lunes, junio 29, 2015

Post Vintage (145): Cuestión de inercia


Es una imagen ya convertida en todo un símbolo de la carrera espacial. Los habitantes de la ISS flotando libremente dentro de la ya enorme estación, una pequeña ciudad en órbita que resulta lo más parecido que tenemos, en el mundo real, a las naves espaciales de muchas películas de ciencia ficción. Ciertamente da la sensación de que estar en ella es como vivir en un oasis de silencio, tranquilidad, quietud, alejados de un mundo donde todo parece ir, en ocasiones, demasiado deprisa.

Sabemos, pero, que todo esto es una simple ilusión fruto de la ausencia de puntos de referencia, y que aquellos que viven en la ISS son, de hecho, los seres humanos que se desplazan a mayor velocidad, de toda la Humanidad y de toda la Historia, a más de 27.700 Kilómetros/Hora, lo que les permite completar unas 9 veces la vuelta a La Tierra al día, con la consiguiente sucesión de salidas y puestas del Sol. Realmente no lo parece viendo los vídeos que continuamente nos llegan desde ella, ¿verdad?

Esta velocidad extrema no es percibida por los que están dentro de la estación por la misma razón que no la notamos nosotros cuando viajamos en avión. Todo, incluido su contenido (aire, aparatos, personas, ect..) se mueve al mismo ritmo, y por tanto la velocidad relativa entre ellos es 0, lo que produce la sensación de ausencia de movimiento. Y es que hay que recordar siempre que no notamos la velocidad, sino su variación (acelerando o frenando), y que cuando es estable cualquier percepción de ella desaparece.

Un ejemplo de todo ello es el vídeo superior, protagonizado por Mike Fossum, Satoshi Furukawa y Sergei Volkov, grabado durante uno de los episodios de encendido de los impulsores de la ISS, que se realizan cada cierto tiempo para hacer que la estación, que poco a poco pierde altura debido a la débil pero no inexistente fricción atmosférica, vuelva a ganar altura, una operación imprescindible para mantenerla en órbita.

La aceleración tiene, como vemos, efecto sobre los tres astronautas, que notan la ligera inercia resultante. Lo suficientemente pequeña para no representar un riesgo para su integridad, pero lo suficientemente intensa para dejarse nota y ofrecernos esta pequeña y divertida clase de física aplicada. Además de recordarnos que, lejos de esa aparente tranquilidad que parece vivirse en la ISS, no deja de ser un bólido que se mueve sobre nosotros a velocidades vertiginosas.

Viajando a velocidades que rondan los 27.700 Kilómetros por Hora, la ISS completa 9 vueltas a la Tierra al día, pero incluso así, la distancia hace que realmente no tengamos esa sensación.

Video: What’s It Like Inside the Space Station During a Re-boost?

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