mayores posibilidades de albergar algún tipo de vida, no en la superficie, gélida y sometida a altos niveles de radiación, sino por debajo de ella, desde donde no dejan de llegar señales de que allí existe un gran océano de agua líquida. La última de las cuales fue el reciente descubrimiento, por parte del Hubble, de plumas de vapor de agua emergiendo de su Polo Sur, de forma no muy diferente a lo observado en la aún más lejana Encelado. Esta luna extraodinaria nos está llamando, y poco a poco la respuesta va tomando forma. Al menos por parte de la ESA, con la ya aprobada misión JUICE.

La NASA también quiere llegar hasta ella, e incluso está considerada un objetivo de alta prioridad por parte de las más altas instituciones científicas y políticas del país, como es el caso del National Resource Council's (NRC), pero desde hace unos años, con los recortes presupuestarios sufridos en su programa planetaria, con una administración de la Casa Blanca poco o nada predispuesta a tales aventuras, hacer realidad una sonda a Europa se está convirtiendo en una carrera de obstáculos, alguno de los cuales tan importantes y potencialmente fatales para su futuro como la decisión reducir su categoría previa, desde la máxima (clase flagship), que implicaba un presupuesto de 2.000 millones de dólares (como es el caso de Curiosity, por ejemplo), a otra intermedia, con un límite máximo de 1.000 Millones (gastos de lanzamiento a parte). Una cífra que sigue siendo alta, pero que podría quedarse corta a la hora hacer realidad una misión digna de tales metas. No son buenos tiempos para proyectos demasiado ambiciosos.

Pero la NASA sigue adelante en su esfuerzo para hacer realidad, aunque sea en forma de una versión más limitada de lo inicialmente previsto, una sonda que explore Europa, ya que incentivos no faltan para luchar por ella. "La posibilidad de vida en ella es una fuerza motivadora para los científicos e ingenieros de todo el mundo", dijo John Grunsfeld, administrador asociado del Directorio de Misiones Científicas de la agencia. Y por ese motivo ya se están dando los primeros pasos, "abriendo la ventana" para que instituciones de todo el país y del mundo presenten sus propuestas de instrumental científico, 20 de las cuales serán elegidas en Abril de 2015 para recibir financianción para que puedan avanzar en su formulación y el desarrollo. De todas ellas 8 serán las ganadores de esta "batalla" por Europa, y formarán, si finalmente se da luz verde a esta misión, su instrumental, que deberán afrontar 4 objetivos científicos claves.

1) Delimitar la extensión del océano y su relación con el interior más profundo, la capa de hielo y el agua por debajo de la superficie, incluyendo su heterogeneidad, y la naturaleza del intercambio entre el hielo de superficie y el océano subterraneo.

2) Determinar las composicion y química de la superficie, especialmente en lo relacionado con la habitabilidad.

3) Comprender la formación de las características que se observan en ella, incluyendo los sitios de actividad reciente, identificar y caracterizar los sitios candidatos para una futura exploración detallada, incluido puntos adecuados para aterrizar.

4) Explorar el entorno espacial de Europa y su interacción con la magnetosfera joviana.

Cualquier misión a Europa deberá, además, tener en cuenta el entorno de radiación agresiva en que se mueve esta luna (motivo por el cual se apuesta ahora por una misión que la sobrevuele repetidamente, en lugar de entrar en órbita como se quería hacer inicialmente), lo que hace necesario una protección única tanto de la sonda como de sus instrumentos. Además, la nave deberá cumplir con los requisitos de protección planetaria establecidos, destinadas a proteger el océano potencialmente habitable de Europa.

Todo ello si la conocida como Europa Clipper, sea bajo la forma que sea, quizás reducida en sus capacidades pero aún capaz de desvelar muchos de los misterios de esta luna, se hace finalmente realidad. Esperemos que así sea.
 
Mientras avanza el diseño de la nave, también lo hace la planificación de sus repetidos sobrevuelos. Cuando era una misión más ambiciosa y la NASA no se había visto obligada a renunciar (esperemos que de forma temporal) a las sondas de clase flagship, se apuntaba incluso por una que entrara en órbita alrededor de Europa. Los recortes posteriores, así como la dificultad de sobrevivir largo tiempo en la intensa radiación que domina el espacio alrededor de ella, hacen que ahora se apueste por una serie de sobrevuelos, como en su momento hizo la Galileo.

La Europa Clipper planteada inicialmente, antes de que los repetidos golpes al programa planetario de la NASA obliguen ahora a buscar opciones con un presupuesto que no sea ni la mitad del original.

JUICE (Jupiter Icy Moon Explorer) es de momento la única misión a las lunas de Júpiter, incluyendo Europa, oficialmente aprobada y cuyo lanzamiento está previsto para 2022. Queda ahora por ver si la norteamericana Europa Clipper es también una realidad.

NASA Seeks Proposals for Europa Mission Science Instruments

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