viernes, diciembre 30, 2011

Rozando el precipicio

Lunar Reconnaissance Orbiter nos ofrece espectaculares imágenes del crater Aristarco.

Es una de las formaciones más destacadas del rostro lunar, no especialmente grande pero que resplandece gracias a su relativa juventud, unos 450 millones de años, demasiado poco para que el viento solar, lentamente, lo haya oscurecido, como si pasa en el terreno circundante.

Con un diámetro de unos 40 kilómetros y casi 4 de profundidad, el crater Aristarco es como una ventana abierta al interior de la meseta de Aristarco, una de las regiones más complejas de nuestro satélite y donde las señales de antigua actividad volcánica son más evidentes que en ningun otro lugar, en el pasado y quizas incluso en la actualidad. Y es que aquí donde se producen la mayor parte de los llamados fenómenos lunares transitorios, cambios temporales en la luminosidad y coloración del terreno que se cree son fruto de algún tipo de actividad volcánica residual, tal como parece indicar los descubrimientos de la Lunar Prospector, que detectó en el interior del propio crater emisiones de radón-222, un elemento radioactivo con una vida media de solo 3.8 días.

Realmente sería interesante acercarnos a sus bordes, observar como debajo de nuestros pies se extiende las abruptas paredes de Aristarco, con sus depósitos de material fundido, las vetas de brillante anortosita, la acumulación de ceniza piroclástica y los grandes bloques de hasta 100 metros desprendidos de ella...aunque, de momento, debamos conformarnos con algo que, sin ser exactamente lo mismo que situarnos allí mismo, es lo más parecido

Y es que la Lunar Reconnaissance Orbiter, siguiendo una trayectoria extraodinariamente cercana a la superficie que le llevó, el pasado 10 de Noviembre, a sobrevolar Aristarco a solo 26 Kilómetros de altura, nos ofrece unas espectaculares vistas de cara Este del cráter...tan cercana que casi podemos sentir el vértigo que representaría asomarse desde el exterior, y donde su compleja estructura resulta claramente visible.

En órbita desde mediados de 2009, la LRO termina así el año regalándonos la vista más espectacular que jamás hemos podido disfrutar de uno de los lugares mas extraños y fascinantes de nuestro satélite, un brillante punto en el resto lunar que, como hemos visto, esconde numerosos enigmas aún por resolver.

Aristarco desde la distancia, resplandeciente en comparación al terreno circundante. Las flechas enmarcan la panorámica tomada por la LRO.

Aristarco fotografiado desde el Apolo 15...la compleja superficie de la meseta donde se encuentra, llena de depresiones y canales, delatan que fue escenario de algún tipo de actividad volcánica que hoy día aún no parece haber desaparecido del todo.


La situación Aristarco en el rostro de la Luna tal como se ve desde La Tierra.


Viajando por las abruptas laderas de Aristarco.

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