domingo, enero 06, 2019

Post Vintage (296): Del infinito al hogar

Imaginando un viaje desde el exterior de nuestra galaxia hasta el Sol.

¿Como sería el viaje de regreso de un hipotético explorador intergaláctico a su planeta natal? Que estrellas se cruzarían en su camino antes de alcanzar una de color amarillo, de tamaño medio y de mediana edad, una más entre los 200.000 millones que componen la Vía Láctea, pero para el seguramente la más importante de todas? Queda muy lejos en el tiempo, quizás nunca lo hagamos realmente, pero si algo permite la imaginación es soñar con volar a sitios ahora mismo fuera de nuestra alcance. Y si esta se refuerza con datos reales, vivir una simulación de como podría ser realmente.

El telescopio espacial Gaia, de la Agencia Espacial Europea, busca mapear mil millones de estrellas, midiendo con precisión no solo su naturaleza estelar, sino, lo que es más importante, su posición exacta en el espacio, permitiendo así levantar un mapa en tres dimensiones de nuestra galaxia. No de toda ella, pero si de un número significativo de sus habitantes, suficientes para extraer de ellas una visión de como es la Vía Láctea realmente, ahora y en el pasado. Y es que si bien tenemos una idea aproximada de su forma y distribución de materia, la realidad es que cuando más conocemos de ella más debemos corregir lo que creíamos conocer. Que es una galaxia espiral parece seguro, posiblemente barrada, pero es solo una idea general. Vivir dentro de ella hace dificil saber con exactitud su aspecto exterior.

Recientemente Gaia liberó su primer "cofre del tesoro", datos de mil millones de estrellas que permitirán levantar su primer mapa estelar. Y generar trabajos de lo más curiosos. Este es el caso de Gaia: Here Comes the Sun, que los utiliza para imaginar no un viaje hacia las estrellas y más allá, sino justo lo contrario: Una travesía desde los bordes exteriores de la Vía Láctea hasta la estrella llamada Sol, nuestro hogar. Una simulación que "solo" utiliza los datos de 600.000 estrellas, suficientes para mapear todas las que se encuentran relativamente cerca, algunas con los nombres que reciben en nuestro firmamento, muchas otras, invisibles a nuestros ojos, solo con la numeración que recibe dentro del catálogo de este observatorio espacial.

Quizás un día, tan lejano que no podemos ni imaginarlo, llegaremos tan lejos. Pero de momento solo queda soñar con tocar el infinito. Y regresar.

Regresando a casa después de un largo viaje. 

Gaia: Here Comes the Sun

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