Revelando la distancia y propiedades físicas de la "estrella polar".
En realidad no deja de ser un titulo temporal, en que una serie de estrellas se han sucedido de forma cíclica a lo largo de un periodo de 25.776 años, el tiempo en que tarde el eje terrestre en completar lo que se conoce como precesión de los equinoccios. En la época estimada de la construcción de las grandes pirámides de Guiza, hace unos 5 milenios, ese honor recaía en Thuban, hoy día muy lejos del polo celeste, y anteriormente lo fue Vega. También existieron grandes eras donde no existió ninguna suficientmente brillante como destacar, como durante el Imperio Romano. El Firmamento es todo menos firme y estático.
Lo que hoy llamamos "polar" (Polaris) es el nombre popular que recibe la estrella α Ursae Minoris, una de las más brillantes del cielo terrestre y ahora mismo tan cerca del polo norte celeste que parece casi inmóvil mientras todo gira a su alrededor. Y aún lo será más en el futuro, hasta 2100, momento en que la distancia se habrá reducido a su mínimo. A partir de entonces se irá alejando lentamente, pero los habitantes del hemisferio Septentrional seguiremos teniendo nuestra estrella guía, nuestra brújula, durante varios milenios más.
Para los astrónomos Polaries resulta también un cuerpo estelar muy interesante por sí mismo, no solo por ser un sistema estelar triple, sino porque la estrella principal, una supergigante amarilla 45 veces más masiva que el Sol, es lo que se conoce como una Cefeida, un tipo raro y muy valioso de estrellas variables, que presentan una relación fija entre su luminosidad intrínseca y su período de pulsación. Eso las convierte en "velas estándar" que permiten calcular de un margen de error aceptable largas distancias, incluso a escala intergaláctica. Y en el caso de Polar, es la más cercana a la Tierra que conocemos, y por ello podemos estudiar sus características de una forma imposible de lograr con las más lejanas.
A pesar de ello existía un margen amplio en cuanto a su distancia a nosotros, que se movía entre los 322 y los 520 años-luz. La cifra exacta estaba entre ambos puntos, pero no se conocía de forma exacta. Hasta que la misión Gaia llegó y nos ofreció números mucho más concretos, 447 años-luz. Y sabiendo eso astrofísicos de la Villanova University han podido determinar el radio, el brillo intrínseco, la edad y la masa de Polaris.
"La gran incertidumbre previa en la distancia era un
impedimento real para fijar las propiedades de nuestra Cefeida más
cercana (y más querida). La Misión Gaia midió su distancia a menos del 0,5 por ciento. Trabajar con una medición de distancia precisa abre nuevos caminos para
la investigación de la estructura y evolución tanto de ella como de otras
Cefeidas", explica Edward Guinan, uno de los líderes del equipo que realizó este estudio. Lo que ahora hemos aprendido de ella se podrá extrapolar a otras, y con ello lograr una precisión mucho mayor."Nuestro estudio proporciona una comprensión más clara de
las estrellas variables Cefeidas como una clase", continuó Guinan."Son fundamentalmente importantes para determinar las distancias a las
galaxias y la velocidad de expansión del universo. Todas, salvo unas
pocas, están demasiado lejos para determinar sus propiedades físicas fundamentales con la precisión que ahora proporciona Polaris".
Ursae Minoris, Polaris, la estrella Polar. Diferentes nombre para una misma cosa, la de una brújula para los navegantes del Norte, y también para los navegantes del Universo. Y es que tanto para unos como para otros, representa una guía entre las tinieblas.
La estrella Polar, en realidad un sistema estelar triple
La actual estrella polar es fruto del movimiento del eje terrestre en un ciclo de 25.776 años. Vega, Deneb o Thuban también lo han sido en el pasado y lo serán de nuevo en el futuro.
Revelada distancia y propiedades físicas de la Estrella Polar
lunes, julio 30, 2018
domingo, julio 29, 2018
Post Vintage (281): Bajo la luz de Plutón
Observando la zona nocturna de Caronte iluminado por el resplandor del planeta enano.
En ocasiones la silueta de La Luna se dibuja perfectamente en el firmamento, a pesar de que en ese momento, y desde el punto de vista terrestre, parte de su rostro esté sumergido en las tinieblas de la noche. No debería verse nada en absoluto, pero no es así. Y la respuesta es que es la propia Tierra la que la ilumina, la luz solar por ella reflejada que incide en ella y la llena de un tenue resplandor. Es lo que se conoce como "luz cenicienta", uno de los fenómenos astronómicos más destacables que podemos ver a simple vista, un juego de luz entre mundos.
Y en Plutón ocurre lo mismo. El resplandor del Sol es solo una pequeña fracción del que tenemos en la Tierra, pero su gran luna Caronte están mucho más cerca el uno del otro, y el que estén compuestos de diversos tipos de hielo. Una combinación que permitía al equipo de la New Horizons esperar un efecto parecido, lo que les permitiera atrever, aunque solo fuera ligeramente, los hemisferios nocturnos de ambos mundos, en ese momento sumergidos en una oscuridad que, tanto por la inclinación de su eje, como por la duración de su viaje alrededor del Sol, ya dura varias décadas. Son zonas destinadas a no ser exploradas, pero quizás, aunque sea de esta forma, podamos tener una ligera idea de lo que ahí se esconde.
Este es el caso del Polo Sur de Caronte, sumergido en una larga noche polar, en la que se adentró en 1989, y de la que no saldrá hasta 2017. Por tanto invisible a las cámaras de la New Horizons. O Casi, ya que una toma de LORRI (Long Range Reconnaissance Imager), con una exposición de 16 segundos, realizada 3 día después del momento de máxima aproximación, han permitido hacer visible la "luz cenicienta" que, llegada desde el cercano Plutón, ilumina su gélida noche, donde las temperaturas deben aproximarse al 0 absoluto.
Entre el intenso programa de actividades que afrontó la New Horizons durante el encuentro, se encontraba la de realizar tomas de su hemisferio nocturno, esperando que la tenue luz reflejada por Caronte fuera suficiente para ser capaces de distinguir algún detalle. Este es la primera imagen que tenemos de este efecto, aunque sea desde la distancia. Ahora solo queda esperar que entre todos los datos e imágenes que aún esperan ser enviados a la Tierra desde los bancos de memoria de la sonda, se encuentren las de la noche de Plutón bailado bajo la luz de su gran luna.
El polo Sur de Plutón, sumergido en la oscuridad de la noche, iluminado por Caronte. Esta era la situación cuando llegó New Horizons, y se espera que esta situación de "luz cenicienta" permita ver algo de lo que allí se esconde.
La "luz cenicienta" permite apreciar detalles de la superficie de La Luna cuando su hemisferio que mira hacia la Tierra se encuentra sumergida en la larga noche lunar. Entre Plutón y Caronte ocurre algo parecido.
Charon’s Night Side
En ocasiones la silueta de La Luna se dibuja perfectamente en el firmamento, a pesar de que en ese momento, y desde el punto de vista terrestre, parte de su rostro esté sumergido en las tinieblas de la noche. No debería verse nada en absoluto, pero no es así. Y la respuesta es que es la propia Tierra la que la ilumina, la luz solar por ella reflejada que incide en ella y la llena de un tenue resplandor. Es lo que se conoce como "luz cenicienta", uno de los fenómenos astronómicos más destacables que podemos ver a simple vista, un juego de luz entre mundos.
Y en Plutón ocurre lo mismo. El resplandor del Sol es solo una pequeña fracción del que tenemos en la Tierra, pero su gran luna Caronte están mucho más cerca el uno del otro, y el que estén compuestos de diversos tipos de hielo. Una combinación que permitía al equipo de la New Horizons esperar un efecto parecido, lo que les permitiera atrever, aunque solo fuera ligeramente, los hemisferios nocturnos de ambos mundos, en ese momento sumergidos en una oscuridad que, tanto por la inclinación de su eje, como por la duración de su viaje alrededor del Sol, ya dura varias décadas. Son zonas destinadas a no ser exploradas, pero quizás, aunque sea de esta forma, podamos tener una ligera idea de lo que ahí se esconde.
Este es el caso del Polo Sur de Caronte, sumergido en una larga noche polar, en la que se adentró en 1989, y de la que no saldrá hasta 2017. Por tanto invisible a las cámaras de la New Horizons. O Casi, ya que una toma de LORRI (Long Range Reconnaissance Imager), con una exposición de 16 segundos, realizada 3 día después del momento de máxima aproximación, han permitido hacer visible la "luz cenicienta" que, llegada desde el cercano Plutón, ilumina su gélida noche, donde las temperaturas deben aproximarse al 0 absoluto.
Entre el intenso programa de actividades que afrontó la New Horizons durante el encuentro, se encontraba la de realizar tomas de su hemisferio nocturno, esperando que la tenue luz reflejada por Caronte fuera suficiente para ser capaces de distinguir algún detalle. Este es la primera imagen que tenemos de este efecto, aunque sea desde la distancia. Ahora solo queda esperar que entre todos los datos e imágenes que aún esperan ser enviados a la Tierra desde los bancos de memoria de la sonda, se encuentren las de la noche de Plutón bailado bajo la luz de su gran luna.
El polo Sur de Plutón, sumergido en la oscuridad de la noche, iluminado por Caronte. Esta era la situación cuando llegó New Horizons, y se espera que esta situación de "luz cenicienta" permita ver algo de lo que allí se esconde.
La "luz cenicienta" permite apreciar detalles de la superficie de La Luna cuando su hemisferio que mira hacia la Tierra se encuentra sumergida en la larga noche lunar. Entre Plutón y Caronte ocurre algo parecido.
Charon’s Night Side
sábado, julio 28, 2018
El Titán soñado
Presentada las imágenes más claras de su superficie jamás logradas.
Explorarlo fue un reto fascinante, tanto por el increíble de este cuerpo celeste, como por los desafíos que implicaba hacerlo. Rodeado de una densa atmósfera, que a su vez estaba saturada de una densa neblina que lo envolvía completamente, su superficie resultaba invisible ante las cámaras de la Cassini, que solo veían una enorme esfera anaranjada sin apenas detalles distinguibles. Afortunadamente el espectro electromagnético es mucho más amplio que las limitadas frecuencias que nosotros llamamos "visible", y con el infrarrojos y el radar todo era diferente. El velo desaparecía y su rostro se mostraba sin limite alguno.
Pero no todo era tan sencillo. Observar la superficie de Titán de esta forma implicaba hacerlo a fragmentos, como pintar un cuadro trazo a trazo a medida que se iban sucediendo los sobrevuelos. Es lo que estuvo haciendo Cassini durante 13 años terrestres. Y de este esfuerzo ingente fueron surgiendo panorámicas cada vez más completas, aunque nunca perfectas del todo, ya que cada secuencia tenía diferentes grados de resolución (según la distancia de cada encuentro) y también diferencias dentro de cada una de ellas, según el instante del encuentro en que se hubieran captado. Y sin olvidar, claro está, los diferentes niveles y ángulos de iluminación. Un trabajo laborioso que requería mucha paciencia.
Ahora, cuando Cassini es ya solo un recuerdo, se acaban de presentar el que con toda seguridad son las imágenes más claras de la superficie de Titán que jamás veremos, al menos en mucho tiempo. Combinando los 13 años de datos adquiridos por VIMS (instrumento Espectrómetro de Cartografía Visual e Infrarroja) se trata de un esfuerzo concentrado para combinar datos de la multitud de diferentes observaciones hechas bajo una amplia variedad de condiciones de iluminación y visión. Con el se han conseguido rellenar todos los huecos, una homogeneidad en su resolución y que no haya zonas de baja calidad.
6 imágenes en infrarrojo que representan casi la totalidad del globo sin el velo que cubre. No como lo verían nuestros ojos, ya que aquí se resaltan las sutiles variaciones espectrales en los materiales en la superficie. Por ejemplo, los campos de dunas ecuatoriales aparecen con un color marrón uniforme, mientras que las zonas azuladas y violáceas pueden tener composiciones diferentes de las otras áreas brillantes, y pueden ser ricas en hielo de agua. Pero pese a ello, y quizás, si lo pensamos bien, gracias también a ello, el resultado es espectacular.
Las 6 caras de Titán. Levantando el velo de un mundo tan complejo como apasionante.
Titán en el infrarrojo, y en el centro tal como lo vemos en luz visible. Como retirar un velo y abrir las puertas a un nuevo mundo.
Seeing Titan with Infrared Eyes
Explorarlo fue un reto fascinante, tanto por el increíble de este cuerpo celeste, como por los desafíos que implicaba hacerlo. Rodeado de una densa atmósfera, que a su vez estaba saturada de una densa neblina que lo envolvía completamente, su superficie resultaba invisible ante las cámaras de la Cassini, que solo veían una enorme esfera anaranjada sin apenas detalles distinguibles. Afortunadamente el espectro electromagnético es mucho más amplio que las limitadas frecuencias que nosotros llamamos "visible", y con el infrarrojos y el radar todo era diferente. El velo desaparecía y su rostro se mostraba sin limite alguno.
Pero no todo era tan sencillo. Observar la superficie de Titán de esta forma implicaba hacerlo a fragmentos, como pintar un cuadro trazo a trazo a medida que se iban sucediendo los sobrevuelos. Es lo que estuvo haciendo Cassini durante 13 años terrestres. Y de este esfuerzo ingente fueron surgiendo panorámicas cada vez más completas, aunque nunca perfectas del todo, ya que cada secuencia tenía diferentes grados de resolución (según la distancia de cada encuentro) y también diferencias dentro de cada una de ellas, según el instante del encuentro en que se hubieran captado. Y sin olvidar, claro está, los diferentes niveles y ángulos de iluminación. Un trabajo laborioso que requería mucha paciencia.
Ahora, cuando Cassini es ya solo un recuerdo, se acaban de presentar el que con toda seguridad son las imágenes más claras de la superficie de Titán que jamás veremos, al menos en mucho tiempo. Combinando los 13 años de datos adquiridos por VIMS (instrumento Espectrómetro de Cartografía Visual e Infrarroja) se trata de un esfuerzo concentrado para combinar datos de la multitud de diferentes observaciones hechas bajo una amplia variedad de condiciones de iluminación y visión. Con el se han conseguido rellenar todos los huecos, una homogeneidad en su resolución y que no haya zonas de baja calidad.
6 imágenes en infrarrojo que representan casi la totalidad del globo sin el velo que cubre. No como lo verían nuestros ojos, ya que aquí se resaltan las sutiles variaciones espectrales en los materiales en la superficie. Por ejemplo, los campos de dunas ecuatoriales aparecen con un color marrón uniforme, mientras que las zonas azuladas y violáceas pueden tener composiciones diferentes de las otras áreas brillantes, y pueden ser ricas en hielo de agua. Pero pese a ello, y quizás, si lo pensamos bien, gracias también a ello, el resultado es espectacular.
Las 6 caras de Titán. Levantando el velo de un mundo tan complejo como apasionante.
Titán en el infrarrojo, y en el centro tal como lo vemos en luz visible. Como retirar un velo y abrir las puertas a un nuevo mundo.
Seeing Titan with Infrared Eyes
viernes, julio 27, 2018
La hora de la Luna roja
No te pierdas el eclipse de Luna de más duración de este siglo.
Cada cierto tiempo nuestro satélite se adentra en la sombra de la Tierra, o visto desde un punto de vista lunar, se produce un largo eclipse de Sol en que nuestro planeta se interpone entre ambos cuerpos. No ocurre una vez al mes, como podría esperarse, ya que la órbita de La Luna esta ligeramente inclinada con respecto al ecuador terrestre, por lo que la mayor parte de las veces simplemente pasa por encima o debajo del cono de oscuridad. Pero en ocasiones ese tránsito coincide o esta cerca de uno de los nodos, el punto en que su órbita cruza el plano orbital de la Tierra. Es el momento de vivir un nuevo eclipse de Luna.
Este Viernes, día 27, viviremos el de mayor duración de este siglo XXI, 6 horas y 13 minutos en total, con 103 minutos de completa oscuridad. Todo gracias a que coincide casi por completo con el cruce de nodo, y que además se produce en el momento en que está cruzado el apogeo de su órbita, a unos 406,223 kilómetros de nosotros. Esta distancia, que marca el máximo alejamiento de nosotros, también implica una menor velocidad orbital lunar. Algo más pequeña a la vista, y algo más lenta en su movimiento, lo que a su vez implica que tarde algo más de tiempo en completar el cruce. Todo coincide para dar lugar a este largo viaje por las sombras.
Una oportunidad magnífica para todos de observar este fenómeno astronómico, aprendiendo de forma directa como la sombra que proyecta nuestro propio planeta y como su atmósfera filtra la luz solar, responsable último de su enrojecimiento, y que es la misma que vemos durante un amanecer o un atardecer. Una pequeña lección práctica de astronomía. Y todo rodeado una belleza que solo el Universo puede ofrecernos.
Las zonas donde podrá verse el eclipse, en su totalidad o al menos en parte. En el caso de la Península Ibérica la Luna emergerá desde el horizonte ya habiendo iniciado su viaje por la sombra terrestre.
La mecánica del eclipse de Luna, con nuestro satélite cruzando primero la penumbra (lo que desde la superficie lunar sería un eclipse parcial de Sol) y después la Umbra, la zona de oscuridad total (un eclipse total de Sol). La tenue luz filtrada por la atmósfera terrestre la ilumina y le dota de un aire "sangriento".
Cuanto más al Este, más fases del eclipse veremos, con una diferencia apreciable incluso entre dos ciudades relativamente cercanas (a escala planetaria) como Barcelona y Madrid. Para América del Sur eso implicará solo poder observar su fase final.
Guía para observar el eclipse de Luna más largo del siglo
Cada cierto tiempo nuestro satélite se adentra en la sombra de la Tierra, o visto desde un punto de vista lunar, se produce un largo eclipse de Sol en que nuestro planeta se interpone entre ambos cuerpos. No ocurre una vez al mes, como podría esperarse, ya que la órbita de La Luna esta ligeramente inclinada con respecto al ecuador terrestre, por lo que la mayor parte de las veces simplemente pasa por encima o debajo del cono de oscuridad. Pero en ocasiones ese tránsito coincide o esta cerca de uno de los nodos, el punto en que su órbita cruza el plano orbital de la Tierra. Es el momento de vivir un nuevo eclipse de Luna.
Este Viernes, día 27, viviremos el de mayor duración de este siglo XXI, 6 horas y 13 minutos en total, con 103 minutos de completa oscuridad. Todo gracias a que coincide casi por completo con el cruce de nodo, y que además se produce en el momento en que está cruzado el apogeo de su órbita, a unos 406,223 kilómetros de nosotros. Esta distancia, que marca el máximo alejamiento de nosotros, también implica una menor velocidad orbital lunar. Algo más pequeña a la vista, y algo más lenta en su movimiento, lo que a su vez implica que tarde algo más de tiempo en completar el cruce. Todo coincide para dar lugar a este largo viaje por las sombras.
Una oportunidad magnífica para todos de observar este fenómeno astronómico, aprendiendo de forma directa como la sombra que proyecta nuestro propio planeta y como su atmósfera filtra la luz solar, responsable último de su enrojecimiento, y que es la misma que vemos durante un amanecer o un atardecer. Una pequeña lección práctica de astronomía. Y todo rodeado una belleza que solo el Universo puede ofrecernos.
Las zonas donde podrá verse el eclipse, en su totalidad o al menos en parte. En el caso de la Península Ibérica la Luna emergerá desde el horizonte ya habiendo iniciado su viaje por la sombra terrestre.
La mecánica del eclipse de Luna, con nuestro satélite cruzando primero la penumbra (lo que desde la superficie lunar sería un eclipse parcial de Sol) y después la Umbra, la zona de oscuridad total (un eclipse total de Sol). La tenue luz filtrada por la atmósfera terrestre la ilumina y le dota de un aire "sangriento".
Cuanto más al Este, más fases del eclipse veremos, con una diferencia apreciable incluso entre dos ciudades relativamente cercanas (a escala planetaria) como Barcelona y Madrid. Para América del Sur eso implicará solo poder observar su fase final.
Guía para observar el eclipse de Luna más largo del siglo
miércoles, julio 25, 2018
Un lago en el desierto rojo
Mars Express encuentra evidencias de un posible gran masa de agua líquida bajo la superficie.
"Marsis nació para hacer este tipo de descubrimiento, y ahora lo tiene", explica Roberto Orosei, radioastrónomo del Instituto Nacional de Astrofísica, quien dirigió la investigación que llevó a cabo este transcendental hallazgo. Marsis es el radar de baja frecuencia con el que va equipada esta sonda, y con el cual lleva 15 años sondeando el subsuelo del planeta buscando levantar un mapa de las reservas de hielo que se esconden en ella. Sin lugar a dudas uno de los grandes sueños era encontrar algo más, evidencias de agua líquida. Algo que se había mostrado esquivo. Hasta ahora.
Que Marte tiene grandes reservas de agua no es un secreto. Lo sabemos desde hace años, aunque siempre hablando de hielo y gas. Que pudiera existir en forma líquida ya era una idea más problemática, aunque es evidente que así fue en el pasado, como apuntan los valles, las cuencas y los cursos de antiguos ríos largos y secos. Actualmente el planeta es un lugar seco y con una atmósfera muy tenue, por la que esta no puede mantenerse en superficie durante mucho tiempo, aunque se sospecha que ciertas formaciones o trazas escuras, que aparecen en algunas laderas montañosas de forma estacional, podrían ser flujos de agua salada que salen al exterior cuando las temperaturas llegan a su punto más alto. En todo caso, si así fuera, serían una aparición puntual, no algo estable en el tiempo.
Una situación que puede haber cambiado de forma transcendental. Y es que la Agencia Espacial Italiana anunció el miércoles que los investigadores han detectado signos de un cuerpo grande y estable de agua líquida encerrado bajo más de un kilómetro de hielo cerca del polo sur de Marte. El concepto "estable", que el lago lleve ahí un largo tiempo, y no algo que simplemente aparece y desaparece con las estaciones, representa un antes y un después el nuestra exploración del planeta rojo.
Básicamente cuando se cruzaron los datos de Marsis recopilados entre mayo de 2012 y diciembre de 2015, algo llamó inmediatamente la atención de su equipo: Reflejos brillantes en las señales de radar, que corresponden a lo que Orosei llama "una anomalía bien definida" de unos 20 kilómetros de ancho y varios metros de profundidad, y algo más de un kilómetro bajo la superficie de la capa de hielo polar sur. Básicamente se había detectado ecos extraordinariamente fuertes que provenían del subuelo. Extrañamente fuertes para un material sólido. Como enseñan las exploraciónes por radar de lagos subglaciarles terrestres, las masas de agua líquida reflejan más intensamente que las rocas y los sedimentos. Y el hipotético lago marciano, relacionado con las masas de hielo polares, es muy parecido a ellos.
Evidentemente pueden existir explicaciones alternativas, pero de momento ninguna parece tan sólida como esta."No puedo probar absolutamente que sea agua, pero estoy seguro de que no se me ocurre nada que se parezca a esta cosa que no sea agua líquida", explica Richard Zurek, científico jefe de la Oficina del Programa de Marte en el JPL."Tal vez eso tiene que ver con la falta de imaginación de mi parte", agrega, "pero probablemente también tiene que ver con la escasez de datos". Más datos de radar podrían dar lugar a explicaciones que los científicos aún no han pensado. Y más preguntas.
Por ejemplo, si es agua líquida, no está claro cómo permanece así a temperaturas de decenas de grados por debajo del punto habitual de congelación. Una posible respuesta podría ser las sales de magnesio, calcio y sodio, todas ellas presentes en la roca marciana, que se han disuelto en el agua, reduciendo su punto de congelación. Otra pregunta es si las observaciones futuras de Marsis y otras sondas detectarán más depósitos debajo del casquete glaciar austral de Marte. Esa es la clave, ya que "si este lago es una ocurrencia única, si no hay otro agua líquida en otro lugar, entonces la implicación sería que estamos viendo una peculiaridad de la naturaleza: un efecto de descomposición residual, una ventilación hidrotermal, alguna irregularidad térmica en la corteza. Pero si descubriéramos que Marte no posee un lago subglacial, sino varios, eso cambiaría el juego".
Y es que la existencia de más lagos de agua líquida, y más importante aún, aparentemente estables en el tiempo, abre las puertas a inmensas posibilidades, desde que pudieran ser auténticas cápsulas del tiempo, donde las condiciones ambientales del pasado se han conservado hasta cierto punto, hasta la más fascinamente idea de que algún tipo de vida pudieran haber encontrado ahí su refugio definitivo. Son solo especulaciones, pero la simple posibilidad de que este lago sea real, y que quizás pudieran haber otros esperando ser descubiertos, es demasiado emocionante para no hacerlas.
Impresión artística de los datos de radar de la Mars Express, superpuesta a un mosaico de color de una porción de Planum Australe. La potencia del eco subsuperficial tiene un código de color y el azul profundo corresponde a las reflexiones más fuertes, que se interpretan como causadas por la presencia de agua.
Mars Express con las largas antenas de Marsis desplegadas. 15 años después pueden haber realizado su mayor descubrimiento.
Scientists Discover Evidence of the First Large Body of Liquid Water on Mars
"Marsis nació para hacer este tipo de descubrimiento, y ahora lo tiene", explica Roberto Orosei, radioastrónomo del Instituto Nacional de Astrofísica, quien dirigió la investigación que llevó a cabo este transcendental hallazgo. Marsis es el radar de baja frecuencia con el que va equipada esta sonda, y con el cual lleva 15 años sondeando el subsuelo del planeta buscando levantar un mapa de las reservas de hielo que se esconden en ella. Sin lugar a dudas uno de los grandes sueños era encontrar algo más, evidencias de agua líquida. Algo que se había mostrado esquivo. Hasta ahora.
Que Marte tiene grandes reservas de agua no es un secreto. Lo sabemos desde hace años, aunque siempre hablando de hielo y gas. Que pudiera existir en forma líquida ya era una idea más problemática, aunque es evidente que así fue en el pasado, como apuntan los valles, las cuencas y los cursos de antiguos ríos largos y secos. Actualmente el planeta es un lugar seco y con una atmósfera muy tenue, por la que esta no puede mantenerse en superficie durante mucho tiempo, aunque se sospecha que ciertas formaciones o trazas escuras, que aparecen en algunas laderas montañosas de forma estacional, podrían ser flujos de agua salada que salen al exterior cuando las temperaturas llegan a su punto más alto. En todo caso, si así fuera, serían una aparición puntual, no algo estable en el tiempo.
Una situación que puede haber cambiado de forma transcendental. Y es que la Agencia Espacial Italiana anunció el miércoles que los investigadores han detectado signos de un cuerpo grande y estable de agua líquida encerrado bajo más de un kilómetro de hielo cerca del polo sur de Marte. El concepto "estable", que el lago lleve ahí un largo tiempo, y no algo que simplemente aparece y desaparece con las estaciones, representa un antes y un después el nuestra exploración del planeta rojo.
Básicamente cuando se cruzaron los datos de Marsis recopilados entre mayo de 2012 y diciembre de 2015, algo llamó inmediatamente la atención de su equipo: Reflejos brillantes en las señales de radar, que corresponden a lo que Orosei llama "una anomalía bien definida" de unos 20 kilómetros de ancho y varios metros de profundidad, y algo más de un kilómetro bajo la superficie de la capa de hielo polar sur. Básicamente se había detectado ecos extraordinariamente fuertes que provenían del subuelo. Extrañamente fuertes para un material sólido. Como enseñan las exploraciónes por radar de lagos subglaciarles terrestres, las masas de agua líquida reflejan más intensamente que las rocas y los sedimentos. Y el hipotético lago marciano, relacionado con las masas de hielo polares, es muy parecido a ellos.
Evidentemente pueden existir explicaciones alternativas, pero de momento ninguna parece tan sólida como esta."No puedo probar absolutamente que sea agua, pero estoy seguro de que no se me ocurre nada que se parezca a esta cosa que no sea agua líquida", explica Richard Zurek, científico jefe de la Oficina del Programa de Marte en el JPL."Tal vez eso tiene que ver con la falta de imaginación de mi parte", agrega, "pero probablemente también tiene que ver con la escasez de datos". Más datos de radar podrían dar lugar a explicaciones que los científicos aún no han pensado. Y más preguntas.
Por ejemplo, si es agua líquida, no está claro cómo permanece así a temperaturas de decenas de grados por debajo del punto habitual de congelación. Una posible respuesta podría ser las sales de magnesio, calcio y sodio, todas ellas presentes en la roca marciana, que se han disuelto en el agua, reduciendo su punto de congelación. Otra pregunta es si las observaciones futuras de Marsis y otras sondas detectarán más depósitos debajo del casquete glaciar austral de Marte. Esa es la clave, ya que "si este lago es una ocurrencia única, si no hay otro agua líquida en otro lugar, entonces la implicación sería que estamos viendo una peculiaridad de la naturaleza: un efecto de descomposición residual, una ventilación hidrotermal, alguna irregularidad térmica en la corteza. Pero si descubriéramos que Marte no posee un lago subglacial, sino varios, eso cambiaría el juego".
Y es que la existencia de más lagos de agua líquida, y más importante aún, aparentemente estables en el tiempo, abre las puertas a inmensas posibilidades, desde que pudieran ser auténticas cápsulas del tiempo, donde las condiciones ambientales del pasado se han conservado hasta cierto punto, hasta la más fascinamente idea de que algún tipo de vida pudieran haber encontrado ahí su refugio definitivo. Son solo especulaciones, pero la simple posibilidad de que este lago sea real, y que quizás pudieran haber otros esperando ser descubiertos, es demasiado emocionante para no hacerlas.
Impresión artística de los datos de radar de la Mars Express, superpuesta a un mosaico de color de una porción de Planum Australe. La potencia del eco subsuperficial tiene un código de color y el azul profundo corresponde a las reflexiones más fuertes, que se interpretan como causadas por la presencia de agua.
Mars Express con las largas antenas de Marsis desplegadas. 15 años después pueden haber realizado su mayor descubrimiento.
Scientists Discover Evidence of the First Large Body of Liquid Water on Mars
martes, julio 24, 2018
Ojos a través del cielo
El VLT (Very Large Telescope) iguala al telescopio Hubble.
La imagen superior es del lejano Neptuno, y es lo bastante detallada para ver con claridad sus blancas franjas nubosas, que flotan sobre su azulada atmósfera. No es de una sonda, ya que desde la Voyager 2, en 1989, ninguna otra ha visitando el planeta hasta ahora, ni tampoco es de un telescopio en órbita como el Hubble, aunque su calidad rivaliza con lo que este último podría ofrecer. En realidad nos llega de más abajo, y es una de las últimas demostraciones, quizás la más espectacular de los últimos años, de una tecnología que está abriendo un cielo nocturno hasta ahora cerrado: La óptica adaptativa.
Observar el Universo desde la superficie terrestre es todo un desafío, incluso desde las regiones más elevadas y secas, ya que la atmósfera genera turbulencias que disminuye nuestra capacidad de ver con claridad. Las misas que hacen que las estrellas, en nuestro cielo nocturno, tengan ese parpadeo tan característico. Un efecto hermoso, pero fastidioso para los astrónomos. Y para intentar superarlo se desarrolló la técnica de la óptica adaptativa, cuyo propósito es, precisamente, que los telescopios puedan adaptarse, compensando estas turbulencias para lograr imágenes mucho más nítidas. Unos rayos láser que se disparan hacia las capas altas de la atmósfera, creando una "estrella artificial" que sirve para medir con exactitud las turbulencias existentes en cada momento, y un espejo capaz de deformarse para adaptarse a ellas es la clave.
Recintemente el VLT (Very Large Telescope) inauguró un nuevo modo de óptica adaptativa, con Neptuno como objetivo. El instrumento MUSE (Multi Unit Spectroscopic Explorer, explorador espectroscópico multiunidad) se combinó con la unidad adaptativa denominada GALACSI para generar imágenes de ese lejano planeta con una claridad y detalle que rivaliza con lo mejor que puede ofrecer el Hubble. Súbitamente la barrera de la atmósfera parece haber desaparecido. Nunca las capacidad de esta tecnología fueron tan evidentes.
Aunque parece ciertas ventanas del espectro, como es el Infrarrojo, seguiremos necesitando de los telescopios orbitales si o si, los colosos en tierra están rápidamente acortando las distancias, justificando los enormes esfuerzos que se están haciendo ahora y en el futuro para construir nuevos y poderosos observatorios. Una vez abiertas las puertas del turbulento Firmamento, todo es ya posible.
El increible avance que representa esta tecnología es más evidente cuando se compara el mismo Neptuno visto por el VLT con y sin la óptica adaptativa.
Otro ejemplo, esta vez del cúmulo globular de estrellas NGC 6388.
El sistema de guiado láser (4LGSF, Four Laser Guide Star Facility) utilizado por el sistema de óptica adaptativa del VLT. Consiste en cuatro rayos láser de 22 vatios que crean estrellas guía artificiales, haciendo que los átomos de sodio de las capas superiores de la atmósfera brillen, de manera que parecen verdaderas estrellas. Esto permite al sistema óptico, partiendo de ellas como referencia, compensar el efecto borroso causado por la atmósfera de la Tierra para que el telescopio pueda crear imágenes nítidas.
Imágenes extremadamente precisas con el nuevo sistema de óptica adaptativa del VLT
La imagen superior es del lejano Neptuno, y es lo bastante detallada para ver con claridad sus blancas franjas nubosas, que flotan sobre su azulada atmósfera. No es de una sonda, ya que desde la Voyager 2, en 1989, ninguna otra ha visitando el planeta hasta ahora, ni tampoco es de un telescopio en órbita como el Hubble, aunque su calidad rivaliza con lo que este último podría ofrecer. En realidad nos llega de más abajo, y es una de las últimas demostraciones, quizás la más espectacular de los últimos años, de una tecnología que está abriendo un cielo nocturno hasta ahora cerrado: La óptica adaptativa.
Observar el Universo desde la superficie terrestre es todo un desafío, incluso desde las regiones más elevadas y secas, ya que la atmósfera genera turbulencias que disminuye nuestra capacidad de ver con claridad. Las misas que hacen que las estrellas, en nuestro cielo nocturno, tengan ese parpadeo tan característico. Un efecto hermoso, pero fastidioso para los astrónomos. Y para intentar superarlo se desarrolló la técnica de la óptica adaptativa, cuyo propósito es, precisamente, que los telescopios puedan adaptarse, compensando estas turbulencias para lograr imágenes mucho más nítidas. Unos rayos láser que se disparan hacia las capas altas de la atmósfera, creando una "estrella artificial" que sirve para medir con exactitud las turbulencias existentes en cada momento, y un espejo capaz de deformarse para adaptarse a ellas es la clave.
Recintemente el VLT (Very Large Telescope) inauguró un nuevo modo de óptica adaptativa, con Neptuno como objetivo. El instrumento MUSE (Multi Unit Spectroscopic Explorer, explorador espectroscópico multiunidad) se combinó con la unidad adaptativa denominada GALACSI para generar imágenes de ese lejano planeta con una claridad y detalle que rivaliza con lo mejor que puede ofrecer el Hubble. Súbitamente la barrera de la atmósfera parece haber desaparecido. Nunca las capacidad de esta tecnología fueron tan evidentes.
Aunque parece ciertas ventanas del espectro, como es el Infrarrojo, seguiremos necesitando de los telescopios orbitales si o si, los colosos en tierra están rápidamente acortando las distancias, justificando los enormes esfuerzos que se están haciendo ahora y en el futuro para construir nuevos y poderosos observatorios. Una vez abiertas las puertas del turbulento Firmamento, todo es ya posible.
El increible avance que representa esta tecnología es más evidente cuando se compara el mismo Neptuno visto por el VLT con y sin la óptica adaptativa.
Otro ejemplo, esta vez del cúmulo globular de estrellas NGC 6388.
El sistema de guiado láser (4LGSF, Four Laser Guide Star Facility) utilizado por el sistema de óptica adaptativa del VLT. Consiste en cuatro rayos láser de 22 vatios que crean estrellas guía artificiales, haciendo que los átomos de sodio de las capas superiores de la atmósfera brillen, de manera que parecen verdaderas estrellas. Esto permite al sistema óptico, partiendo de ellas como referencia, compensar el efecto borroso causado por la atmósfera de la Tierra para que el telescopio pueda crear imágenes nítidas.
Imágenes extremadamente precisas con el nuevo sistema de óptica adaptativa del VLT
lunes, julio 23, 2018
Un tesoro en forma de polvo
La gran tormenta que envuelve Marte, una oportunidad soñada por los científicos planetarios.
Solo aparecen una vez cada 6-8 años terrestres, el equivalente a 3 años marcianos, y a día de hoy siguen siendo un misterio, ya que no sabemos exactamente como se forman y evolucionan.¿Por qué esta vez una de las tormentas locales creció de forma explosiva hasta abarcar todo el planeta, mientras que en temporadas anteriores ninguna de ellas llegó a tal extremo? Que elemento marcó este vez que la diferencia? Por qué hoy si, ayer no y seguramente tampoco los próximos años? Muchas preguntas por responder, y por ello la gran tormenta de 2018, como la podemos llamar, representa una oportunidad maravillosa para tomar datos que ayuden a resolver en el futuro estas preguntas. La amplia flota de sondas marcianas actualmente en activo en su órbita, además del gran rover Curiosity en superfice, no están dejando pasar la oportunidad. Veamos el trabajo que están haciendo alguna de ellas:
Mars Odyssey: Con el instrumento THEMIS (Sistema de Imagen de Emisión Térmica), los científicos pueden rastrear la temperatura de la superficie, la atmosférica y la cantidad de polvo en la atmósfera. Esto les permite ver cómo la tormenta de polvo crece, evoluciona y se disipa con el tiempo."Este es uno de los eventos meteorológicos más grandes que hemos visto en Marte", desde que comenzaron las observaciones mediante sondas en la década de 1960, explica Michael Smith, científico del Goddard Spaceflight Center y que trabaja en el instrumento THEMIS."Tener otro ejemplo de tormenta de polvo realmente nos ayuda a entender qué está pasando". Desde que comenzó, el equipo de este instrumento ha aumentado la frecuencia de las observaciones atmosféricas globales de cada 10 días a dos veces por semana.
Un misterio que intentan respoder es como estas tormentas de polvo se vuelven globales. "Todos los años de Marte, durante la temporada polvorienta, hay una gran cantidad de tormentas a escala local o regional que cubren un área del planeta", pero cómo estas pequeñas tormentas a veces crecen para terminar rodeando todo el planeta sigue siendo un desafío.
Mars Reconnaissance Orbiter: Esta sonda tiene dos instrumentos ideales para monitorizar la tormenta. Cada día, Mars Color Imager (MARCI) mapea el planeta entero a media tarde para rastrea su evolución. Mientras tanto, el instrumento Mars Climate Sounder (MCS) mide cómo la temperatura cambia con la altitud. Con estos datos, los científicos están estudiando cómo la tormenta de polvo cambia las temperaturas atmosféricas del planeta.
Al igual de lo que ocurre en la terrestre, esto puede afectar los patrones de viento e incluso la circulación global. Esto proporcionaría una potente retroalimentación potente: El calentamiento por efecto de la luz solar del polvo presente a gran altitud cambia las temperaturas, lo que a su vez cambia los vientos, lo que puede amplificar la tormenta al levantar más polvo de la superficie.¿Dónde está subiendo o bajando el aire?¿Cómo son las temperaturas atmosféricas comparadas con las de un año sin tormenta?"El hecho de que se puede comenzar con algo que es una tormenta local, no más grande que un pequeño estado (de EE. UU.) y luego desencadenar algo que levanta más polvo y produce una neblina que cubre casi todo el planeta es notable", dijo Rich Zurek del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, Pasadena, California, el científico del proyecto para MRO.
Los científicos quieren descubrir por qué estas tormentas surgen cada pocos años, lo que es difícil de hacer sin un registro prolongado de tales eventos. Sería como si los extraterrestres estuvieran observando la Tierra y observando los efectos climáticos de El Niño a lo largo de muchos años de observaciones: se preguntarían por qué algunas regiones se vuelven más lluviosas y algunas áreas se secan más en un patrón aparentemente regular.
MAVEN: Desde su llegada,"una de las cosas que hemos estado esperando es una tormenta de polvo global", dijo Bruce Jakosky, del equipo de esta misión. Pero la sonda no está estudiando la tormenta de polvo en sí. Más bien quiere estudiar cómo esta afecta la atmósfera superior de planeta (a más de 100 kilómetros) sobre la superficie, donde el polvo ni siquiera llega.
La misión de MAVEN es averiguar qué sucedió con la atmósfera temprana de Marte. Sus investigaciones han descubierto que gran parte de ella puede haber sido eliminada por el viento solar, hace entre 3.5 y 4.000 millones de años. Pero aún hay cosas por descubrir, entre ellas como las tormentas afectan al ritmo de fuga de esta al espacio. Por ejemplo, el polvo actúa como un aislante atmosférico, atrapando el calor del Sol.¿Este calentamiento cambia la forma en que las moléculas escapan? También es probable que, a medida que se calienta, más vapor de agua se eleve lo suficiente como para descomponerse por la luz solar, con el viento solar arrastrando los átomos de hidrógeno al espacio.
Curiosity: El gran rover tiene una posición única, en el interior mismo de la tempestad pero inmune a ella gracias a que no depende de la luz solar para generar energía. El rover tiene una serie de "ojos" que pueden determinar la abundancia y el tamaño de las partículas de polvo en función de cómo se dispersan y absorben la luz. Eso incluye Mastcam, ChemCam y un sensor ultravioleta en REMS, su conjunto de instrumentos meteorológicos. REMS. También puede ayudar a estudiar las mareas atmosféricas: Cambios en la presión que se mueven como ondas a través del aire delgado de todo el planeta y que cambian drásticamente en función de dónde está el polvo a nivel global, no solo dentro del cráter Gale.
Opportunity: No podíamos terminar sin hablar de nuestro querido Oppy, el gran perjudicado por este acontecimiento global. Desde mediados de Julio no sabemos nada de el, y se supone que se encuentra "durmiendo", con todas sus actividades suspendidas y centrándose en cargar sus baterías con la aún poca luz solar disponible.¿Regresará del silencio o estamos ante el final de su larga aventura? Se calcula que en Septiembre, si la tormenta va aflojando y disipándose, podría tener suficiente luz para reactivarse y llamar a casa. Crucemos los dedos.
Exploradores, veteranos y recién llegados, ante una oportunidad única.
Esperando una señal.#GoOppy
'Storm Chasers' on Mars Searching for Dusty Secrets
Solo aparecen una vez cada 6-8 años terrestres, el equivalente a 3 años marcianos, y a día de hoy siguen siendo un misterio, ya que no sabemos exactamente como se forman y evolucionan.¿Por qué esta vez una de las tormentas locales creció de forma explosiva hasta abarcar todo el planeta, mientras que en temporadas anteriores ninguna de ellas llegó a tal extremo? Que elemento marcó este vez que la diferencia? Por qué hoy si, ayer no y seguramente tampoco los próximos años? Muchas preguntas por responder, y por ello la gran tormenta de 2018, como la podemos llamar, representa una oportunidad maravillosa para tomar datos que ayuden a resolver en el futuro estas preguntas. La amplia flota de sondas marcianas actualmente en activo en su órbita, además del gran rover Curiosity en superfice, no están dejando pasar la oportunidad. Veamos el trabajo que están haciendo alguna de ellas:
Mars Odyssey: Con el instrumento THEMIS (Sistema de Imagen de Emisión Térmica), los científicos pueden rastrear la temperatura de la superficie, la atmosférica y la cantidad de polvo en la atmósfera. Esto les permite ver cómo la tormenta de polvo crece, evoluciona y se disipa con el tiempo."Este es uno de los eventos meteorológicos más grandes que hemos visto en Marte", desde que comenzaron las observaciones mediante sondas en la década de 1960, explica Michael Smith, científico del Goddard Spaceflight Center y que trabaja en el instrumento THEMIS."Tener otro ejemplo de tormenta de polvo realmente nos ayuda a entender qué está pasando". Desde que comenzó, el equipo de este instrumento ha aumentado la frecuencia de las observaciones atmosféricas globales de cada 10 días a dos veces por semana.
Un misterio que intentan respoder es como estas tormentas de polvo se vuelven globales. "Todos los años de Marte, durante la temporada polvorienta, hay una gran cantidad de tormentas a escala local o regional que cubren un área del planeta", pero cómo estas pequeñas tormentas a veces crecen para terminar rodeando todo el planeta sigue siendo un desafío.
Mars Reconnaissance Orbiter: Esta sonda tiene dos instrumentos ideales para monitorizar la tormenta. Cada día, Mars Color Imager (MARCI) mapea el planeta entero a media tarde para rastrea su evolución. Mientras tanto, el instrumento Mars Climate Sounder (MCS) mide cómo la temperatura cambia con la altitud. Con estos datos, los científicos están estudiando cómo la tormenta de polvo cambia las temperaturas atmosféricas del planeta.
Al igual de lo que ocurre en la terrestre, esto puede afectar los patrones de viento e incluso la circulación global. Esto proporcionaría una potente retroalimentación potente: El calentamiento por efecto de la luz solar del polvo presente a gran altitud cambia las temperaturas, lo que a su vez cambia los vientos, lo que puede amplificar la tormenta al levantar más polvo de la superficie.¿Dónde está subiendo o bajando el aire?¿Cómo son las temperaturas atmosféricas comparadas con las de un año sin tormenta?"El hecho de que se puede comenzar con algo que es una tormenta local, no más grande que un pequeño estado (de EE. UU.) y luego desencadenar algo que levanta más polvo y produce una neblina que cubre casi todo el planeta es notable", dijo Rich Zurek del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, Pasadena, California, el científico del proyecto para MRO.
Los científicos quieren descubrir por qué estas tormentas surgen cada pocos años, lo que es difícil de hacer sin un registro prolongado de tales eventos. Sería como si los extraterrestres estuvieran observando la Tierra y observando los efectos climáticos de El Niño a lo largo de muchos años de observaciones: se preguntarían por qué algunas regiones se vuelven más lluviosas y algunas áreas se secan más en un patrón aparentemente regular.
MAVEN: Desde su llegada,"una de las cosas que hemos estado esperando es una tormenta de polvo global", dijo Bruce Jakosky, del equipo de esta misión. Pero la sonda no está estudiando la tormenta de polvo en sí. Más bien quiere estudiar cómo esta afecta la atmósfera superior de planeta (a más de 100 kilómetros) sobre la superficie, donde el polvo ni siquiera llega.
La misión de MAVEN es averiguar qué sucedió con la atmósfera temprana de Marte. Sus investigaciones han descubierto que gran parte de ella puede haber sido eliminada por el viento solar, hace entre 3.5 y 4.000 millones de años. Pero aún hay cosas por descubrir, entre ellas como las tormentas afectan al ritmo de fuga de esta al espacio. Por ejemplo, el polvo actúa como un aislante atmosférico, atrapando el calor del Sol.¿Este calentamiento cambia la forma en que las moléculas escapan? También es probable que, a medida que se calienta, más vapor de agua se eleve lo suficiente como para descomponerse por la luz solar, con el viento solar arrastrando los átomos de hidrógeno al espacio.
Curiosity: El gran rover tiene una posición única, en el interior mismo de la tempestad pero inmune a ella gracias a que no depende de la luz solar para generar energía. El rover tiene una serie de "ojos" que pueden determinar la abundancia y el tamaño de las partículas de polvo en función de cómo se dispersan y absorben la luz. Eso incluye Mastcam, ChemCam y un sensor ultravioleta en REMS, su conjunto de instrumentos meteorológicos. REMS. También puede ayudar a estudiar las mareas atmosféricas: Cambios en la presión que se mueven como ondas a través del aire delgado de todo el planeta y que cambian drásticamente en función de dónde está el polvo a nivel global, no solo dentro del cráter Gale.
Opportunity: No podíamos terminar sin hablar de nuestro querido Oppy, el gran perjudicado por este acontecimiento global. Desde mediados de Julio no sabemos nada de el, y se supone que se encuentra "durmiendo", con todas sus actividades suspendidas y centrándose en cargar sus baterías con la aún poca luz solar disponible.¿Regresará del silencio o estamos ante el final de su larga aventura? Se calcula que en Septiembre, si la tormenta va aflojando y disipándose, podría tener suficiente luz para reactivarse y llamar a casa. Crucemos los dedos.
Exploradores, veteranos y recién llegados, ante una oportunidad única.
Esperando una señal.#GoOppy
'Storm Chasers' on Mars Searching for Dusty Secrets
domingo, julio 22, 2018
Post Vintage (280): La respiración del gigante escondido
Observando la evolución de este colosal sistema estelar.
Hablar de Eta Carinae es hacerlo de un monstruo estelar (en realidad un sistema estelar de 2 estrellas, ambas igualmente colosales) que un día se convertirán en monstruos aún más terroríficos, aunque al mismo tiempo espectaculares y digno de verse. La mayor de ellas es una de las más masivas conocidas, alrededor de 90 veces la masa del Sol y 5 millones de veces su luminosidad, pero por eso mismo está consumiendo su corta vida con rapidez, vive en un estado de permanente inestabilidad. La estrella más pequeña tiene unas 30 veces la masa del Sol, y podría ser hasta un millón de veces más luminosa. Ambas están destinadas a finalizar sus vidas en espectaculares explosiones de supernova.
Tan brillante pero por eso mismo tan inestables, situada en lo que los astrónomos llaman límite de Eddington, que la mayor del sistema Eta Carinae presenta violentas expulsiones de materia. Así ocurrió hace 170 años, cuando sorprendió a los astrónomos convirtiéndose en la segunda estrella más brillante del cielo nocturno austral, para al cabo de 20 años, después de expulsar en total una masa superior a la del Sol, comenzar a perder parte del brillo ganado de forma tan enigmática como lo había ganado. En el proceso, como nos desvelaron posteriormente los observatorios terrestres, formó una de las estructuras celestes más curiosas que conocemos, ya que el proceso que le dio su forma tan extraña aún no es totalmente comprendido a pesar del tiempo que se lleva estudiando, recordando una vez más que el ciclo vital de estrellas supermasivas como Carinae, especialmente al final de su vida, aún está lejos de ser comprendido en su conjunto: La Nebulosa del Homúnculo.
El telescopio Hubble, gracias a que lleva desde 1990 en órbita, puede observar esta nebulosa y registrar los cambios que se producen, extremadamente rápidos a escala cósmica. Y con sus imágenes, más concretamente las tomadas en 1995, 2001 y 2008, nos permiten apreciar esta evolución, su expansión hacia las profundidades del espacio a lo largo de un periodo de 23 años. Suficiente para apreciar en toda su magnitud esta espectacular expulsión de materia estelar, suficiente para "construir" un Sol. Iluminada por la brillante estrella central, los lóbulos de gas se entrecruzan con filamentos de polvo, y se distinguen corrientes y arcos de impacto causados por la colisión con la materia interestelar preexistente.
Situada a unos 7.500 años luz de La Tierra, lo bastante lejos para, en principio, no ser peligroso para nosotros, pero lo suficiente cerca como para poder convertirse en una maravilla de los cielos cuando ocurra, la conversión en supernova de Eta Carinae será uno de los acontecimientos más espectaculares en la historia. Puede ocurrir mañana o dentro de cientos de miles de años. O quizás ya ocurrió y la luz de la explosión aún viaja hacia nuestro planeta. No hay forma de saberlo. Lo único que podemos hacer es vigilar los cielos. Un día, cuando menos lo esperemos, algo increíble puede suceder.
Generando un modelo 3D de la Nebulosa del Homúnculo.
La posición del sistema Eta Carinae en el firmamento austral.
Eta Carinae and the Expanding Homunculus Nebula
El proceso de destrucción de las dos estrellas de Eta Carinae
Hablar de Eta Carinae es hacerlo de un monstruo estelar (en realidad un sistema estelar de 2 estrellas, ambas igualmente colosales) que un día se convertirán en monstruos aún más terroríficos, aunque al mismo tiempo espectaculares y digno de verse. La mayor de ellas es una de las más masivas conocidas, alrededor de 90 veces la masa del Sol y 5 millones de veces su luminosidad, pero por eso mismo está consumiendo su corta vida con rapidez, vive en un estado de permanente inestabilidad. La estrella más pequeña tiene unas 30 veces la masa del Sol, y podría ser hasta un millón de veces más luminosa. Ambas están destinadas a finalizar sus vidas en espectaculares explosiones de supernova.
Tan brillante pero por eso mismo tan inestables, situada en lo que los astrónomos llaman límite de Eddington, que la mayor del sistema Eta Carinae presenta violentas expulsiones de materia. Así ocurrió hace 170 años, cuando sorprendió a los astrónomos convirtiéndose en la segunda estrella más brillante del cielo nocturno austral, para al cabo de 20 años, después de expulsar en total una masa superior a la del Sol, comenzar a perder parte del brillo ganado de forma tan enigmática como lo había ganado. En el proceso, como nos desvelaron posteriormente los observatorios terrestres, formó una de las estructuras celestes más curiosas que conocemos, ya que el proceso que le dio su forma tan extraña aún no es totalmente comprendido a pesar del tiempo que se lleva estudiando, recordando una vez más que el ciclo vital de estrellas supermasivas como Carinae, especialmente al final de su vida, aún está lejos de ser comprendido en su conjunto: La Nebulosa del Homúnculo.
El telescopio Hubble, gracias a que lleva desde 1990 en órbita, puede observar esta nebulosa y registrar los cambios que se producen, extremadamente rápidos a escala cósmica. Y con sus imágenes, más concretamente las tomadas en 1995, 2001 y 2008, nos permiten apreciar esta evolución, su expansión hacia las profundidades del espacio a lo largo de un periodo de 23 años. Suficiente para apreciar en toda su magnitud esta espectacular expulsión de materia estelar, suficiente para "construir" un Sol. Iluminada por la brillante estrella central, los lóbulos de gas se entrecruzan con filamentos de polvo, y se distinguen corrientes y arcos de impacto causados por la colisión con la materia interestelar preexistente.
Situada a unos 7.500 años luz de La Tierra, lo bastante lejos para, en principio, no ser peligroso para nosotros, pero lo suficiente cerca como para poder convertirse en una maravilla de los cielos cuando ocurra, la conversión en supernova de Eta Carinae será uno de los acontecimientos más espectaculares en la historia. Puede ocurrir mañana o dentro de cientos de miles de años. O quizás ya ocurrió y la luz de la explosión aún viaja hacia nuestro planeta. No hay forma de saberlo. Lo único que podemos hacer es vigilar los cielos. Un día, cuando menos lo esperemos, algo increíble puede suceder.
La posición del sistema Eta Carinae en el firmamento austral.
Eta Carinae and the Expanding Homunculus Nebula
El proceso de destrucción de las dos estrellas de Eta Carinae
sábado, julio 21, 2018
La furia del planeta rojo
Mars Express nos ofrece una espectacular imagen de una tormenta de polvo marciana.
Marte está viviendo una temporada extraordinariamente intensa de tormentas de polvo, hasta el punto que recientemente se desató una tan potente que terminó haciéndose global y abarcado todo el planeta, y llevando a Opportunity a sumergirse en un sueño del que quizás, con suerte, salga dentro de varios meses. Pero ya antes de esta "explosión", de esta temporal global que tantos esperaban los científicos de las diversas misiones en curso (excepto los de Oppy por razones evidentes), ya aparecieron indicios de que se aproximaba algo grande. Y uno de esos "avisos" ofreció la posiblidad de obtener una de las imágenes más bellas jamás tomada de este tipo de fenómenos climáticos.
Fue la veterana Mars Express, dispuesta a seguir dando que hablar pese a los 15 años ya en activo, la que el pasado Abril, un mes antes de que se desatará la gran tormenta global, captó el espectacular avance de frente tormentoso cerca de casquete polar septentrional. La escena es sin lugar a dudas sobrecogedora, y puede hacernos tener una idea de lo que sería estar recorriendo la superficie y ver llegar a uno de estos monstruos de polvo, aunque en realidad son más inofensivas de lo que parece. Ya que que la densidad atmosférica es solo del 1% de la terrestre, los vientos asociados, ya de por si menores que los que se pueden registrar en la Tierra, tienen una potencia bastante limitada, la justa y necesaria para levantar las partículas microscópicas que forman estas nubes de polvo. El único riesgo para unos exploradores sería la falta de luz solar si dependieran de ella para generar energía.
La temporada de tormentas suele iniciarse con la llegada del verano austral marciano, cuando el planeta se encuentra más cerca del Sol a lo largo de su órbita elíptica, lo que provoca fuertes contrastes de temperatura, lo que se traduce en movimientos de aire que levantan con facilidad las partículas de polvo de la superficie. Es la época del año donde todo puede saltar por los aires y envolver el planeta entero en los casos más extremos. Llevábamos años esperando que ocurriera de nuevo, desde que algo parecido azotara Marte en 2007. Ahora la furia del planeta rojo ruge de nuevo.
Mars Express, una veterana aún en plena actividad.
Una visión artística de una tormenta aproximándose a un grupo de exploradores.
En la película Marte (The Martian) una tormenta de polvo lleva el desastre a la expedición, arrastrando al protagonista lejos de sus compañeros. Una concesión al espectáculo, ya que dificilmente una tormenta marciana podría mover a un ser humano, incluso con la baja gravedad reinante.
Tormenta de polvo en Marte
Marte está viviendo una temporada extraordinariamente intensa de tormentas de polvo, hasta el punto que recientemente se desató una tan potente que terminó haciéndose global y abarcado todo el planeta, y llevando a Opportunity a sumergirse en un sueño del que quizás, con suerte, salga dentro de varios meses. Pero ya antes de esta "explosión", de esta temporal global que tantos esperaban los científicos de las diversas misiones en curso (excepto los de Oppy por razones evidentes), ya aparecieron indicios de que se aproximaba algo grande. Y uno de esos "avisos" ofreció la posiblidad de obtener una de las imágenes más bellas jamás tomada de este tipo de fenómenos climáticos.
Fue la veterana Mars Express, dispuesta a seguir dando que hablar pese a los 15 años ya en activo, la que el pasado Abril, un mes antes de que se desatará la gran tormenta global, captó el espectacular avance de frente tormentoso cerca de casquete polar septentrional. La escena es sin lugar a dudas sobrecogedora, y puede hacernos tener una idea de lo que sería estar recorriendo la superficie y ver llegar a uno de estos monstruos de polvo, aunque en realidad son más inofensivas de lo que parece. Ya que que la densidad atmosférica es solo del 1% de la terrestre, los vientos asociados, ya de por si menores que los que se pueden registrar en la Tierra, tienen una potencia bastante limitada, la justa y necesaria para levantar las partículas microscópicas que forman estas nubes de polvo. El único riesgo para unos exploradores sería la falta de luz solar si dependieran de ella para generar energía.
La temporada de tormentas suele iniciarse con la llegada del verano austral marciano, cuando el planeta se encuentra más cerca del Sol a lo largo de su órbita elíptica, lo que provoca fuertes contrastes de temperatura, lo que se traduce en movimientos de aire que levantan con facilidad las partículas de polvo de la superficie. Es la época del año donde todo puede saltar por los aires y envolver el planeta entero en los casos más extremos. Llevábamos años esperando que ocurriera de nuevo, desde que algo parecido azotara Marte en 2007. Ahora la furia del planeta rojo ruge de nuevo.
Mars Express, una veterana aún en plena actividad.
Una visión artística de una tormenta aproximándose a un grupo de exploradores.
En la película Marte (The Martian) una tormenta de polvo lleva el desastre a la expedición, arrastrando al protagonista lejos de sus compañeros. Una concesión al espectáculo, ya que dificilmente una tormenta marciana podría mover a un ser humano, incluso con la baja gravedad reinante.
Tormenta de polvo en Marte
jueves, julio 19, 2018
Valetudo, la luna kamikaze
12 nuevas lunas para Júpiter.
Cuando se señala que es como un Sistema Solar en miniatura, ya que vive acompañado de una inmensa familia de satélites, no es una comparación fuera de lugar. Bien al contrario, y si no fuera porque el gigante joviano nunca llegó a tener masa suficiente para iniciar reacciones de fusión en su núcleo y brillar como una estrella, perfectamente podría encajar con ese concepto. Y periódicamente sus acompañantes no dejan de aumentar.
Si hasta ahora la lista se elevaba hasta las 67 lunas, ahora debemos actualizarla hasta las 79, ya que recientemente se añadieron 12 nuevas, descubiertas de forma casi accidental por un equipo de astrónomos liderados por Scott S. Sheppard de Carnegie, que estaba rastreando las lejanas fronteras del Sistema Solar dentro de la búsqueda general del hipotético 9º planeta."Júpiter simplemente estaba en el cielo cerca de los campos de búsqueda donde estábamos buscando objetos distantes, así que pudimos buscar afortunadamente nuevas lunas,mientras que al mismo tiempo buscamos planetas en los límites de nuestro Sistema Solar".
Y una de ellas especialmente extraña. De las doce, nueve giran alrededor de Júpiter de forma retrógrada, en sentido contrario a la rotación del planeta, lo que en si mismo no es extraño. De las 67 conocidas anteriormente, 33 lo hacen de esta forma, por lo que se mantiene una cierta paridad. Sin embargo una de ellas es extraña. Valetudo, como los astrónomos han propuesto denominarla, se mueve en una órbita "normal" o prógrado, pero lo hace en medio de un numeroso grupo de otras pequeñas lunas que lo hacen de forma retrógrada. Es como un pequeño vehículo moviéndose en contradirección por una autopista planetaria. Una situación curiosa, además de peligrosa.
"Esta es una situación inestable", explica Sheppard. "Una colisión frontal romperían rápidamente los objetos implicados, y los reducirían a polvo".Algunas de las lunas y agrupaciones de lunas de Júpiter, incluido este "bicho raro", podrían haberse formado a partir de colisiones como esta.
Las lunas jovianas, dejando de lado a Io, Europa, Ganímedes y Calixto, que son grandes mundos con una historia propia, no se mueven de forma aleatoria, sino que se agrupan en diversas familias o manadas, intuyendo en cada uno de ellos quizás un origen común. Lo que hace extraño a Valetudo es precisamente que parece fuera de toda relación con el grupo de lunas prógrado, del que debería formar parte, y en su lugar parece ir por libre y gustarle el peligro ¿Estuvo inicialmente en este grupo y después fue expulsada por razones desconocidas? Puede ser que, como sugieren sus descubridores, esta pequeña "extravagante" podría ser el último remanente de antigua luna en órbita, una vez más grande, que formó algunas de las agrupaciones lunares retrógradas actuales durante colisiones frontales pasadas? O quizás fue atrapada durante la formación del planeta, cuando lo redeaba una densa nube de gas y polvo? No lo sabemos.
Valetudo, la diminuta y extravagante, que parece buscar su propia destrucción de forma suicida, es solo un ejemplo más del complejo y extraño sistema de satélites que acompaña al mayor planeta del Sistema Solar. Aunque solemos centrarnos en sus 4 grandes lunas por razones evidentes, más allá se extiende una nube de decenas y decenas de otras lunas, mucho más pequeñas, pero no por ello menos interesantes.
Las nuevas lunas de Júpiter. Valetudo, en verde, se mueve en medio de una corriente de otras lunas en contradirección, con lugar de formar parte del grupo de las que si se mueven siguiendo la rotación del planeta. Una situación de riesgo, que algún día puede desembocar en una colisión frontal.
Imágenes del descubrimiento de Valetudo por parte telescopio Magellan, en mayo de 2018. La luna se puede ver en movimiento en relación con el fondo de estrellas distantes. Júpiter no es aquí visible, sino situado fuera de escena en la esquina superior izquierda.
Las nuevas lunas de Júpiter.
A dozen new moons of Jupiter discovered, including one “oddball”
Cuando se señala que es como un Sistema Solar en miniatura, ya que vive acompañado de una inmensa familia de satélites, no es una comparación fuera de lugar. Bien al contrario, y si no fuera porque el gigante joviano nunca llegó a tener masa suficiente para iniciar reacciones de fusión en su núcleo y brillar como una estrella, perfectamente podría encajar con ese concepto. Y periódicamente sus acompañantes no dejan de aumentar.
Si hasta ahora la lista se elevaba hasta las 67 lunas, ahora debemos actualizarla hasta las 79, ya que recientemente se añadieron 12 nuevas, descubiertas de forma casi accidental por un equipo de astrónomos liderados por Scott S. Sheppard de Carnegie, que estaba rastreando las lejanas fronteras del Sistema Solar dentro de la búsqueda general del hipotético 9º planeta."Júpiter simplemente estaba en el cielo cerca de los campos de búsqueda donde estábamos buscando objetos distantes, así que pudimos buscar afortunadamente nuevas lunas,mientras que al mismo tiempo buscamos planetas en los límites de nuestro Sistema Solar".
Y una de ellas especialmente extraña. De las doce, nueve giran alrededor de Júpiter de forma retrógrada, en sentido contrario a la rotación del planeta, lo que en si mismo no es extraño. De las 67 conocidas anteriormente, 33 lo hacen de esta forma, por lo que se mantiene una cierta paridad. Sin embargo una de ellas es extraña. Valetudo, como los astrónomos han propuesto denominarla, se mueve en una órbita "normal" o prógrado, pero lo hace en medio de un numeroso grupo de otras pequeñas lunas que lo hacen de forma retrógrada. Es como un pequeño vehículo moviéndose en contradirección por una autopista planetaria. Una situación curiosa, además de peligrosa.
"Esta es una situación inestable", explica Sheppard. "Una colisión frontal romperían rápidamente los objetos implicados, y los reducirían a polvo".Algunas de las lunas y agrupaciones de lunas de Júpiter, incluido este "bicho raro", podrían haberse formado a partir de colisiones como esta.
Las lunas jovianas, dejando de lado a Io, Europa, Ganímedes y Calixto, que son grandes mundos con una historia propia, no se mueven de forma aleatoria, sino que se agrupan en diversas familias o manadas, intuyendo en cada uno de ellos quizás un origen común. Lo que hace extraño a Valetudo es precisamente que parece fuera de toda relación con el grupo de lunas prógrado, del que debería formar parte, y en su lugar parece ir por libre y gustarle el peligro ¿Estuvo inicialmente en este grupo y después fue expulsada por razones desconocidas? Puede ser que, como sugieren sus descubridores, esta pequeña "extravagante" podría ser el último remanente de antigua luna en órbita, una vez más grande, que formó algunas de las agrupaciones lunares retrógradas actuales durante colisiones frontales pasadas? O quizás fue atrapada durante la formación del planeta, cuando lo redeaba una densa nube de gas y polvo? No lo sabemos.
Valetudo, la diminuta y extravagante, que parece buscar su propia destrucción de forma suicida, es solo un ejemplo más del complejo y extraño sistema de satélites que acompaña al mayor planeta del Sistema Solar. Aunque solemos centrarnos en sus 4 grandes lunas por razones evidentes, más allá se extiende una nube de decenas y decenas de otras lunas, mucho más pequeñas, pero no por ello menos interesantes.
Las nuevas lunas de Júpiter. Valetudo, en verde, se mueve en medio de una corriente de otras lunas en contradirección, con lugar de formar parte del grupo de las que si se mueven siguiendo la rotación del planeta. Una situación de riesgo, que algún día puede desembocar en una colisión frontal.
Imágenes del descubrimiento de Valetudo por parte telescopio Magellan, en mayo de 2018. La luna se puede ver en movimiento en relación con el fondo de estrellas distantes. Júpiter no es aquí visible, sino situado fuera de escena en la esquina superior izquierda.
A dozen new moons of Jupiter discovered, including one “oddball”
miércoles, julio 18, 2018
Tocando el infinito
Cuando Herschel nos mostró una inmensidad más allá de la comprensión.
El Universo es, a escala humana, el personificación misma de lo inabarcable, algo asumimos pero que estamos lejos de comprender realmente. Podemos hablar del Sistema Solar, de la Vía Láctea, de la idea del horizonte cósmico, señalar que existen miles de millones de galaxias, más estrellas que granos de arena en todas las playas de la Tierra, pero al final son expresiones hasta cierto punto vacías, ya que implican magnitudes que por mucho que queremos entender y comprender simplemente se nos escapan. Nuestra mente está acostumbrada a términos más terrestres y es difícil superarlo
El ya desaparecido telescopio Herschel también aportó su grano de arena a este esfuerzo por ampliar nuestra miras. Y nada muestra el infinito de nuestro Universo que esta imagen, a primera vista solo una colección de innumerables puntos, como si los sensores del observatorio hubieran funcionado de forma incorrecta y sus imágenes estuvieran llenas de "ruido". Nada más lejos de la realidad, ya que todos esos puntos, cada uno de ellos, cada uno de estos miles, quizás decenas de miles, que saturan el campo de visión son galaxias, desveladas por la radiación infrarroja que emanan los granos de polvo que se hallan entre las estrellas década una de ellas.
La toma se obtuvo a una longitud de onda de 250 μm como parte del programa H-ATLAS (Herschel Astrophysical Terahertz Large Area Survey) y abarca unos 180,1 grados cuadrados del firmamento en dirección al polo norte galáctico, más o menos hacia la constelación boreal de Coma Berenices (Cabellera de Berenice). Así se evitó la parte más densa de la propia Vía Láctea, y pudo adentrarse en las profundidades cósmicas casi sin ningún obstáculo.
El resultado de todo ello es lo más cercano al infinito. Cada punto es una galaxia, y cada una de ellas puede contender desde cientos de miles a billones de estrellas, de Soles, de lugares donde seguramente existen tantos o más mundos desconocidos. Es una inmensidad, en el espacio y en el tiempo, ya que muchas de ellas las vemos como eran incluso antes del nacimiento del Sol. Y es que si alguien nos preguntara como representaríamos el infinito, una imagen saturada de puntos quizás fuera la respuesta.
Herschel y su receptor de imágenes espectrales y fotométricas SPIRE nos dieron esta oportunidad de tocar la inmensidad del Universo.
Cada punto es una galaxia
El Universo es, a escala humana, el personificación misma de lo inabarcable, algo asumimos pero que estamos lejos de comprender realmente. Podemos hablar del Sistema Solar, de la Vía Láctea, de la idea del horizonte cósmico, señalar que existen miles de millones de galaxias, más estrellas que granos de arena en todas las playas de la Tierra, pero al final son expresiones hasta cierto punto vacías, ya que implican magnitudes que por mucho que queremos entender y comprender simplemente se nos escapan. Nuestra mente está acostumbrada a términos más terrestres y es difícil superarlo
El ya desaparecido telescopio Herschel también aportó su grano de arena a este esfuerzo por ampliar nuestra miras. Y nada muestra el infinito de nuestro Universo que esta imagen, a primera vista solo una colección de innumerables puntos, como si los sensores del observatorio hubieran funcionado de forma incorrecta y sus imágenes estuvieran llenas de "ruido". Nada más lejos de la realidad, ya que todos esos puntos, cada uno de ellos, cada uno de estos miles, quizás decenas de miles, que saturan el campo de visión son galaxias, desveladas por la radiación infrarroja que emanan los granos de polvo que se hallan entre las estrellas década una de ellas.
La toma se obtuvo a una longitud de onda de 250 μm como parte del programa H-ATLAS (Herschel Astrophysical Terahertz Large Area Survey) y abarca unos 180,1 grados cuadrados del firmamento en dirección al polo norte galáctico, más o menos hacia la constelación boreal de Coma Berenices (Cabellera de Berenice). Así se evitó la parte más densa de la propia Vía Láctea, y pudo adentrarse en las profundidades cósmicas casi sin ningún obstáculo.
El resultado de todo ello es lo más cercano al infinito. Cada punto es una galaxia, y cada una de ellas puede contender desde cientos de miles a billones de estrellas, de Soles, de lugares donde seguramente existen tantos o más mundos desconocidos. Es una inmensidad, en el espacio y en el tiempo, ya que muchas de ellas las vemos como eran incluso antes del nacimiento del Sol. Y es que si alguien nos preguntara como representaríamos el infinito, una imagen saturada de puntos quizás fuera la respuesta.
Herschel y su receptor de imágenes espectrales y fotométricas SPIRE nos dieron esta oportunidad de tocar la inmensidad del Universo.
Cada punto es una galaxia
lunes, julio 16, 2018
Un baile entre iguales
El recientemente descubierto 2017 YE5 es un binario casi "perfecto".
Una parte destacable de los asteroides de cierto tamaño viajan en compañía, formando parejas que se muevan juntas alrededor del Sol mientras giran alrededor de un centro de gravedad común. Y la inmensa mayoría tiene un componente "dominante", uno bastante mayor que el otro. La igualdad no triunfa entre esta familia de cuerpos planetarios, y se conocen muy pocos ejemplos, que se pueden contar con los dedos de una mano, de binarios perfectos, en que ambos tengan un tamaño y masa parecida. Son por ello un preciado objetivo de los astrónomos, que siempre han deseado poder estudiar de cerca alguna de ellos, ya que consideran que podrían ofrecer información clave para entender como se forman este tipo de objetos. Y el 21 de junio el Universo decidió concederles ese deseo.
Ese día el recientemente descubierto asteroide 2017 YE5 pasó a solo 6 millones de kilómetros de la Tierra. Detectado por primera vez por el Observatorio Oukaïmeden el pasado Diciembre, no se sabía nada más de el, aparte de sus parámetros orbitales. Por ello, con su aproximación, la mayor en 170 años según los cálculos, diversos observatorios iniciaron campañas de observación, especialmente radiotelescopios, que permiten, enviando ondas de radio y estudiando su eco, levantar imágenes de cuerpos tan pequeños a una escala imposible para los telescopios ópticos. Y pronto los datos empezaron a señalar que algo raro ocurría con este asteroide. Primero se supuso que podría tener dos lóbulos muy diferenciados, como vimos en el cometa Churiumov-Guerasimenko. Después que se trataba de un binario, algo relativamente habitual. Y finalmente Arecibo confirmó que estábamos ante una pareja "perfecta", de igual tamaño. Los astrónomos habían recibido un regalo inesperado y muy bienvenido.
Las imágenes de radar revelaron dos objetos son más grandes de lo que su brillo óptico combinado originalmente había sugerido, lo que indica que las dos rocas no reflejan tanta luz solar como un asteroide rocoso típico. 2017 YE5 es probablemente tan oscuro como el carbón. Las de Goldstone, tomadas el 21 de junio, también muestraron una notable diferencia en la reflectividad de las ondas de radar en cada uno de los dos objetos, algo confirmado por Arecibo,sugieren que cada uno de los asteroides pueden tener diferentes densidades, composiciones o rugosidades.
Una oportunidad única que se supo arpvechar al máximo, y que nos ofrece la visión más perfecta de lo que significa girar alrededor de un centro de gravedad común, algo que ocurre con todos los objetos planetarios y lunas, incluso entre la Tierra y el Sol. Solo que aquí, al ser un baile entre iguales, eso es más evidente que nunca.
Las imágenes generados por Goldstone (arriba) insinuaban que podría ser binario, aunque también que podría tener dos lóbulos muy diferenciados. Arecibo mostró con claridad su naturaleza como un binario casi perfecto, formado por dos asteroides de igual tamaño.
La órbita de 2017 YE5.
El descubrimiento de YE5, en Diciembre de 2017, por parte del Cadi Ayyad University Morocco Oukaimeden Sky Survey.
Observatories Team Up to Reveal Rare Double Asteroid
Una parte destacable de los asteroides de cierto tamaño viajan en compañía, formando parejas que se muevan juntas alrededor del Sol mientras giran alrededor de un centro de gravedad común. Y la inmensa mayoría tiene un componente "dominante", uno bastante mayor que el otro. La igualdad no triunfa entre esta familia de cuerpos planetarios, y se conocen muy pocos ejemplos, que se pueden contar con los dedos de una mano, de binarios perfectos, en que ambos tengan un tamaño y masa parecida. Son por ello un preciado objetivo de los astrónomos, que siempre han deseado poder estudiar de cerca alguna de ellos, ya que consideran que podrían ofrecer información clave para entender como se forman este tipo de objetos. Y el 21 de junio el Universo decidió concederles ese deseo.
Ese día el recientemente descubierto asteroide 2017 YE5 pasó a solo 6 millones de kilómetros de la Tierra. Detectado por primera vez por el Observatorio Oukaïmeden el pasado Diciembre, no se sabía nada más de el, aparte de sus parámetros orbitales. Por ello, con su aproximación, la mayor en 170 años según los cálculos, diversos observatorios iniciaron campañas de observación, especialmente radiotelescopios, que permiten, enviando ondas de radio y estudiando su eco, levantar imágenes de cuerpos tan pequeños a una escala imposible para los telescopios ópticos. Y pronto los datos empezaron a señalar que algo raro ocurría con este asteroide. Primero se supuso que podría tener dos lóbulos muy diferenciados, como vimos en el cometa Churiumov-Guerasimenko. Después que se trataba de un binario, algo relativamente habitual. Y finalmente Arecibo confirmó que estábamos ante una pareja "perfecta", de igual tamaño. Los astrónomos habían recibido un regalo inesperado y muy bienvenido.
Las imágenes de radar revelaron dos objetos son más grandes de lo que su brillo óptico combinado originalmente había sugerido, lo que indica que las dos rocas no reflejan tanta luz solar como un asteroide rocoso típico. 2017 YE5 es probablemente tan oscuro como el carbón. Las de Goldstone, tomadas el 21 de junio, también muestraron una notable diferencia en la reflectividad de las ondas de radar en cada uno de los dos objetos, algo confirmado por Arecibo,sugieren que cada uno de los asteroides pueden tener diferentes densidades, composiciones o rugosidades.
Una oportunidad única que se supo arpvechar al máximo, y que nos ofrece la visión más perfecta de lo que significa girar alrededor de un centro de gravedad común, algo que ocurre con todos los objetos planetarios y lunas, incluso entre la Tierra y el Sol. Solo que aquí, al ser un baile entre iguales, eso es más evidente que nunca.
Las imágenes generados por Goldstone (arriba) insinuaban que podría ser binario, aunque también que podría tener dos lóbulos muy diferenciados. Arecibo mostró con claridad su naturaleza como un binario casi perfecto, formado por dos asteroides de igual tamaño.
La órbita de 2017 YE5.
El descubrimiento de YE5, en Diciembre de 2017, por parte del Cadi Ayyad University Morocco Oukaimeden Sky Survey.
Observatories Team Up to Reveal Rare Double Asteroid
domingo, julio 15, 2018
Post Vintage (279): En compañía de un tirano
La LRO nos muestra como la gravedad terrestre agrieta la superficie lunar.
Las mareas oceánicas son el ejemplo más visible y espectacular del efecto que nuestra compañera de viaje tiene sobre nuestro mundo, como su tirón gravitatorio tiene efectos visibles para nuestros ojos. A pesar de ser 4 veces más pequeña, tener solo 1/81 parte de su masa y encontrarse a una distancia media de 380.000 Kilómetros, su fuerza es suficiente para generar un fenómeno tan espectacular a una escala temporal humana. ¿Y a la inversa? Ciertamente el mantenerla ligada, haciendo que se mueva a su alrededor pese a su gran tamaño relativo, es un ejemplo bastante definitivo de hasta que punto es intenso el abrazo terrestre, pero dejando de lado este hecho, no parece que La Luna le afecte tanto la cercanía de la Tierra como ocurre en el caso opuesto.
Pero como es evidente, si que lo hace, y lógicamente con mayor intensidad al tener la Tierra un campo gravitatorio 6 veces más intenso. La falta de una gran masa de agua que permite reflejarlo de forma más evidente hace difícil apreciarlo, pero en realidad La Luna vive sometida a una gran tensión geológica, que posiblemente es la fuente de la mayor parte de los terremotos que los sensores dejados por los Apolo registraron. Pero existe un efecto mucho más visible, como nos muestran las imágenes acumuladas por la Lunar Reconnaissance Orbiter desde 2009. Y es que nuestro planeta sigue "dando forma" a La Luna, rompiendo su corteza en forma de innumerables escarpes de falla, zonas donde el terreno queda abruptamente dividido por una elevada pared vertical de roca, como si el terreno se hubiera fracturado y cada parte se hubiera elevado o hundido a niveles diferentes.
LRO ha detectado más de 3.200 de ellas. Estos acantilados son la característica tectónica lunar más comunes, y típicamente miden unas decenas de metros de altura y al menos unos 10 kilómetros de largo. Investigaciones anteriores habían sugerido que eran menos de 50 millones de años, y es probable que todavía se estén formando activamente hoy. Podrían haber sido únicamente el fruto del enfriamiento de La Luna,que al encogerse provoca este tipo de fracturas geológicas, pero entonces su orientación habría sido aleatoria, ya que las fuerzas de contracción serían iguales en fuerza en todas las direcciones. Pero no es eso que lo enseñan las imágenes de la sonda
"Fue una gran sorpresa al descubrir que los escarpes de falla no tienen orientaciones al azar", explica Thomas Watters, científico planetario del Smithsonian Institution's National Air and Space Museum. "En cambio hay un patrón en las orientaciones de miles de fallas, y sugiere que algo más está influyendo en su formación, algo que también está actuando en una escala global. Ese algo es la atracción gravitacional de la Tierra". Las fuerzas de marea terrestre no actúan por igual en toda la superficie lunar. En lugar de ello, actúan más intensamente en las partes de La Luna que bien están más cerca o más alejadas de la Tierra. El resultado es que muchos escarpes están alineados de norte a sur en latitudes bajas y medias cerca del ecuador, y de Este a Oeste en las latitudes altas cerca de los polos.
Los modelos que incorporan al efecto de la contracción lunar, la más intensa, el efecto de las mareas terrestre, más tenues pero igualmente capaces de influir en la superficie selenita, han demostrado acercarse mucho más a lo que vemos en ella que aquellos que hasta ahora no lo habían tenido en cuenta.
"Con LRO, hemos sido capaces de estudiarla a nivel global con un detalle que todavía no es posible con cualquier otro cuerpo del Sistema Solar más allá de la Tierra, y el conjunto de sus datos nos permite desentrañar los procesos sutiles pero importantes que de otro modo permanecerían ocultos", explica John Keller, científico del proyecto LRO. Si estas fallas lunares siguen activas, sismos poco profundos pueden estar ocurriendo a lo largo de ellas, siendo más frecuentes cuando La Luna se encuentra en el punto más cercano de su órbita, y las mareas terrestres son, por tanto, más intensas. Una red de sismómetros podría algún día detectarlos, mostrando hasta que punto nuestro mundo, en apariencia tan inofensivo, es en realidad un auténtico tirano para su entorno, capaz de someter a las más duras pruebas a su comparativamente mucho más inofensiva compañera de viaje.
Un ejemplo de estas escarpes de falla, zonas de fractura de la corteza lunar. Posible fruto de la contracción lunar al enfriarse su interior, las mareas terrestres podrían darles su forma definitiva, facilitando su formación y marcado su orientación.
Mapa donde se reflejan la posición y orientación de estos acantilados tectónicos (en rojo), así como su orientación, que sigue un patrón bastante definido. De ser solo fruto de la contracción lunar deberían ser aleatorios, cosa que aquí vemos que no es así.
Los escarpe de falla son habituales en La Tierra, un mundo aún geológicamente activo a todos los niveles.
Earth's Gravitational Pull Cracks Open the Moon
Las mareas oceánicas son el ejemplo más visible y espectacular del efecto que nuestra compañera de viaje tiene sobre nuestro mundo, como su tirón gravitatorio tiene efectos visibles para nuestros ojos. A pesar de ser 4 veces más pequeña, tener solo 1/81 parte de su masa y encontrarse a una distancia media de 380.000 Kilómetros, su fuerza es suficiente para generar un fenómeno tan espectacular a una escala temporal humana. ¿Y a la inversa? Ciertamente el mantenerla ligada, haciendo que se mueva a su alrededor pese a su gran tamaño relativo, es un ejemplo bastante definitivo de hasta que punto es intenso el abrazo terrestre, pero dejando de lado este hecho, no parece que La Luna le afecte tanto la cercanía de la Tierra como ocurre en el caso opuesto.
Pero como es evidente, si que lo hace, y lógicamente con mayor intensidad al tener la Tierra un campo gravitatorio 6 veces más intenso. La falta de una gran masa de agua que permite reflejarlo de forma más evidente hace difícil apreciarlo, pero en realidad La Luna vive sometida a una gran tensión geológica, que posiblemente es la fuente de la mayor parte de los terremotos que los sensores dejados por los Apolo registraron. Pero existe un efecto mucho más visible, como nos muestran las imágenes acumuladas por la Lunar Reconnaissance Orbiter desde 2009. Y es que nuestro planeta sigue "dando forma" a La Luna, rompiendo su corteza en forma de innumerables escarpes de falla, zonas donde el terreno queda abruptamente dividido por una elevada pared vertical de roca, como si el terreno se hubiera fracturado y cada parte se hubiera elevado o hundido a niveles diferentes.
LRO ha detectado más de 3.200 de ellas. Estos acantilados son la característica tectónica lunar más comunes, y típicamente miden unas decenas de metros de altura y al menos unos 10 kilómetros de largo. Investigaciones anteriores habían sugerido que eran menos de 50 millones de años, y es probable que todavía se estén formando activamente hoy. Podrían haber sido únicamente el fruto del enfriamiento de La Luna,que al encogerse provoca este tipo de fracturas geológicas, pero entonces su orientación habría sido aleatoria, ya que las fuerzas de contracción serían iguales en fuerza en todas las direcciones. Pero no es eso que lo enseñan las imágenes de la sonda
"Fue una gran sorpresa al descubrir que los escarpes de falla no tienen orientaciones al azar", explica Thomas Watters, científico planetario del Smithsonian Institution's National Air and Space Museum. "En cambio hay un patrón en las orientaciones de miles de fallas, y sugiere que algo más está influyendo en su formación, algo que también está actuando en una escala global. Ese algo es la atracción gravitacional de la Tierra". Las fuerzas de marea terrestre no actúan por igual en toda la superficie lunar. En lugar de ello, actúan más intensamente en las partes de La Luna que bien están más cerca o más alejadas de la Tierra. El resultado es que muchos escarpes están alineados de norte a sur en latitudes bajas y medias cerca del ecuador, y de Este a Oeste en las latitudes altas cerca de los polos.
Los modelos que incorporan al efecto de la contracción lunar, la más intensa, el efecto de las mareas terrestre, más tenues pero igualmente capaces de influir en la superficie selenita, han demostrado acercarse mucho más a lo que vemos en ella que aquellos que hasta ahora no lo habían tenido en cuenta.
"Con LRO, hemos sido capaces de estudiarla a nivel global con un detalle que todavía no es posible con cualquier otro cuerpo del Sistema Solar más allá de la Tierra, y el conjunto de sus datos nos permite desentrañar los procesos sutiles pero importantes que de otro modo permanecerían ocultos", explica John Keller, científico del proyecto LRO. Si estas fallas lunares siguen activas, sismos poco profundos pueden estar ocurriendo a lo largo de ellas, siendo más frecuentes cuando La Luna se encuentra en el punto más cercano de su órbita, y las mareas terrestres son, por tanto, más intensas. Una red de sismómetros podría algún día detectarlos, mostrando hasta que punto nuestro mundo, en apariencia tan inofensivo, es en realidad un auténtico tirano para su entorno, capaz de someter a las más duras pruebas a su comparativamente mucho más inofensiva compañera de viaje.
Un ejemplo de estas escarpes de falla, zonas de fractura de la corteza lunar. Posible fruto de la contracción lunar al enfriarse su interior, las mareas terrestres podrían darles su forma definitiva, facilitando su formación y marcado su orientación.
Mapa donde se reflejan la posición y orientación de estos acantilados tectónicos (en rojo), así como su orientación, que sigue un patrón bastante definido. De ser solo fruto de la contracción lunar deberían ser aleatorios, cosa que aquí vemos que no es así.
Los escarpe de falla son habituales en La Tierra, un mundo aún geológicamente activo a todos los niveles.
Earth's Gravitational Pull Cracks Open the Moon