El rover ExoMars inicia su "entrenamiento" en entornos extremos.
Mientras la BebiColombo se aproxima al final del camino y afrontará en unos meses su lanzamiento hacia Mercurio, la otra gran apuesta interplanetaria de la ESA lo está iniciando. Con la parte orbital del proyecto ya en Marte y trabajando a pleno rendimiento, el róver que deberá aterrizar en el planeta rojo en 2021 y del cual se espera pueda determinar la existencia de vida, presenta o pasada, en el, sigue avanzando para convertirse en una realidad definitiva. Aún no lo es físicamente, pero un avance de lo que será, conocido como "modelo térmico y estructural" afronta el reto de demostrar su viabilidad.
Tal como ocurre con todas las misiones espaciales, y sobretodo en el caso de una interplanetaria, es necesario probar que su estructura mecánica del rover, así como sus componentes térmicos y eléctricos y sus interfaces con los instrumentos científicos, están listos para soportar todo tipo de escenarios extremos, capaces de dejar fuera de servicio en segundos a cualquier otro ingenio tecnológico. Viajar a otros mundos no es para débiles.
El plan de pruebas así lo demuestas. Las próximas semanas y meses este Pre-reover ExoMars afrontará pruebas de todo tipo. Primero de vibraciones y sacudidas intensas, replicando lo que deberá aguantar durante el lanzamiento a bordo de un cohete Protón, así como los relacionados conla entrada a alta velocidad en la atmósfera de otro planeta y a la
apertura de los paracaídas, así como al aterrizaje final.
Pero esto solo será el principio, ya que seguidamente le esperarán dos meses donde deberá resistir condiciones ambientales marcianas en una cámara especialmente diseñada para ellos.Condiciones de bajísima presión atmosférica, una atmósfera rica en dióxido de carbono y temperaturas de hasta 120 Cº le esperan, y durante las cuales el róver deberá ser capaz de reproducir la actividad que tendrá que afrontar su versión final. Una campaña que terminará en Agosto, pero que solo será un descanso mientras afronta su nuevo destino: Se trasladará a Lavochkin (Rusia), donde se sellará en una réplica del módulo de descenso y volverá a someterse de nuevo a ensayos de vibraciones, impactos y temperatura.
"Esta campaña da inicio a una serie de ensayos en los que se comprobará
el diseño mecánico y térmico del róver, preparativos
esenciales que nos acercan aún más a la exploración in situ del Planeta Rojo", señala Pietro Baglioni, jefe del equipo del róver de ExoMars de la ESA. Ciertamente viajar a otro mundo, incluso a uno tan cercano como Marte, nunca es sencillo.
El modelo estructural de ExoMars. Las partes azules representan los paneles solares. Los
dos objetos de forma cuadrada en la parte inferior albergarán las
antenas de radar de penetración terrestre del róver, que usarán ondas de
radio para detectar la estructura del subsuelo hasta cinco metros. Esto permitirá detectar una capa helada, por ejemplo, lo que ayudará a guiar de dónde recolectará las muestras.
La caja negra contendrá el taladro del rover, que
recuperará las muestras y las entregará al laboratorio de a bordo a
través del espacio que se ve en el panel blanco en la parte delantera
izquierda.
ExoMars listo para su entrenamiento en entornos extremos
jueves, mayo 31, 2018
miércoles, mayo 30, 2018
Un tren a Mercurio
BepiColombo llega al Puerto Espacial Europeo de Kurú.
Cuando la sonda MESSENGER se precipitó sobre la superficie de Mercurio, poniendo punto final a la más amplia y exitosa misión jamás enviada al planeta más interno del Sistema Solar, aparentemente se cerraron las puertas a este pequeño mundo, tan lleno de sorpresas y enigmas. Pero desde antes de ese triste momento ya se estaban dando los primeros pasos para que algún día pudiéramos regresar. Europa y Japón unieron sus esfuerzos para intentar llevar adelante una misión conjunta, cada una con su propia sonda, pero que viajarían juntas hasta llegar a su destino. Hoy esa compleja misión ya es una realidad palpable que espera ya su momento definitivo.
El 4 de Mayo se completó el traslado al Puerto Espacial Europeo de Kurú de la futura sonda BebiColombo, realizado de forma escalonada, ya que en realidad son tres, la japonesa MMO (Orbitador Magnetosférico de Mercurio), la europea MPO (Orbitador Planetario a Mercurio) y el MTM (módulo de transferencia), que será el encargado de acoger a las dos primeras, suministrándoles energía hasta el momento de la separación. Ciertamente el término "sonda" no define a esta misión. Son dos misiones, cada una con sus objetivos, ligadas solo porque ambas tienen la o meta final. Una unión de fuerzas para hacer realidad este sueño.
Las "BepiColombo" afrontan ya su última etapa, unos meses de prueba de todos los sistemas, al que seguirá su definitiva unión en lo que podemos considerar un tren rumbo a Mercurio. Por delante le espera un largo viaje, ya que aproximarse al Sol con la trayectoria y velocidad adecuada para lograr las inserciones orbitales de las sondas europea y japonesa. Pero el esfuerzo, y la paciencia que se deberá tener ante el largo viaje requerido, valen la pena.
Llegada a Kurú de la sonda europea MPO, la japonesa MTO y el módulo MTM, los 3 componentes de la misión BebiColombo.
En primer término la MMO japonesa, con su antena blanca de alta ganancia en la parte superior. A la derecha se encuentra la MPO europea, actualmente sin sus mantas protectoras de aislamiento. Juntos, los dos orbitadores llevarán a cabo la investigación científica más detallada de Mercurio y su entorno nunca realizada. El módulo de transferencia o MTM puede verse a la izquierda, y proporcionará energía a ambos vehículos durante el largo viaje.
La BepiColombo en configuración de crucero. El módulo contiene los paneles solares y los impuslores, transportando la sonda europea, situanda entre este primero y la sonda japonesa, que está protegida dentro de un escúdo solar cónico.
BepiColombo unpacked at the Spaceport
Cuando la sonda MESSENGER se precipitó sobre la superficie de Mercurio, poniendo punto final a la más amplia y exitosa misión jamás enviada al planeta más interno del Sistema Solar, aparentemente se cerraron las puertas a este pequeño mundo, tan lleno de sorpresas y enigmas. Pero desde antes de ese triste momento ya se estaban dando los primeros pasos para que algún día pudiéramos regresar. Europa y Japón unieron sus esfuerzos para intentar llevar adelante una misión conjunta, cada una con su propia sonda, pero que viajarían juntas hasta llegar a su destino. Hoy esa compleja misión ya es una realidad palpable que espera ya su momento definitivo.
El 4 de Mayo se completó el traslado al Puerto Espacial Europeo de Kurú de la futura sonda BebiColombo, realizado de forma escalonada, ya que en realidad son tres, la japonesa MMO (Orbitador Magnetosférico de Mercurio), la europea MPO (Orbitador Planetario a Mercurio) y el MTM (módulo de transferencia), que será el encargado de acoger a las dos primeras, suministrándoles energía hasta el momento de la separación. Ciertamente el término "sonda" no define a esta misión. Son dos misiones, cada una con sus objetivos, ligadas solo porque ambas tienen la o meta final. Una unión de fuerzas para hacer realidad este sueño.
Las "BepiColombo" afrontan ya su última etapa, unos meses de prueba de todos los sistemas, al que seguirá su definitiva unión en lo que podemos considerar un tren rumbo a Mercurio. Por delante le espera un largo viaje, ya que aproximarse al Sol con la trayectoria y velocidad adecuada para lograr las inserciones orbitales de las sondas europea y japonesa. Pero el esfuerzo, y la paciencia que se deberá tener ante el largo viaje requerido, valen la pena.
Llegada a Kurú de la sonda europea MPO, la japonesa MTO y el módulo MTM, los 3 componentes de la misión BebiColombo.
En primer término la MMO japonesa, con su antena blanca de alta ganancia en la parte superior. A la derecha se encuentra la MPO europea, actualmente sin sus mantas protectoras de aislamiento. Juntos, los dos orbitadores llevarán a cabo la investigación científica más detallada de Mercurio y su entorno nunca realizada. El módulo de transferencia o MTM puede verse a la izquierda, y proporcionará energía a ambos vehículos durante el largo viaje.
La BepiColombo en configuración de crucero. El módulo contiene los paneles solares y los impuslores, transportando la sonda europea, situanda entre este primero y la sonda japonesa, que está protegida dentro de un escúdo solar cónico.
BepiColombo unpacked at the Spaceport
martes, mayo 29, 2018
El regreso de Curiosity
Reiniciando la toma de muestras después de un año y medio.
Quién siga con cierta asiduidad la actualidad de la exploración interplaneteria habrá notado una casi ausencia de noticias de este gran rover, más allá de las imágenes que sigue enviando de forma regular. Especialmente destacable en lo que se refiere a nuevos datos o descubirimientos realizados por sus laboratorios internos, encargados de analizar las muestras de material que el brazo robótico, totalmente en silencio desde hace más de un año.¿Que ocurre?
La respuesta es simple. No tenemos información de nuevos análisis de terreno marciano porque desde Diciembre de 2016 el brazo robótico, y más concretamente su taladro, encargado de perforar en los objetivos elegidos y extraer de ellos material subsuperficial, está fuera de servicio por problemas técnicos. Cosas que serían sencillas de arreglar directamente, pero que siendo un ingenio situado en otro planeta se convierte en un obstáculo letal, especialmente porque estos análisis de material es el corazón mismo de la misión. Sin ellos, aunque Curiosity siguió avanzando y tomando datos con el restos de instrumentos, ciertamente sus capacidades estaban muy limitadas. Hasta ahora.
Desde ese día no han dejado de trabajarse en métodos alternativos que permitiera superar los problemas. Y esa solución llegó recientemente con la técnica Feed Extended Drilling, que mantiene la broca extendida más allá de dos postes que se usaron originalmente para estabilizar el taladro contra las rocas marcianas. Curiosity demostró su efectividad este pasado 20 de Mayo, cuando reinició su actividad en el objetivo conocido como Duluth, usando la fuerza de su brazo robótico para perforar el terreno, un poco más como la forma en que un humano perforaría una pared en su casa, y extraer material. Puede parecer simple, pero implicó innumerables pruebas no solo para mostrar que era posible, sino que no implicaba riesgo alguno para el rover. Un extenso trabajo que dio los resultados esperados.
"El equipo utilizó una tremenda inventivo para idear una nueva técnica de perforación e implementarla en otro planeta", explica el Subdirector de Proyectos de Curiosity, Steve Lee, del JPL."Fueron 5 centímetros vitales de innovación desde 100 millones de Kilómetros de distancia. Estamos encantados de que el resultado haya sido tan exitoso".
Pero el trabajo está lejos de haber concluido, como explica Tom Green, ingeniero de sistemas del JPL que ayudó a desarrollar y probar el nuevo método."Hemos estado desarrollando esta nueva técnica de perforación durante más de un año, pero nuestro trabajo no se realiza una vez que se ha recolectado una muestra en Marte. Con cada prueba nueva, examinamos de cerca los datos para buscar mejoras que podamos hacer y luego volvemos a nuestro banco de pruebas para repetir el proceso". El siguiente paso es lograr entregar una muestra de roca de la broca a los dos laboratorios dentro del rover. No hemos llegado al final de esta etapa de sequía, pero si que acaba de darse un paso crítico para lograr ponerle fin. Pronto, esperemos, Curiosity estará de vuelta.
Una imagen en primer del agujero de 5 centímetros de profundidad producido por la nueva técnica de perforación de Curiosity. Es la primera perforación realizada desde Diciembre de 2016.
La primera perforación desde Diciembre de 2016, realizada el 26 de Febrero de 2018. Fue solo de 1 centímetro y sin toma de muestras, pero demostró que reiniciar las actividades de extracción era posible.
Probando el la Tierra el nuevo sistema de perforación.
Drilling Success: Curiosity is Collecting Mars Rocks
Quién siga con cierta asiduidad la actualidad de la exploración interplaneteria habrá notado una casi ausencia de noticias de este gran rover, más allá de las imágenes que sigue enviando de forma regular. Especialmente destacable en lo que se refiere a nuevos datos o descubirimientos realizados por sus laboratorios internos, encargados de analizar las muestras de material que el brazo robótico, totalmente en silencio desde hace más de un año.¿Que ocurre?
La respuesta es simple. No tenemos información de nuevos análisis de terreno marciano porque desde Diciembre de 2016 el brazo robótico, y más concretamente su taladro, encargado de perforar en los objetivos elegidos y extraer de ellos material subsuperficial, está fuera de servicio por problemas técnicos. Cosas que serían sencillas de arreglar directamente, pero que siendo un ingenio situado en otro planeta se convierte en un obstáculo letal, especialmente porque estos análisis de material es el corazón mismo de la misión. Sin ellos, aunque Curiosity siguió avanzando y tomando datos con el restos de instrumentos, ciertamente sus capacidades estaban muy limitadas. Hasta ahora.
Desde ese día no han dejado de trabajarse en métodos alternativos que permitiera superar los problemas. Y esa solución llegó recientemente con la técnica Feed Extended Drilling, que mantiene la broca extendida más allá de dos postes que se usaron originalmente para estabilizar el taladro contra las rocas marcianas. Curiosity demostró su efectividad este pasado 20 de Mayo, cuando reinició su actividad en el objetivo conocido como Duluth, usando la fuerza de su brazo robótico para perforar el terreno, un poco más como la forma en que un humano perforaría una pared en su casa, y extraer material. Puede parecer simple, pero implicó innumerables pruebas no solo para mostrar que era posible, sino que no implicaba riesgo alguno para el rover. Un extenso trabajo que dio los resultados esperados.
"El equipo utilizó una tremenda inventivo para idear una nueva técnica de perforación e implementarla en otro planeta", explica el Subdirector de Proyectos de Curiosity, Steve Lee, del JPL."Fueron 5 centímetros vitales de innovación desde 100 millones de Kilómetros de distancia. Estamos encantados de que el resultado haya sido tan exitoso".
Pero el trabajo está lejos de haber concluido, como explica Tom Green, ingeniero de sistemas del JPL que ayudó a desarrollar y probar el nuevo método."Hemos estado desarrollando esta nueva técnica de perforación durante más de un año, pero nuestro trabajo no se realiza una vez que se ha recolectado una muestra en Marte. Con cada prueba nueva, examinamos de cerca los datos para buscar mejoras que podamos hacer y luego volvemos a nuestro banco de pruebas para repetir el proceso". El siguiente paso es lograr entregar una muestra de roca de la broca a los dos laboratorios dentro del rover. No hemos llegado al final de esta etapa de sequía, pero si que acaba de darse un paso crítico para lograr ponerle fin. Pronto, esperemos, Curiosity estará de vuelta.
Una imagen en primer del agujero de 5 centímetros de profundidad producido por la nueva técnica de perforación de Curiosity. Es la primera perforación realizada desde Diciembre de 2016.
La primera perforación desde Diciembre de 2016, realizada el 26 de Febrero de 2018. Fue solo de 1 centímetro y sin toma de muestras, pero demostró que reiniciar las actividades de extracción era posible.
Drilling Success: Curiosity is Collecting Mars Rocks
domingo, mayo 27, 2018
Post Vintage (272): La Luna de la gran tormenta
Los datos de las sondas GRAIL revelan el posible origen volcánico de la "cara de la Luna"
El rostro de nuestra compañera de viaje es una de las constantes que acompaña a la Humanidad desde sus primeros pasos, un patrón fijo de manchas oscuras sobre las que hemos proyectado desde la noche de los tiempos innumerables leyendas, alimentadas por la tendencia de nuestra mente a buscar siempre formas familiares en el caos, desde rostros sonrientes hasta conejos selenitas, pasando por las costas de un hipotético océano. Esta es la razón por el cual aún se les llame "mares", aunque en realidad sean enormes llanuras formadas por grandes masas de magma solidificado, que en algún momento en el pasado inundaron buena parte del Hemisferio visible, dotándola del aspecto que tiene hoy día, y sin lo cual se parecería a lo que existen en la cara oculta, un mar de cráteres casi sin solución de continuidad.
¿Pero cual es el origen de estos mares? Y más concretamente del (Océano de las Tormentas), el mayor de todos ellos al extenderse 2.500 Kilómetros de norte a sur y cubrir una superficie de más de un millón y medio de kilómetros cuadrados? Durante mucho tiempo la idea dominante es que era el resultado de la colisión de un gran asteroide, siendo por tanto la mayor cuenca de impacto existente en La Luna, pero ahora el estudio de los datos de las ya desaparecidas sondas GRAIL parecen dar ahora un giro completo a la situación y dar un origen más relacionado con antiguos procesos volcánicos.
Liderados por Maria Zuber, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), un equipo científico analizó en profundidad los datos gravitatorios obtenidos por estas sondas gemelas durante su misión, encontrando que los límites del Océano de las Tormentas no son circulares o redondeados, sino poligonales, presentando ángulos y aristas que no son explicables en el escenario del impacto de un asteroide. En su lugar habrían sido gigantescas grietas de tensión en la superficie, ahora enterradas y solo detectables por la alteración que producen en el campo gravitatorio lunar, las que dieron origen a un gran evento de origen volcánico, con inmensas corrientes de magma llenando las zonas más bajas, hasta crear lo que ahora llamamos mares, las grandes manchas oscuras de su rostro.
El estudio también observó una sorprendente similitud entre este patrón geológico rectangular en La Luna, y los que rodean a la región polar sur de Encelado. Ambos parecen estar relacionados con procesos volcánicos y tectónicos que operan en sus respectivos mundos. "Nuestros datos de gravedad están abriendo un nuevo capítulo de la historia lunar, durante el cual la Luna era un lugar más dinámico de lo sugerido por el paisaje de cráteres que es visible a simple vista", explica Andrews-Hanna, del equipo GRAIL. "Se necesitar más trabajo para comprender la causa de este patrón recién descubierta de anomalías gravitatorias, y sus implicaciones para la historia de La Luna". Como es habitual en ciencia, la respuesta a una pregunta genera a su vez otras preguntas, y aunque estos descubrimientos ofrecen una importante pista de como pudieron formarse los mares lunares, queda por delante el cómo y el motivo por el cual se produjo algo así.
Una cosa si parece evidente, y es que La Luna tuvo una historia mucho más compleja de lo que inicialmente podríamos pensar, y el posible descubrimiento de estas fosas tectónicas, no observadas en ningún otro lugar de nuestro satélite y con evidentes parecidos a las que podemos encontrar en La Tierra, Venus y Marte, no hace más que reforzar esta idea. Lejos de ser un mundo tranquilo y en paz, solo afectado por ocasionales fuerzas exteriores, tuvo sus propias fuerzas internas, que moldearon, aunque solo fuera durante un periodo de tiempo geológico limitado, la superficie. La imagen de un rostro lunar cubierto por su fuego interior, la de una tormenta que lo enterró bajo un manto de magma, no puede estar más lejos de esta romántica idea.
A la izquierda, la Luna tal y como la vemos, en el centro, un mapa topográfico, con las llanuras y zonas más bajas marcadas en azul intenso y las tierras altas en color rojo, y a la derecha el mapa de anomalías gravitatorias vistas por las GRAIL.
Mapa topografíco de La Luna donde se sobreponen las anomalías gravitatorias que bordean Procellarum.
El aspecto que podrian haber tenido estas fosas tecntónicas, puertas abiertas al magma interior.
Las GRAIL, que trabajaron en tandem orbitando La Luna una muy cerca de la otra y en constante comunicación, lo que permitía detectar cualquier cambio en la velocidad y la distancia entre ellas, señal de alteraciones en el campo gravitatorio lunar.
NASA Mission Points to Origin of 'Ocean of Storms' on Earth's Moon
El rostro de nuestra compañera de viaje es una de las constantes que acompaña a la Humanidad desde sus primeros pasos, un patrón fijo de manchas oscuras sobre las que hemos proyectado desde la noche de los tiempos innumerables leyendas, alimentadas por la tendencia de nuestra mente a buscar siempre formas familiares en el caos, desde rostros sonrientes hasta conejos selenitas, pasando por las costas de un hipotético océano. Esta es la razón por el cual aún se les llame "mares", aunque en realidad sean enormes llanuras formadas por grandes masas de magma solidificado, que en algún momento en el pasado inundaron buena parte del Hemisferio visible, dotándola del aspecto que tiene hoy día, y sin lo cual se parecería a lo que existen en la cara oculta, un mar de cráteres casi sin solución de continuidad.
¿Pero cual es el origen de estos mares? Y más concretamente del (Océano de las Tormentas), el mayor de todos ellos al extenderse 2.500 Kilómetros de norte a sur y cubrir una superficie de más de un millón y medio de kilómetros cuadrados? Durante mucho tiempo la idea dominante es que era el resultado de la colisión de un gran asteroide, siendo por tanto la mayor cuenca de impacto existente en La Luna, pero ahora el estudio de los datos de las ya desaparecidas sondas GRAIL parecen dar ahora un giro completo a la situación y dar un origen más relacionado con antiguos procesos volcánicos.
Liderados por Maria Zuber, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), un equipo científico analizó en profundidad los datos gravitatorios obtenidos por estas sondas gemelas durante su misión, encontrando que los límites del Océano de las Tormentas no son circulares o redondeados, sino poligonales, presentando ángulos y aristas que no son explicables en el escenario del impacto de un asteroide. En su lugar habrían sido gigantescas grietas de tensión en la superficie, ahora enterradas y solo detectables por la alteración que producen en el campo gravitatorio lunar, las que dieron origen a un gran evento de origen volcánico, con inmensas corrientes de magma llenando las zonas más bajas, hasta crear lo que ahora llamamos mares, las grandes manchas oscuras de su rostro.
El estudio también observó una sorprendente similitud entre este patrón geológico rectangular en La Luna, y los que rodean a la región polar sur de Encelado. Ambos parecen estar relacionados con procesos volcánicos y tectónicos que operan en sus respectivos mundos. "Nuestros datos de gravedad están abriendo un nuevo capítulo de la historia lunar, durante el cual la Luna era un lugar más dinámico de lo sugerido por el paisaje de cráteres que es visible a simple vista", explica Andrews-Hanna, del equipo GRAIL. "Se necesitar más trabajo para comprender la causa de este patrón recién descubierta de anomalías gravitatorias, y sus implicaciones para la historia de La Luna". Como es habitual en ciencia, la respuesta a una pregunta genera a su vez otras preguntas, y aunque estos descubrimientos ofrecen una importante pista de como pudieron formarse los mares lunares, queda por delante el cómo y el motivo por el cual se produjo algo así.
Una cosa si parece evidente, y es que La Luna tuvo una historia mucho más compleja de lo que inicialmente podríamos pensar, y el posible descubrimiento de estas fosas tectónicas, no observadas en ningún otro lugar de nuestro satélite y con evidentes parecidos a las que podemos encontrar en La Tierra, Venus y Marte, no hace más que reforzar esta idea. Lejos de ser un mundo tranquilo y en paz, solo afectado por ocasionales fuerzas exteriores, tuvo sus propias fuerzas internas, que moldearon, aunque solo fuera durante un periodo de tiempo geológico limitado, la superficie. La imagen de un rostro lunar cubierto por su fuego interior, la de una tormenta que lo enterró bajo un manto de magma, no puede estar más lejos de esta romántica idea.
A la izquierda, la Luna tal y como la vemos, en el centro, un mapa topográfico, con las llanuras y zonas más bajas marcadas en azul intenso y las tierras altas en color rojo, y a la derecha el mapa de anomalías gravitatorias vistas por las GRAIL.
Mapa topografíco de La Luna donde se sobreponen las anomalías gravitatorias que bordean Procellarum.
El aspecto que podrian haber tenido estas fosas tecntónicas, puertas abiertas al magma interior.
Las GRAIL, que trabajaron en tandem orbitando La Luna una muy cerca de la otra y en constante comunicación, lo que permitía detectar cualquier cambio en la velocidad y la distancia entre ellas, señal de alteraciones en el campo gravitatorio lunar.
NASA Mission Points to Origin of 'Ocean of Storms' on Earth's Moon
sábado, mayo 26, 2018
Un camino de dos
InSight completa su primera y mayor corrección de maniobra.
Los largos viajes interplanentarios representan enfrentarse a meses y años de soledad, pero en sus primeros pasos se ve seguida por la etapa superior del cohete que la proyectó a su trayectoria solar, y que, fruto de su propio impulso, rompe también los lazos con la Tierra. Es una situación curiosa, ya que representa, por ejemplo, que no solo las Voyager están escapando hacia las estrellas, sino que también lo están haciendo las ahora silenciosos cohetes que hace décadas las enviaron hacia su largo viaje. Son los compañeros invisibles de las sondas espaciales, una curiosidad que suele pasar inadvertida.
Aunque no, evidentemente, para los equipos humanos que hay detrás de cada una de ellas. La presencia de estos compañeros indeseados es un problema, especialmente cuando el objetivo es Marte y no se quiere que estos alcancen también el planeta rojo, ya que es un lugar con potencial biológico y no están esterilizados. Por ello ambos despegan en una trayectoria "incorrecta", que de seguir así les haría fallar en su objetivo. Con la diferencia que una sonda está capacitada para ir haciendo las correcciones necesarias hasta ponerse en el camino buscado, mientras que el cohete impulsor seguirá en su ruta original, lejos de todo peligro.
InShight no es la excepción. Lanzada el pasado 5 de Mayo, inicialmente su camino la llevaba lejos de Marte, ya que detrás de ella la seguía la etapa superior del cohete Atlas V 401, conocida como Centauro. que le dio el impulso definitivo. Era la forma de evitar que este segundo tuviera un encuentro no deseado con el planeta rojo, pero una vez conseguido era necesario corregir el rumbo. Y este "giro de timón" ocurrió este pasado 23 de Mayo, cuando un encendido de 40 segundos de sus impulsores modificó la velocidad de la sonda lo suficiente para ponerla, ahora si, en camino. A diferencia del Centauro, que seguirá su camino hacia el espacio profundo. Sus caminos han divergido de forma definitiva.
No solemos tener muchas noticias de una sonda en camino, lo que transmite la sensación de que el viaje entre mundos es un momento plácido y tranquilo, donde poco hay que hacer para su equipo en tierra. Nada más lejos de la realidad. El duro trabajo no cesa ni un solo día.
InSight Steers Toward Mars
jueves, mayo 24, 2018
El infinito mar de los sueños
TESS abre los ojos.
El cazador de mundos sigue de viaje hacia su destino final, una órbita elíptica alrededor de la Tierra nunca antes utilizada en este tipo de misiones científicas. Para alcanzarla está realizando un baile con La Luna, a la cual sobrevoló el pasado 17 de Mayo, cuando pasó a menos de 10.000 Kilómetros por encima de la superficie, para adquirir la trayectoria y velocidad necesaria, y que llegará a su punto culminante cuando, este próximo 30 de Mayo, cuando un último encendido de sus propulsores pondrá a este nuevo telescopio espacial en el lugar deseado.
Aún quedan varias semanas para que TESS se ponga a trabajar en serio y lleguen las primeras observaciones con auténtico valor científico, aquellas que permitirán empezar la caza de nuevos mundos. Pero como aperitivo, y como parte de la puesta en marcha de su sistema óptico, se realizó una exposición de prueba de dos segundos utilizando una de las cuatro cámaras. La imagen, centrada en la constelación del sur Centaurus, revela más de 200,000 estrellas. El borde de la Nebulosa Coalsack está en la esquina superior derecha y la brillante Beta Centauri es visible en el borde inferior izquierdo.
La visión de ese mar de estrellas, aparentemente infinito, aún resulta más sobrecogedor cuando se tiene que cuanta que TESS, plenamente operativo, cubrirá un área 400 veces superior. Las posiblidades son realmente ilimitadas. 2018 promete ser testigo de una nueva explosión de nuevos mundos, y porque no, de nuevos sueños.
El destino final de TESS, una amplia órbita elíptica alrededor de la Tierra.
De La Luna a las estrellas.
NASA’s New Planet Hunter Snaps Initial Test Image, Swings by Moon Toward Final Orbit
El cazador de mundos sigue de viaje hacia su destino final, una órbita elíptica alrededor de la Tierra nunca antes utilizada en este tipo de misiones científicas. Para alcanzarla está realizando un baile con La Luna, a la cual sobrevoló el pasado 17 de Mayo, cuando pasó a menos de 10.000 Kilómetros por encima de la superficie, para adquirir la trayectoria y velocidad necesaria, y que llegará a su punto culminante cuando, este próximo 30 de Mayo, cuando un último encendido de sus propulsores pondrá a este nuevo telescopio espacial en el lugar deseado.
Aún quedan varias semanas para que TESS se ponga a trabajar en serio y lleguen las primeras observaciones con auténtico valor científico, aquellas que permitirán empezar la caza de nuevos mundos. Pero como aperitivo, y como parte de la puesta en marcha de su sistema óptico, se realizó una exposición de prueba de dos segundos utilizando una de las cuatro cámaras. La imagen, centrada en la constelación del sur Centaurus, revela más de 200,000 estrellas. El borde de la Nebulosa Coalsack está en la esquina superior derecha y la brillante Beta Centauri es visible en el borde inferior izquierdo.
La visión de ese mar de estrellas, aparentemente infinito, aún resulta más sobrecogedor cuando se tiene que cuanta que TESS, plenamente operativo, cubrirá un área 400 veces superior. Las posiblidades son realmente ilimitadas. 2018 promete ser testigo de una nueva explosión de nuevos mundos, y porque no, de nuevos sueños.
De La Luna a las estrellas.
NASA’s New Planet Hunter Snaps Initial Test Image, Swings by Moon Toward Final Orbit
miércoles, mayo 23, 2018
Abriendo el camino hacia el otro lado
China lanza la Queqiao, que ofrecerá cobertura a la misión Chang’e 4 en su viaje a la cara oculta de nuestra satélite.
Que el gigante asiático tiene grandes planes para afianzarse como una potencia espacial y lanzar una ambiciosa campaña de exploración del Sistema Solar no esa un secreto. Y que La Luna, tan dejada de lado por unas agencias espaciales occidentales que no terminan de dar forma a un plan coherente para retornar a ella, es un objetivo prioritario para ella tampoco. Ya lleva realizadas diversas misiones que demuestran que está completamente comprometida con la exploración lunar, seguramente con los ojos fijos a futuras misiones tripuladas, y en el horizonte ya asoma su siguiente gran reto: Alunizar en la cara oculta. El cráter Von Kármán, en la cuenca Aitken es el objetivo marcado para ello.
Pero para ello se hacía necesario algún tipo de cobertura, una sonda que pudiera ofrecer a la Chang’e 4 la posibilidad de contactar con la Tierra. De lo contrario, una vez desapareciera por detrás de La Luna ya nunca sabríamos nada más de ella. Y este paso intermedio capital es el que China hizo realidad este pasado 20 de Mayo, cuando, mediante un cohete Larga Marcha 4C, lanzaba la sonda Queqiao. Su objetivo, el punto de Lagrange L2 del sistema Tierra–Luna, situado a 64.500 kilómetros sobre la cara oculta de nuestro satélite, desde donde seguirá a la Chang’e 4 es su odisea y le servirá de enlace.
Y esa será su única misión. No está diseñada ni equipada para hacer trabajo científico, sino que está centrada por completo en enlazar con esa futura misión lunar, por lo que incluso la podríamos considerar más un satélite de comunicaciones que una sonda propiamente dicha, aunque una vez en posición se encontrará más allá de la órbita lunar, a unos 455.000 Kilómetros de la Tierra, y ni tan solo en órbita alrededor de ninguno de los dos cuerpos planetarios. Pero es una pieza clave que nos demuestra que China va muy, muy en serio. Mientras otros parecen dudar y no tener ideas claras sobre los siguientes pasos, esta primera para tenerlos muy claros y definidos. Y eso puede marcar la diferencia.
Con la Queqiao ya en camino hacía su posición al otro lado de La Luna, la siguiente en partir deberá ser su razón de ser, la Chang’e 4, una sonda idéntica Chang’e 3, y que como ella transportará un pequeño rover para explorar el entorno inmediato del lugar. Será un momento para la historia, la primera vez que un vehículo terrestre toque tierra en la cara oculta, y en uno de los lugares más interesantes imaginables, la colosal cuenta de impacto Aitken, que podría ser la puerta de acceso a capas profundas de nuestro satélite, inaccesibles desde cualquier otro lugar, y que podrían ofrecer información extraordinaria tanto de su formación como de sus posibles recursos.
Y todo ocurrirá este mismo año, quizás en Verano, quizás en un momento mas tardío. Pero ocurrirá, el despegue de Queqiao así lo anuncia. Y mientras los otros dudas, China sigue su imparable camino lunar.
El lanzamiento de Queqiao.
Desde su privilegiada posición, sobre la cara oculta y orbitando el punto L2, servirá de enlace de comunicaciones entre la Chang’e 4 y la Tierra.
Queqiao, un satélite de comunicaciones al otro lado de La Luna.
China inicia la conquista del lado oculto de la Luna
China lanza a la Luna el satélite Queqiao para retransmitir datos desde la cara oculta
Que el gigante asiático tiene grandes planes para afianzarse como una potencia espacial y lanzar una ambiciosa campaña de exploración del Sistema Solar no esa un secreto. Y que La Luna, tan dejada de lado por unas agencias espaciales occidentales que no terminan de dar forma a un plan coherente para retornar a ella, es un objetivo prioritario para ella tampoco. Ya lleva realizadas diversas misiones que demuestran que está completamente comprometida con la exploración lunar, seguramente con los ojos fijos a futuras misiones tripuladas, y en el horizonte ya asoma su siguiente gran reto: Alunizar en la cara oculta. El cráter Von Kármán, en la cuenca Aitken es el objetivo marcado para ello.
Pero para ello se hacía necesario algún tipo de cobertura, una sonda que pudiera ofrecer a la Chang’e 4 la posibilidad de contactar con la Tierra. De lo contrario, una vez desapareciera por detrás de La Luna ya nunca sabríamos nada más de ella. Y este paso intermedio capital es el que China hizo realidad este pasado 20 de Mayo, cuando, mediante un cohete Larga Marcha 4C, lanzaba la sonda Queqiao. Su objetivo, el punto de Lagrange L2 del sistema Tierra–Luna, situado a 64.500 kilómetros sobre la cara oculta de nuestro satélite, desde donde seguirá a la Chang’e 4 es su odisea y le servirá de enlace.
Y esa será su única misión. No está diseñada ni equipada para hacer trabajo científico, sino que está centrada por completo en enlazar con esa futura misión lunar, por lo que incluso la podríamos considerar más un satélite de comunicaciones que una sonda propiamente dicha, aunque una vez en posición se encontrará más allá de la órbita lunar, a unos 455.000 Kilómetros de la Tierra, y ni tan solo en órbita alrededor de ninguno de los dos cuerpos planetarios. Pero es una pieza clave que nos demuestra que China va muy, muy en serio. Mientras otros parecen dudar y no tener ideas claras sobre los siguientes pasos, esta primera para tenerlos muy claros y definidos. Y eso puede marcar la diferencia.
Con la Queqiao ya en camino hacía su posición al otro lado de La Luna, la siguiente en partir deberá ser su razón de ser, la Chang’e 4, una sonda idéntica Chang’e 3, y que como ella transportará un pequeño rover para explorar el entorno inmediato del lugar. Será un momento para la historia, la primera vez que un vehículo terrestre toque tierra en la cara oculta, y en uno de los lugares más interesantes imaginables, la colosal cuenta de impacto Aitken, que podría ser la puerta de acceso a capas profundas de nuestro satélite, inaccesibles desde cualquier otro lugar, y que podrían ofrecer información extraordinaria tanto de su formación como de sus posibles recursos.
Y todo ocurrirá este mismo año, quizás en Verano, quizás en un momento mas tardío. Pero ocurrirá, el despegue de Queqiao así lo anuncia. Y mientras los otros dudas, China sigue su imparable camino lunar.
Desde su privilegiada posición, sobre la cara oculta y orbitando el punto L2, servirá de enlace de comunicaciones entre la Chang’e 4 y la Tierra.
Queqiao, un satélite de comunicaciones al otro lado de La Luna.
China inicia la conquista del lado oculto de la Luna
China lanza a la Luna el satélite Queqiao para retransmitir datos desde la cara oculta
lunes, mayo 21, 2018
El visitante que nunca se fue
Descubierto el primer asteroide interestelar que reside de forma permanente en el Sistema Solar.
Oumuamua tuvo su momento de gloria mediática, pero no dejaba de ser un visitante que está de paso, totalmente desligado del abrazo gravitatorio solar. Llegó desde otra estrella, rozó el Sol, y actualmente sigue su camino de regreso a la oscuridad sin vuelta atrás. Pero su hallazgo apuntalaba la idea de que existe toda una población de pequeños cuerpos interplanetarios que de forma continua se cruzan con nosotros, adentrándose en nuestro sistema planetario antes de perderse de nuevo en el espacio interestelar. Aunque algunos, si se dan las circunstancias necesarias, como es el encuentro cercano con uno de los grandes planetas exteriores, pueden convertirse en residentes permanentes del Sistema Solar.
Al menos este parece el caso del asteroide conocido como 2015 BZ509, que se mueve cerca de la órbita de Júpiter, y que tiene una característica que parece delatar su origen como "inmigrante": Se mueve alrededor del Sol en sentido contrario a la inmensa mayoría de otros cuerpos del Sistema Solar, lo que se conoce como una órbita retrógrada."Como este asteroide se movió de esta manera, mientras comparte la órbita de Júpiter, hasta ahora ha sido un misterio", explica el Dr. Fathi Namouni, autor principal del estudio."Si 2015 BZ509 fuera un nativo de nuestro sistema, debería haber tenido la misma dirección original que todos los otros planetas y asteroides, heredados de la nube de gas y polvo que los formó".
El equipo liderado por Namouni realizó simulaciones para rastrear la ubicación de 2015 BZ509 desde el nacimiento mismo de nuestro Sistema Solar, hace 4.500 millones de años, mostrando que siempre se ha movido de esta manera, por lo que no podría haber estado allí originalmente y debe haber sido capturado desde otro sistema."La inmigración desde otros sistemas estelares ocurrió porque el Sol se formó inicialmente en un cúmulo estelar muy compacto, donde cada estrella tenía su propio sistema de planetas y asteroides", comenta la Dra. Helena Morais, la otra integrante del equipo.
El posible descubrimiento del primer inmigrante asteroide permanente en el Sistema Solar tiene implicaciones importantes para los problemas abiertos de la formación de planetas y su evolución Comprender exactamente cuándo y cómo se introdujo en nuestro sistema planetario proporcionaría pistas sobre el vivero de estrellas original del que nació el Sol y sobre el posible enriquecimiento de nuestro entorno primitivo con los componentes necesarios para la aparición de la vida en la Tierra. Alcanzar a Oumuamua quizás es ya demasiado complicado, pero en su lugar 2015 BZ509 aparece como un objetivo en extremo interesante para su exploración. Y a diferencia de su fugaz hermano, el estará ahí esperando.
Imágenes del 2015 BZ509 obtenidas por el Large Binocular Telescope Observatory (LBTO), que estableció su naturaleza coorbital retrógrada. Las estrellas brillantes y el asteroide (en un círculo amarillo) aparecen en negro y el cielo en blanco en esta imagen negativa.
Imagen de la guardería estelar NGC 604, donde los sistemas estelares están concetrados en un espacio relativamente reducido y se cree que es posible el intercambio de asteroides. 2015 BZ 509 podría haber emigró de su estrella madre y establecerse alrededor del Sol en un entorno similar.
First interstellar immigrant discovered in the Solar System
Oumuamua tuvo su momento de gloria mediática, pero no dejaba de ser un visitante que está de paso, totalmente desligado del abrazo gravitatorio solar. Llegó desde otra estrella, rozó el Sol, y actualmente sigue su camino de regreso a la oscuridad sin vuelta atrás. Pero su hallazgo apuntalaba la idea de que existe toda una población de pequeños cuerpos interplanetarios que de forma continua se cruzan con nosotros, adentrándose en nuestro sistema planetario antes de perderse de nuevo en el espacio interestelar. Aunque algunos, si se dan las circunstancias necesarias, como es el encuentro cercano con uno de los grandes planetas exteriores, pueden convertirse en residentes permanentes del Sistema Solar.
Al menos este parece el caso del asteroide conocido como 2015 BZ509, que se mueve cerca de la órbita de Júpiter, y que tiene una característica que parece delatar su origen como "inmigrante": Se mueve alrededor del Sol en sentido contrario a la inmensa mayoría de otros cuerpos del Sistema Solar, lo que se conoce como una órbita retrógrada."Como este asteroide se movió de esta manera, mientras comparte la órbita de Júpiter, hasta ahora ha sido un misterio", explica el Dr. Fathi Namouni, autor principal del estudio."Si 2015 BZ509 fuera un nativo de nuestro sistema, debería haber tenido la misma dirección original que todos los otros planetas y asteroides, heredados de la nube de gas y polvo que los formó".
El equipo liderado por Namouni realizó simulaciones para rastrear la ubicación de 2015 BZ509 desde el nacimiento mismo de nuestro Sistema Solar, hace 4.500 millones de años, mostrando que siempre se ha movido de esta manera, por lo que no podría haber estado allí originalmente y debe haber sido capturado desde otro sistema."La inmigración desde otros sistemas estelares ocurrió porque el Sol se formó inicialmente en un cúmulo estelar muy compacto, donde cada estrella tenía su propio sistema de planetas y asteroides", comenta la Dra. Helena Morais, la otra integrante del equipo.
El posible descubrimiento del primer inmigrante asteroide permanente en el Sistema Solar tiene implicaciones importantes para los problemas abiertos de la formación de planetas y su evolución Comprender exactamente cuándo y cómo se introdujo en nuestro sistema planetario proporcionaría pistas sobre el vivero de estrellas original del que nació el Sol y sobre el posible enriquecimiento de nuestro entorno primitivo con los componentes necesarios para la aparición de la vida en la Tierra. Alcanzar a Oumuamua quizás es ya demasiado complicado, pero en su lugar 2015 BZ509 aparece como un objetivo en extremo interesante para su exploración. Y a diferencia de su fugaz hermano, el estará ahí esperando.
Imágenes del 2015 BZ509 obtenidas por el Large Binocular Telescope Observatory (LBTO), que estableció su naturaleza coorbital retrógrada. Las estrellas brillantes y el asteroide (en un círculo amarillo) aparecen en negro y el cielo en blanco en esta imagen negativa.
First interstellar immigrant discovered in the Solar System
domingo, mayo 20, 2018
Post Vintage (271): Cuasi compañeros
2016 HO3, una nueva "cuasiluna" para la Tierra.
¿Cuantos compañeros de viaje "naturales" tiene nuestro planeta? La respuesta evidente es uno, la Luna. Y es tan cierta como equivocada. Cierta porque es el único cuerpo celeste conocido que lo orbita. Equivocada porque existe otros que también la acompañan, aunque no estén atados por la gravedad terrestre y se mantengan en órbitas solares. Se los conoce como los compañeros cercanos de la Tierra, o de forma más concisa, los "cuasi-satélites". Y ahora conocemos a uno nuevo, el ejemplo más estable en el tiempo de estos compañeros en la distancia. Su nombre oficial: 2016 HO3.
¿Pero que es exactamente un "cuasi-satélite"? Así se conoce a un asteroide que, aunque manteniendo una órbita solar independiente, esta atrapado en una resonancia 1:1 con la Tierra. Tarda lo mismo que nuestro planeta en dar una vuelta al Sol, y por tanto nunca se aleja demasiado. No está atado directamente a el, no gira a su alrededor como la Luna, pero a efectos prácticos es como un compañero más. No suelen quedarse mucho tiempo, porque esta relación es muy tenue y termina rompiéndose con rapidez. No es el caso del pequeño asteroide 2016 HO3, de entre 40 y 100 metros de diámetro, ahora descubierto. Lleva con nosotros al menos 100 años y todo parece indicar que seguirá manteniendo esta relación unos cuantos siglos más.
"Ya que 2016 HO3 se mueve en bucle alrededor de nuestro planeta, y nunca se aventura muy lejos ya que ambos giran alrededor del Sol, nos referimos a el como una cuasi-satélite de la Tierra", explica Paul Chodas, del Near-Earth Object (NEO) Studie del JPL. Otro asteroide - 2003 YN107 - siguió un patrón orbital similar durante un tiempo, pero ya se ha desviado demuestra vecindad. Este nuevo asteroide está mucho más trabado. Nuestros cálculos indican que HO3 2016 ha sido un cuasi-satélite estable durante casi un siglo, y se continuará siguiendo este patrón como compañero de la Tierra durante los próximos siglos".
En su viaje anual, 2016 HO3 pasa la mitad del tiempo más cerca del Sol que la Tierra y la adelanta, y la otra mitad más lejos, haciendo que se quede atrás. Su órbita está un poco inclinada, haciendo que cruce el plano orbital terrestre en sentido ascendente y descendente una vez al año. La órbita del asteroide también experimenta una lenta deriva hacia atrás y hacia adelante a través de múltiples décadas."Los bucles de 2016 HO3 alrededor de la Tierra experimentan una progresiva deriva año en año, pero cuando estos se alejan demasiado hacia delante o hacia atrás, la gravedad terrestre es lo suficientemente fuerte como para revertir la tendencia y mantenerlo atrapado, de modo que nunca se aleja más de 100 veces la distancia de la Luna ", dijo Chodas. "El mismo efecto también evita que el asteroide se acerquen a menos de 38 veces dicha distancia. Se ve atrapado en un pequeño baile con la Tierra".
Así, curiosamente, este asteroide, que permanece siempre cerca de nosotros atrapado por la gravedad terrestre, no representa un peligro precisamente porque está "bajo control", al contrario que un visitante esporádico. Podemos estar seguros en este sentido. Y mirando al firmamento, aunque demasiado pequeña para que la podamos ver con nuestros propios ojos, sabemos ahora que se esconde una pequeña lunita, una diminuta compañera de viaje.
El baile de 2016 HO3 y La Tierra.
Cruithne es la mayor (5 Kilómetros) y más conocida de las "cuasi-satélites" de la Tierra.
Small Asteroid Is Earth's Constant Companion
¿Cuantos compañeros de viaje "naturales" tiene nuestro planeta? La respuesta evidente es uno, la Luna. Y es tan cierta como equivocada. Cierta porque es el único cuerpo celeste conocido que lo orbita. Equivocada porque existe otros que también la acompañan, aunque no estén atados por la gravedad terrestre y se mantengan en órbitas solares. Se los conoce como los compañeros cercanos de la Tierra, o de forma más concisa, los "cuasi-satélites". Y ahora conocemos a uno nuevo, el ejemplo más estable en el tiempo de estos compañeros en la distancia. Su nombre oficial: 2016 HO3.
¿Pero que es exactamente un "cuasi-satélite"? Así se conoce a un asteroide que, aunque manteniendo una órbita solar independiente, esta atrapado en una resonancia 1:1 con la Tierra. Tarda lo mismo que nuestro planeta en dar una vuelta al Sol, y por tanto nunca se aleja demasiado. No está atado directamente a el, no gira a su alrededor como la Luna, pero a efectos prácticos es como un compañero más. No suelen quedarse mucho tiempo, porque esta relación es muy tenue y termina rompiéndose con rapidez. No es el caso del pequeño asteroide 2016 HO3, de entre 40 y 100 metros de diámetro, ahora descubierto. Lleva con nosotros al menos 100 años y todo parece indicar que seguirá manteniendo esta relación unos cuantos siglos más.
"Ya que 2016 HO3 se mueve en bucle alrededor de nuestro planeta, y nunca se aventura muy lejos ya que ambos giran alrededor del Sol, nos referimos a el como una cuasi-satélite de la Tierra", explica Paul Chodas, del Near-Earth Object (NEO) Studie del JPL. Otro asteroide - 2003 YN107 - siguió un patrón orbital similar durante un tiempo, pero ya se ha desviado demuestra vecindad. Este nuevo asteroide está mucho más trabado. Nuestros cálculos indican que HO3 2016 ha sido un cuasi-satélite estable durante casi un siglo, y se continuará siguiendo este patrón como compañero de la Tierra durante los próximos siglos".
En su viaje anual, 2016 HO3 pasa la mitad del tiempo más cerca del Sol que la Tierra y la adelanta, y la otra mitad más lejos, haciendo que se quede atrás. Su órbita está un poco inclinada, haciendo que cruce el plano orbital terrestre en sentido ascendente y descendente una vez al año. La órbita del asteroide también experimenta una lenta deriva hacia atrás y hacia adelante a través de múltiples décadas."Los bucles de 2016 HO3 alrededor de la Tierra experimentan una progresiva deriva año en año, pero cuando estos se alejan demasiado hacia delante o hacia atrás, la gravedad terrestre es lo suficientemente fuerte como para revertir la tendencia y mantenerlo atrapado, de modo que nunca se aleja más de 100 veces la distancia de la Luna ", dijo Chodas. "El mismo efecto también evita que el asteroide se acerquen a menos de 38 veces dicha distancia. Se ve atrapado en un pequeño baile con la Tierra".
Así, curiosamente, este asteroide, que permanece siempre cerca de nosotros atrapado por la gravedad terrestre, no representa un peligro precisamente porque está "bajo control", al contrario que un visitante esporádico. Podemos estar seguros en este sentido. Y mirando al firmamento, aunque demasiado pequeña para que la podamos ver con nuestros propios ojos, sabemos ahora que se esconde una pequeña lunita, una diminuta compañera de viaje.
Cruithne es la mayor (5 Kilómetros) y más conocida de las "cuasi-satélites" de la Tierra.
Small Asteroid Is Earth's Constant Companion
viernes, mayo 18, 2018
Una luz al principio de la oscuridad
Detectadas evidencias de formación estelar solo 250 millones de años después del Big Bang.
¿Cuando se hizo la luz en la oscuridad primigenia? Establecer cuando ocurrió el llamado "amanecer cósmico", el momento en que las primeras estrellas empezaron a brillar en un joven Universo hasta ese momento sumido en las tinieblas, es una de las prioridades de los astrónomos, ya que eso también implica el momento en que se comenzaron a generar los primeros elementos pesados, aquellos más allá del hidrógeno y el helio, y con ello se abrieron las puertas a una riqueza química que hizo posible, entre otras cosas, nuestra propia existencia.
Y ese amanecer parece situado, a escala cósmica, muy cerca del origen mismo del Universo. Así lo mostraron recientemente los observatorios ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) y VLT (Very Large Telescope), que fueron capaces de detectar en la galaxia MACS1149-JD1, situada a 13.300 millones de años (o 500 millones de años después del Big Bang), un resplandor muy débil, emitido por oxígeno ionizado. Y eso es revelador, ya que este elemento solo hizo acto de presencia en el Cosmos como producto de la fusión de las primeras estrellas y luego liberado al explorar como supernovas. Por tanto, si ya estaba presente en ese momento, significa que debieron existir estrellas antes, una o varias generaciones estelares que vivieron y murieron antes de esos 500 millones de años.
"Me emocionó ver la señal de oxígeno distante en los datos de ALMA", afirma Takuya Hashimoto, autor principal del nuevo artículo e investigador de la Universidad Osaka Sangyo y el Observatorio Astronómico Nacional de Japón."Esta detección hace retroceder las fronteras del universo observable"."Vemos esta galaxia en un momento en el que el universo sólo tenía 500 millones de años y, sin embargo, ya tiene una población de estrellas maduras", explica Nicolas Laporte, investigador de la University College de Londres (UCL, Reino Unido) y segundo autor del nuevo artículo."Por lo tanto somos capaces de utilizar esta galaxia para estudiar un período anterior, completamente desconocido, de la historia cósmica".
¿Y cuando se podría situar el momento en que nacieron esas estrellas primigenias en MACS1149-JD1? El brillo observado encaja con modelos que ponen esas fecha en tiempos tan cercanos a los del principio de todo como 250 millones de años. Las primeras estrellas y galaxias hicieron acto de presencia en el amanecer mismo de los tiempos. Richard Ellis, astrónomo senior en la UCL y coautor del artículo, concluye:"Determinar cuándo tuvo lugar el amanecer cósmico es el Santo Grial de la cosmología y el estudio de formación de galaxias. ¡Con estas nuevas observaciones de MACS1149-JD1 nos acercando a la posibilidad de ser testigos directos del nacimiento de la luz de las estrellas! Puesto que todos estamos hechos de material estelar procesado, esto es realmente encontrar nuestros propios orígenes".
La primera luz que iluminó la oscuridad, el momento en que el recién nacido Universo inició el camino hacia nuestra existencia. Ese tenue resplandor, situado en los limites del tiempo, marcó el principio de lo que somos.
Viaje a la primera luz del Universo.
Simulación informática historia de la probable formación de estrellas en MACS1149-JD1. La propia gravedad de la materia crea estructuras
filamentosas y aumenta la densidad en las intersecciones de los
filamentos. Alrededor de 200 millones de años después del Big Bang, se
inicia la formación activa de estrellas en las regiones de alta
densidad, lo cual conduce a la formación de las galaxias. El gas de la
galaxia es expulsado por los vientos estelares y las supernovas, luego
el gas vuelve a la galaxia y provoca otro estallido de formación
estelar.
ALMA y el VLT encuentran evidencias de estrellas formándose tan solo 250 millones de años después del Big Bang
¿Cuando se hizo la luz en la oscuridad primigenia? Establecer cuando ocurrió el llamado "amanecer cósmico", el momento en que las primeras estrellas empezaron a brillar en un joven Universo hasta ese momento sumido en las tinieblas, es una de las prioridades de los astrónomos, ya que eso también implica el momento en que se comenzaron a generar los primeros elementos pesados, aquellos más allá del hidrógeno y el helio, y con ello se abrieron las puertas a una riqueza química que hizo posible, entre otras cosas, nuestra propia existencia.
Y ese amanecer parece situado, a escala cósmica, muy cerca del origen mismo del Universo. Así lo mostraron recientemente los observatorios ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) y VLT (Very Large Telescope), que fueron capaces de detectar en la galaxia MACS1149-JD1, situada a 13.300 millones de años (o 500 millones de años después del Big Bang), un resplandor muy débil, emitido por oxígeno ionizado. Y eso es revelador, ya que este elemento solo hizo acto de presencia en el Cosmos como producto de la fusión de las primeras estrellas y luego liberado al explorar como supernovas. Por tanto, si ya estaba presente en ese momento, significa que debieron existir estrellas antes, una o varias generaciones estelares que vivieron y murieron antes de esos 500 millones de años.
"Me emocionó ver la señal de oxígeno distante en los datos de ALMA", afirma Takuya Hashimoto, autor principal del nuevo artículo e investigador de la Universidad Osaka Sangyo y el Observatorio Astronómico Nacional de Japón."Esta detección hace retroceder las fronteras del universo observable"."Vemos esta galaxia en un momento en el que el universo sólo tenía 500 millones de años y, sin embargo, ya tiene una población de estrellas maduras", explica Nicolas Laporte, investigador de la University College de Londres (UCL, Reino Unido) y segundo autor del nuevo artículo."Por lo tanto somos capaces de utilizar esta galaxia para estudiar un período anterior, completamente desconocido, de la historia cósmica".
¿Y cuando se podría situar el momento en que nacieron esas estrellas primigenias en MACS1149-JD1? El brillo observado encaja con modelos que ponen esas fecha en tiempos tan cercanos a los del principio de todo como 250 millones de años. Las primeras estrellas y galaxias hicieron acto de presencia en el amanecer mismo de los tiempos. Richard Ellis, astrónomo senior en la UCL y coautor del artículo, concluye:"Determinar cuándo tuvo lugar el amanecer cósmico es el Santo Grial de la cosmología y el estudio de formación de galaxias. ¡Con estas nuevas observaciones de MACS1149-JD1 nos acercando a la posibilidad de ser testigos directos del nacimiento de la luz de las estrellas! Puesto que todos estamos hechos de material estelar procesado, esto es realmente encontrar nuestros propios orígenes".
La primera luz que iluminó la oscuridad, el momento en que el recién nacido Universo inició el camino hacia nuestra existencia. Ese tenue resplandor, situado en los limites del tiempo, marcó el principio de lo que somos.
La galaxia MACS1149-JD1, vista tal y como era hace 13.300 millones de años y observada con ALMA.
ALMA y el VLT encuentran evidencias de estrellas formándose tan solo 250 millones de años después del Big Bang
jueves, mayo 17, 2018
El regreso del perdido
2010 WC9, un asteroide descubierto hace 8 años y redescubierto días antes, sobrevuela nuestro planeta.
Establecer con precisión la trayectoria de uno de estos pequeños mundos no es tarea sencilla. No es suficiente con detectarlo una vez, sino es necesario seguirlo en tiempo suficiente como para poder establecer su órbita de forma precisa, y eso no es siempre posible. Eso es lo que le ocurrió al protagonista de esta historia. Descubierto por el Catalina Sky Survey en 2010 (de ahí su nombre oficial), se desvaneció antes de poder conocerlo en profundidad. Y así permaneció perdido en la oscuridad hasta este pasado 8 de Mayo de 2018, cuando los astrónomos lo redescubrieron. Entre otras cosas porque se dirigía directamente hacia nosotros.
Por suerte no del todo, ya que solo 7 días después, el pasado 15 de Mayo, paso rozando nuestro mundo, a solo 203.000 kilómetros de distancia, cifras que para nuestras escalas habituales puede parecer mucha, pero que en una perspectiva planetaria es prácticamente nada. Y aunque 2010 WC9 no represente una amenaza a gran global, y en caso de impacto "solo" generaría una detonación a gran altura quizás superior algo superior a la vivida en Chelyabinsk, la gente que viviera en la región afectada seguramente no pensarían lo mismo.
Pero lo realmente importante es que solo fuimos conscientes de que esta roca espacial, de un centenar de metros de diámetro y una velocidad de desplazamiento 46,116 km/h, se nos venía encima apenas 7 días antes, siendo un aviso, un nuevo aviso, de lo importante, de lo vital que resulta invertir en recursos para afrontar estas amenazas ocultas entre las estrellas. El espacio alrededor de la órbita terrestre sigue lleno de pequeños enemigos ocultos, o como en el caso que nos ocupa, que se escondieron entre las sombras durante años para regresar cuando menos nos lo esperamos.
Astrónomos de Tenagra,Arizona capturaron esta imagen del asteroide 2010 WC9 el 15 de mayo de 2018, a las 0646 GMT. En ese momento se encontraba a 730,000 kilómetros de distancia de la Tierra. Esta exposición de 120 segundos muestra el asteroide como un punto agudo rodeado de estelas estelares.
La trayectoria de 2010 WC9en su encuentro con la Tierra.
La órbita, ahora ya más conocida, de esta pequeña roca espacial.
'Lost' Asteroid 2010 WC9 Makes an Unusually Close Flyby of Earth
Establecer con precisión la trayectoria de uno de estos pequeños mundos no es tarea sencilla. No es suficiente con detectarlo una vez, sino es necesario seguirlo en tiempo suficiente como para poder establecer su órbita de forma precisa, y eso no es siempre posible. Eso es lo que le ocurrió al protagonista de esta historia. Descubierto por el Catalina Sky Survey en 2010 (de ahí su nombre oficial), se desvaneció antes de poder conocerlo en profundidad. Y así permaneció perdido en la oscuridad hasta este pasado 8 de Mayo de 2018, cuando los astrónomos lo redescubrieron. Entre otras cosas porque se dirigía directamente hacia nosotros.
Por suerte no del todo, ya que solo 7 días después, el pasado 15 de Mayo, paso rozando nuestro mundo, a solo 203.000 kilómetros de distancia, cifras que para nuestras escalas habituales puede parecer mucha, pero que en una perspectiva planetaria es prácticamente nada. Y aunque 2010 WC9 no represente una amenaza a gran global, y en caso de impacto "solo" generaría una detonación a gran altura quizás superior algo superior a la vivida en Chelyabinsk, la gente que viviera en la región afectada seguramente no pensarían lo mismo.
Pero lo realmente importante es que solo fuimos conscientes de que esta roca espacial, de un centenar de metros de diámetro y una velocidad de desplazamiento 46,116 km/h, se nos venía encima apenas 7 días antes, siendo un aviso, un nuevo aviso, de lo importante, de lo vital que resulta invertir en recursos para afrontar estas amenazas ocultas entre las estrellas. El espacio alrededor de la órbita terrestre sigue lleno de pequeños enemigos ocultos, o como en el caso que nos ocupa, que se escondieron entre las sombras durante años para regresar cuando menos nos lo esperamos.
Astrónomos de Tenagra,Arizona capturaron esta imagen del asteroide 2010 WC9 el 15 de mayo de 2018, a las 0646 GMT. En ese momento se encontraba a 730,000 kilómetros de distancia de la Tierra. Esta exposición de 120 segundos muestra el asteroide como un punto agudo rodeado de estelas estelares.
La trayectoria de 2010 WC9en su encuentro con la Tierra.
La órbita, ahora ya más conocida, de esta pequeña roca espacial.
'Lost' Asteroid 2010 WC9 Makes an Unusually Close Flyby of Earth
miércoles, mayo 16, 2018
El mundo de Wall-E
La Tierra y La Luna vistos desde uno de los CubeSats que acompañan a la InSight en su viaje a Marte.
En 1990 una de las misiones más ambiciosas de la carrera espacial, la Voyager 1, miraba hacia atrás y fotografiaba a nuestro planeta y al conjunto del Sistema Solar desde más allá de la órbita de Neptuno. Fue un momento señalado en la historia de la Humanidad, logrado gracias a una sonda que, aunque a día de hoy puede resultar algo primitiva en su tecnología, cuando se lanzó era la excelencia en este aspecto. Aunque en el conjunto de su larga historia fue solo una anécdota, el tiempo la convirtió en la personificación de todo lo bueno del mundo, de que pese a todo, somos capaces de hacer cosas maravillosas y llegar a donde nadie había llegado antes.
Hoy, 28 años después de ese día histórico, otra sonda acaba de ofrecernos una imagen para recordar. No es la mejor, ni la más detallada, pero es la primera de la Tierra y La Luna obtenida que una nueva generación de vehículos espaciales, pequeños, baratos y rápidos de construir, hasta ahora constreñidos a la órbita terrestre. Las MarCO, que acompañan a la InSight en su viaje a Marte y son las primeras representantes de las CubeSats que abandonan la compañía de nuestro planeta y se adentran en el espacio interplanetario, han pasando ya a la historia solo por ello.
Fue la MarCO-B, que su equipo denomina de forma afectuosa Wall-E, la que utilizó la cámara de ojo de pez para tomar su primera foto el 9 de Mayo. El objetivo era confirmar que la antena de alta ganancia se había desplegado correctamente, pero como un maravilloso regalo extra, nuestro mundo azul, nosotros mismo al fin y al cabo, en ese momento ya a 1 millón de Kilómetros de distancia, hizo acto de presencia en la instantánea."Se puede considerar como nuestro homenaje a las Voyager", explica Andy Klesh, ingeniero jefe de MarCO en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena."LosCubeSats nunca han llegado tan lejos al espacio,es un gran hito. Ambos están en buen estado y funcionando correctamente. Estamos deseando verlos viajar aún más lejos".
Wall-E estará ya para siempre en los libros de historia espacial, como el primero de su especie en lograr algo parecido. Y por ser, quizás, la instantánea que dio inicio a una nueva era en la exploración interplanetaria, demostrando también ellas pueden tocar ese "punto azul pálido". Su mundo. Nuestro Hogar.
Los detalles de la primera imagen tomada por Wall-E.
Instrumentos y equipo de las MarCO, con su cámara de ojo de pez situada justo al lado de la antena de alta ganancia, que es la que vemos a la derecha de la imagen.
Las pequeñas MarCO.
A Pale Blue Dot, As Seen by a CubeSat
En 1990 una de las misiones más ambiciosas de la carrera espacial, la Voyager 1, miraba hacia atrás y fotografiaba a nuestro planeta y al conjunto del Sistema Solar desde más allá de la órbita de Neptuno. Fue un momento señalado en la historia de la Humanidad, logrado gracias a una sonda que, aunque a día de hoy puede resultar algo primitiva en su tecnología, cuando se lanzó era la excelencia en este aspecto. Aunque en el conjunto de su larga historia fue solo una anécdota, el tiempo la convirtió en la personificación de todo lo bueno del mundo, de que pese a todo, somos capaces de hacer cosas maravillosas y llegar a donde nadie había llegado antes.
Hoy, 28 años después de ese día histórico, otra sonda acaba de ofrecernos una imagen para recordar. No es la mejor, ni la más detallada, pero es la primera de la Tierra y La Luna obtenida que una nueva generación de vehículos espaciales, pequeños, baratos y rápidos de construir, hasta ahora constreñidos a la órbita terrestre. Las MarCO, que acompañan a la InSight en su viaje a Marte y son las primeras representantes de las CubeSats que abandonan la compañía de nuestro planeta y se adentran en el espacio interplanetario, han pasando ya a la historia solo por ello.
Fue la MarCO-B, que su equipo denomina de forma afectuosa Wall-E, la que utilizó la cámara de ojo de pez para tomar su primera foto el 9 de Mayo. El objetivo era confirmar que la antena de alta ganancia se había desplegado correctamente, pero como un maravilloso regalo extra, nuestro mundo azul, nosotros mismo al fin y al cabo, en ese momento ya a 1 millón de Kilómetros de distancia, hizo acto de presencia en la instantánea."Se puede considerar como nuestro homenaje a las Voyager", explica Andy Klesh, ingeniero jefe de MarCO en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena."LosCubeSats nunca han llegado tan lejos al espacio,es un gran hito. Ambos están en buen estado y funcionando correctamente. Estamos deseando verlos viajar aún más lejos".
Wall-E estará ya para siempre en los libros de historia espacial, como el primero de su especie en lograr algo parecido. Y por ser, quizás, la instantánea que dio inicio a una nueva era en la exploración interplanetaria, demostrando también ellas pueden tocar ese "punto azul pálido". Su mundo. Nuestro Hogar.
Los detalles de la primera imagen tomada por Wall-E.
Instrumentos y equipo de las MarCO, con su cámara de ojo de pez situada justo al lado de la antena de alta ganancia, que es la que vemos a la derecha de la imagen.
Las pequeñas MarCO.
A Pale Blue Dot, As Seen by a CubeSat
martes, mayo 15, 2018
El mensaje perdido de la Galileo
Esta sonda detectó los géisers de Europa en 1997, aunque nadie se dio cuenta en su momento.
La exploración de otros mundos por parte de las sondas interplanetarias abarca numeroso niveles de observación. Hay que los datos claros y evidentes, otros que necesitan un trabajo extra de trabajo para sacarlos a la luz, y unos que simple y llanamente son tan tenues que terminan pasando inadvertidos en el mar de información. Por eso todo lo enviado, todo lo reunido a lo largo de los años por una misión exitosa, se sigue estudiando mucho más allá de su final físico, explorador una y otra vez por nuevas técnicas y tecnologías que van surgiendo con el tiempo. Los científicos saben que no es extraño encontrar sorpresas, realizar nuevos descubrimientos. Es más habitual de lo que imaginamos, y la ya desaparecida Galileo no es una excepción.
Mientras estuvo en órbita joviana pasaron desapercibidos a sus ojos, pero ahora, años después del final de su misión, un equipo científico liderados por Xianzhe Jia, del departamento de Ciencias del Clima y el Espacio en la Universidad de Michigan en Ann Arbor, han revelado que dos de sus instrumentos captaron la huella de las famosas plumas de Europa, los géisers que se cree emergen desde la helada superficie de esta luna. Fueron datos muy tenues, que solo aplicándoles los más recientes modelos podía adquirir un sentido, especialmente gracias a los hallazgos de la Cassini, cuyas observaciones de Encélado ofrecieron una clara guía que seguir.
En el momento del sobrevuelo de 1997, a unas 200 kilómetros sobre la superficie, el equipo de Galileo nunca sospechó que la sonda rozó una pluma que surgía de la luna helada. Cuando Jia y su equipo examinaron la información recopilada durante dicho sobrevuelo los datos del magnetómetro de alta resolución mostraron algo extraño. Basándose en lo que los científicos aprendieron de Encélado, sabían que material expulsado se ioniza y deja un señal característica en el campo magnético.Y es lo que vieron en Europa, una curva magnética breve y localizada que nunca se había explicado.
A todo esto se le sumó la información de las ondas de plasma, que junto con los magnéticos, fueron introducidos en un nuevo modelado 3D desarrollado por su equipo en la Universidad de Michigan, que simuló las interacciones del plasma con los cuerpos del Sistema solar. El ingrediente final fue la información del Hubble que sugería las dimensiones de las potenciales plumas. El resultado que surgió de todo ello, en forma de una pluma simulada, coincidía con los datos de Galileo.
Todo ello parece reforzar como nunca antes, la idea de que esta luna presenta una actividad del mismo tipo que Encélado, aunque quizás menos intensa."Ahora parece haber demasiadas líneas de evidencia para descartar su presencia en Europa", explica Robert Pappalardo, científico del proyecto Europa Clipper en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California."Este resultado hace que las plumas parezcan ser mucho más reales y, para mi, es un punto de inflexión. Ya no son blips inciertos en una imagen lejana". Aunque con dos décadas de retraso, la Galileo quizás acaba de impulsar forma definitiva la exploración de esta luna, ofreciendo a futuras sondas como Europa Clipper la confirmación definitiva de que existen en ellas ventanas a su interior, por la que podrían analizar de forma directa su océano subterráneo en busca de vida.
Quizás si nos hubiéramos dado cuenta en su momento, las misiones a Júpiter y Europa ahora proyectadas se habrían convertido en una realidad mucho antes, pero simplemente entonces no sabíamos lo suficiente para apreciar su tenue huella. La idea misma de que podrían existir géisers activos en estas heladas lunas nos era desconocida. Ahora, 21 años después, finalmente su mensaje nos alcanzó.
Representado los datos magnéticos y de plasma bajo la luz de esta nueva simulación. Las líneas del campo magnético (azul) muestran cómo la pluma interactúa con el flujo ambiental del plasma de Júpiter. Los colores rojos muestran áreas más densas de plasma.
Redescubriendo Europa.
Old Data Reveal New Evidence of Europa Plumes
La exploración de otros mundos por parte de las sondas interplanetarias abarca numeroso niveles de observación. Hay que los datos claros y evidentes, otros que necesitan un trabajo extra de trabajo para sacarlos a la luz, y unos que simple y llanamente son tan tenues que terminan pasando inadvertidos en el mar de información. Por eso todo lo enviado, todo lo reunido a lo largo de los años por una misión exitosa, se sigue estudiando mucho más allá de su final físico, explorador una y otra vez por nuevas técnicas y tecnologías que van surgiendo con el tiempo. Los científicos saben que no es extraño encontrar sorpresas, realizar nuevos descubrimientos. Es más habitual de lo que imaginamos, y la ya desaparecida Galileo no es una excepción.
Mientras estuvo en órbita joviana pasaron desapercibidos a sus ojos, pero ahora, años después del final de su misión, un equipo científico liderados por Xianzhe Jia, del departamento de Ciencias del Clima y el Espacio en la Universidad de Michigan en Ann Arbor, han revelado que dos de sus instrumentos captaron la huella de las famosas plumas de Europa, los géisers que se cree emergen desde la helada superficie de esta luna. Fueron datos muy tenues, que solo aplicándoles los más recientes modelos podía adquirir un sentido, especialmente gracias a los hallazgos de la Cassini, cuyas observaciones de Encélado ofrecieron una clara guía que seguir.
En el momento del sobrevuelo de 1997, a unas 200 kilómetros sobre la superficie, el equipo de Galileo nunca sospechó que la sonda rozó una pluma que surgía de la luna helada. Cuando Jia y su equipo examinaron la información recopilada durante dicho sobrevuelo los datos del magnetómetro de alta resolución mostraron algo extraño. Basándose en lo que los científicos aprendieron de Encélado, sabían que material expulsado se ioniza y deja un señal característica en el campo magnético.Y es lo que vieron en Europa, una curva magnética breve y localizada que nunca se había explicado.
A todo esto se le sumó la información de las ondas de plasma, que junto con los magnéticos, fueron introducidos en un nuevo modelado 3D desarrollado por su equipo en la Universidad de Michigan, que simuló las interacciones del plasma con los cuerpos del Sistema solar. El ingrediente final fue la información del Hubble que sugería las dimensiones de las potenciales plumas. El resultado que surgió de todo ello, en forma de una pluma simulada, coincidía con los datos de Galileo.
Todo ello parece reforzar como nunca antes, la idea de que esta luna presenta una actividad del mismo tipo que Encélado, aunque quizás menos intensa."Ahora parece haber demasiadas líneas de evidencia para descartar su presencia en Europa", explica Robert Pappalardo, científico del proyecto Europa Clipper en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California."Este resultado hace que las plumas parezcan ser mucho más reales y, para mi, es un punto de inflexión. Ya no son blips inciertos en una imagen lejana". Aunque con dos décadas de retraso, la Galileo quizás acaba de impulsar forma definitiva la exploración de esta luna, ofreciendo a futuras sondas como Europa Clipper la confirmación definitiva de que existen en ellas ventanas a su interior, por la que podrían analizar de forma directa su océano subterráneo en busca de vida.
Quizás si nos hubiéramos dado cuenta en su momento, las misiones a Júpiter y Europa ahora proyectadas se habrían convertido en una realidad mucho antes, pero simplemente entonces no sabíamos lo suficiente para apreciar su tenue huella. La idea misma de que podrían existir géisers activos en estas heladas lunas nos era desconocida. Ahora, 21 años después, finalmente su mensaje nos alcanzó.
Representado los datos magnéticos y de plasma bajo la luz de esta nueva simulación. Las líneas del campo magnético (azul) muestran cómo la pluma interactúa con el flujo ambiental del plasma de Júpiter. Los colores rojos muestran áreas más densas de plasma.
Old Data Reveal New Evidence of Europa Plumes
domingo, mayo 13, 2018
Post Vintage (270): Un mundo al 82%
¿Hasta que punto sería la Tierra considerado un mundo potencialmente habitable vista desde la distancia?
Estamos en un momento crítico de nuestra historia. Miles y miles de nuevos mundos están saliendo a la luz, mostrando que la Vía Láctea esta llena de ellos, planetas por todas partes, de todo tipo y tamaño. Ahora puede parecernos lógico que así sea, pero hasta la década de los 90 no sabíamos realmente si éramos una rareza cósmica o solo uno más de infinitos sistemas planetarios. En muy poco tiempo hemos dado un salto adelante de auténtico vértigo. Y otros están por venir.
Una vez retiramos el velo de nuestros ojos y nos asomamos a este mar planetario sin fin, la siguiente e inevitable pregunta era si existían otras "tierras", otros mundos como el nuestro, donde la vida podría haber hecho también acto de presencia. Es posiblemente la más trascendental de las preguntas, y ser capaces de dar con una respuesta definitiva, un momento que marcará un antes y un después en nuestra historia.
Estamos en los albores de una nueva generación de observatorios espaciales y terrestres, ingenios que serán capaces de detectar y analizar las atmósferas de estos exoplanetas para buscar signos de actividad biológica en su composición. La terrestre un ejemplo de ello. No nació tal como la conocemos. En realidad la atmósfera primigenia nada tenía que ver con la actual, sino que la vida la fue transformado. Eso mismo, la "huella" de su presencia es lo que buscaremos en el futuro. Pero antes hay que saber donde buscar, elegir los objetivos más adecuados para una tarea que sera ardua.
Eso lo llevamos haciendo desde los albores de esta nueva era. Buscamos exoplanetas, sobretodo con el método del tránsito, que puedan cumplir una serie de condiciones, como su masa y tamaño, posible composición, distancia a su estrella y el tipo espectral de esta última, que permitan intuir las condiciones ambientales allí existentes.¿Pero hasta que punto es fiable este sistema? Para ello cambiemos la perspectiva, imaginemos que somos miembros de una civilización alienigena que buscamos otros mundos igual que hacemos nosotros, con los mismos métodos y centrándonos en los mismos parámetros. Y una de esos lejanos explanetas que estudiaran se encontrara en una lejana y amarilla estrella de clase G2. ¿Como clasificarían a la Tierra? Que % de habitabilidad le otorgarían, siendo 0 un mundo muerto y 100 totalmente habitable?
Seguramente todos diríamos que el 100%.¿Como podría ser de otra forma, si es un oasis de vida, y siempre hemos aprendido que se encuentra a la distancia perfecta del Sol, que tiene el tamaño perfecto, la composición ideal y todo lo que puede pedir un mundo para ser habitable? Sin embargo esa es una valoración subjetiva, basada en el hecho de que es el planeta donde vivimos. La realidad no es tan perfecta. Para nuestros imaginarios extraterrestres, la Tierra estaría muy arriba en esta escala, estaría seguramente en la lista de objetivos prioritarios de estudio, pero quedaría lejos del 100. En realidad "solo" alcanzaría el 82%.
Así lo explica en un reciente artículo, Rory Barnes y su equipo del "Virtual Planetary Laboratory" de la Universidad de Washington, y que es el resultado de crear un índice de habitabilidad, destinado a clasificar los planetas que observamos cuando transitan por delante de su estrella. En el se utilizan utilizan factores como la distancia a su estrella, el tamaño del planeta, la naturaleza de la estrella, y el comportamiento de otros planetas en el mismo sistema estelar. Todo ello para intentar "actualizar" el concepto de la zona habitable, esa región del espacio, alrededor de una estrella, en el que un planeta no está demasiado cerca como para que el agua se evapore, ni tan lejos como para que se congele. Es el lugar donde se dirigen todas las miradas cuando se descubre un nuevo mundo en la astronomía actual. Si está fuera, posiblemente no es habitable, si está dentro tiene muchas opciones de que lo sea.
Pero las cosas no son tan claras como parece. Si aplicamos el concepto de zona habitable a nuestro Sistema Solar, evidentemente la Tierra está dentro de ella. Pero Venus y Marte también, y sabemos hasta que punto son hostiles a la vida, especialmente en el primer caso. Por otro lado los lugares más prometedores para encontrarla en el Sistema Solar más allá de nuestro planeta son lugares como Europa, Encélado o Titán, completamente alejados de esa zona ideal. Está claro que es imperfecta y necesita actualizarse.
Con este objetivo en mente, el equipo de Rory Barnes se ha centrado no sólo en la distancia entre el planeta y la estrella, si no también en su equilibrio de energía: La energía que recibe el planeta, su albedo (la cantidad de energía que refleja de vuelta al espacio, de tal modo que un planeta con un albedo muy alto podría estar más cerca de su estrella y aun así ser habitable, mientras que un planeta con un albedo bajo podría tolerar estar a una distancia mucho mayor), y la excentricidad de su órbita. En resumen, un índice de habitabilidad "mejorado" donde se pueden introducir todos los datos que tengamos de un exoplaneta (todos aquellos que hayamos obtenido por observación) para poder clasificarlo y determinar su potencial. Con miles de objetivos, ser capaces de centrarnos en aquellos con más opciones será clave en nuestra búsqueda.
¿Y que se obtiene si se aplica a la Tierra estos parámetros? 82%, un índice alto pero no definitivo. Al contrario de lo que nos dice el sentido común, desde la distancia y estimándolo solo a partir de elementos observables, nuestro planeta no parece un lugar tan seguro para la vida como sabemos que es en realidad. Toda una lección a tener en cuenta. Para los astrónomos alienigenas, sería un candidato serio para ser habitable, pero quizás solo una más dentro de una lista de candidatos igual de firmes. Evidente mente si fueran capaces de analizar su atmósfera verían al instante la huella biológica, y si estuvieran a menos de 70 años-luz, el aumento exponencial en las emisiones en ciertas secuencias del espectro delatarían la presencia de una civilización tecnológica. Pero quizás se tomarían su tiempo mientras exploran candidatos más firmes, antes de pasar a la Tierra. El mundo al 82% debería esperar un poco a que llegara su turno.
La Tierra y La Luna desde la órbita de Mercurio, fotografiadas por la sonda MESSENGER. Sabemos que el primero es un mundo habitable. Hemos nacido en el. Pero desde la distancia quizás las cosas no están tan claras.
La "zona de habitabilidad" es la zona mágica para cualquier buscador de planetas habitables, allí donde la distancia parece ser la adecuada para que puedan existir temperaturas tolerables y agua líquida. Sin embargo Venus y Marte también entran ella y sabemos de sus condiciones. Es evidente que intervienen otros factores que podrían determinar la habitabilidad de un mundo sin la imperiosa necesidad de encontrarse confinado en dicha región, y la falta de ella en otros que si se encuentran en su interior. Actualizaros es el objetivo de este nuevo estudio.
El James Webb es un ejemplo de la nueva generación de observatorios, espaciales y terrestres, que están llamando a las puertas, y que serán capaces de estudiar exoplanetas de forma lo suficientemente profunda como para detectar las huellas químicas de la vida. Pero para ello hay que seleccionar bien los objetivos, de ahí que sea tan importante delimitar los factores claves que determinan su naturaleza ambiental.
Earth From Afar Would Look Only 82% Right For Life
Vista desde lejos, la Tierra no parecería 100% habitable
Estamos en un momento crítico de nuestra historia. Miles y miles de nuevos mundos están saliendo a la luz, mostrando que la Vía Láctea esta llena de ellos, planetas por todas partes, de todo tipo y tamaño. Ahora puede parecernos lógico que así sea, pero hasta la década de los 90 no sabíamos realmente si éramos una rareza cósmica o solo uno más de infinitos sistemas planetarios. En muy poco tiempo hemos dado un salto adelante de auténtico vértigo. Y otros están por venir.
Una vez retiramos el velo de nuestros ojos y nos asomamos a este mar planetario sin fin, la siguiente e inevitable pregunta era si existían otras "tierras", otros mundos como el nuestro, donde la vida podría haber hecho también acto de presencia. Es posiblemente la más trascendental de las preguntas, y ser capaces de dar con una respuesta definitiva, un momento que marcará un antes y un después en nuestra historia.
Estamos en los albores de una nueva generación de observatorios espaciales y terrestres, ingenios que serán capaces de detectar y analizar las atmósferas de estos exoplanetas para buscar signos de actividad biológica en su composición. La terrestre un ejemplo de ello. No nació tal como la conocemos. En realidad la atmósfera primigenia nada tenía que ver con la actual, sino que la vida la fue transformado. Eso mismo, la "huella" de su presencia es lo que buscaremos en el futuro. Pero antes hay que saber donde buscar, elegir los objetivos más adecuados para una tarea que sera ardua.
Eso lo llevamos haciendo desde los albores de esta nueva era. Buscamos exoplanetas, sobretodo con el método del tránsito, que puedan cumplir una serie de condiciones, como su masa y tamaño, posible composición, distancia a su estrella y el tipo espectral de esta última, que permitan intuir las condiciones ambientales allí existentes.¿Pero hasta que punto es fiable este sistema? Para ello cambiemos la perspectiva, imaginemos que somos miembros de una civilización alienigena que buscamos otros mundos igual que hacemos nosotros, con los mismos métodos y centrándonos en los mismos parámetros. Y una de esos lejanos explanetas que estudiaran se encontrara en una lejana y amarilla estrella de clase G2. ¿Como clasificarían a la Tierra? Que % de habitabilidad le otorgarían, siendo 0 un mundo muerto y 100 totalmente habitable?
Seguramente todos diríamos que el 100%.¿Como podría ser de otra forma, si es un oasis de vida, y siempre hemos aprendido que se encuentra a la distancia perfecta del Sol, que tiene el tamaño perfecto, la composición ideal y todo lo que puede pedir un mundo para ser habitable? Sin embargo esa es una valoración subjetiva, basada en el hecho de que es el planeta donde vivimos. La realidad no es tan perfecta. Para nuestros imaginarios extraterrestres, la Tierra estaría muy arriba en esta escala, estaría seguramente en la lista de objetivos prioritarios de estudio, pero quedaría lejos del 100. En realidad "solo" alcanzaría el 82%.
Así lo explica en un reciente artículo, Rory Barnes y su equipo del "Virtual Planetary Laboratory" de la Universidad de Washington, y que es el resultado de crear un índice de habitabilidad, destinado a clasificar los planetas que observamos cuando transitan por delante de su estrella. En el se utilizan utilizan factores como la distancia a su estrella, el tamaño del planeta, la naturaleza de la estrella, y el comportamiento de otros planetas en el mismo sistema estelar. Todo ello para intentar "actualizar" el concepto de la zona habitable, esa región del espacio, alrededor de una estrella, en el que un planeta no está demasiado cerca como para que el agua se evapore, ni tan lejos como para que se congele. Es el lugar donde se dirigen todas las miradas cuando se descubre un nuevo mundo en la astronomía actual. Si está fuera, posiblemente no es habitable, si está dentro tiene muchas opciones de que lo sea.
Pero las cosas no son tan claras como parece. Si aplicamos el concepto de zona habitable a nuestro Sistema Solar, evidentemente la Tierra está dentro de ella. Pero Venus y Marte también, y sabemos hasta que punto son hostiles a la vida, especialmente en el primer caso. Por otro lado los lugares más prometedores para encontrarla en el Sistema Solar más allá de nuestro planeta son lugares como Europa, Encélado o Titán, completamente alejados de esa zona ideal. Está claro que es imperfecta y necesita actualizarse.
Con este objetivo en mente, el equipo de Rory Barnes se ha centrado no sólo en la distancia entre el planeta y la estrella, si no también en su equilibrio de energía: La energía que recibe el planeta, su albedo (la cantidad de energía que refleja de vuelta al espacio, de tal modo que un planeta con un albedo muy alto podría estar más cerca de su estrella y aun así ser habitable, mientras que un planeta con un albedo bajo podría tolerar estar a una distancia mucho mayor), y la excentricidad de su órbita. En resumen, un índice de habitabilidad "mejorado" donde se pueden introducir todos los datos que tengamos de un exoplaneta (todos aquellos que hayamos obtenido por observación) para poder clasificarlo y determinar su potencial. Con miles de objetivos, ser capaces de centrarnos en aquellos con más opciones será clave en nuestra búsqueda.
¿Y que se obtiene si se aplica a la Tierra estos parámetros? 82%, un índice alto pero no definitivo. Al contrario de lo que nos dice el sentido común, desde la distancia y estimándolo solo a partir de elementos observables, nuestro planeta no parece un lugar tan seguro para la vida como sabemos que es en realidad. Toda una lección a tener en cuenta. Para los astrónomos alienigenas, sería un candidato serio para ser habitable, pero quizás solo una más dentro de una lista de candidatos igual de firmes. Evidente mente si fueran capaces de analizar su atmósfera verían al instante la huella biológica, y si estuvieran a menos de 70 años-luz, el aumento exponencial en las emisiones en ciertas secuencias del espectro delatarían la presencia de una civilización tecnológica. Pero quizás se tomarían su tiempo mientras exploran candidatos más firmes, antes de pasar a la Tierra. El mundo al 82% debería esperar un poco a que llegara su turno.
La Tierra y La Luna desde la órbita de Mercurio, fotografiadas por la sonda MESSENGER. Sabemos que el primero es un mundo habitable. Hemos nacido en el. Pero desde la distancia quizás las cosas no están tan claras.
La "zona de habitabilidad" es la zona mágica para cualquier buscador de planetas habitables, allí donde la distancia parece ser la adecuada para que puedan existir temperaturas tolerables y agua líquida. Sin embargo Venus y Marte también entran ella y sabemos de sus condiciones. Es evidente que intervienen otros factores que podrían determinar la habitabilidad de un mundo sin la imperiosa necesidad de encontrarse confinado en dicha región, y la falta de ella en otros que si se encuentran en su interior. Actualizaros es el objetivo de este nuevo estudio.
El James Webb es un ejemplo de la nueva generación de observatorios, espaciales y terrestres, que están llamando a las puertas, y que serán capaces de estudiar exoplanetas de forma lo suficientemente profunda como para detectar las huellas químicas de la vida. Pero para ello hay que seleccionar bien los objetivos, de ahí que sea tan importante delimitar los factores claves que determinan su naturaleza ambiental.
Earth From Afar Would Look Only 82% Right For Life
Vista desde lejos, la Tierra no parecería 100% habitable