viernes, noviembre 17, 2017

Música estelar

Enviar canciones a otro planeta, una curiosa iniciativa del Festival Sonar.

Lograr que la gente levante los ojos al firmamento, que se interese por el Universo en el que vive, que sueñe con otros mundos y realidades, no es sencillo. La parte más "académica" de la astronomía puede hacerse pesada al común de los mortales, y saber transmitirla es algo que no está al alcance de todos. Esa era precisamente el caballo de batalla de Carl Sagan, bajar la ciencia del Olimpo y ponerla al nivel y alcance de todos, aunque fuera simplificando el mensaje. Creía que si esta no era capaz de comunicar, de hacerse entender fuera de sus cerrados círculos habituales, habría fracasado en su principal propósito. Y no le faltaba razón.

Muchos son los caminos por el cual se puede ascender a la cima del conocimiento, algunos más duros y escarpados, otros más sencillos y accesibles, y algunos imaginativos y capaces de relacionar elementos aparentemente sin relación, pero todos igual de válidos para ganarnos el corazón de la gente.Y en esto último camino se enmarca una curiosa pero sin duda interesante iniciativa liderada por el Festival Sonar (Internacional de Música Avanzada y Arte Multimedia), para celebrar su 25º aniversario: El envío de canciones creadas especialmente por artistas implicados el festival a una a la conocida como Estrella de Luyten, a 12,4 años-luz, y que está acompañado por exoplaneta conocido potencialmente habitable, GJ273b.

En total 33 piezas de música de 10 segundos de duración cada una, cuya transmisión se inició los días 16, 17 y 18 de octubre de 2017, desde la antena de la Asociación Científica Europea de Radares de Dispersión Incoherente (EISCAT, por sus siglas en inglés) ubicada en Tromsø, Noruega, y que afrontará su segunda fase de emisión en Abril de 2018. "Ante el reto único de comunicarse con una posible inteligencia extraterrestre, las respuestas de los artistas han sido imaginativas y muy variadas. Desde propuestas de carácter poético hasta músicas matemáticas pensadas para ser fácilmente descifrables, pasando por propuestas más políticas que intentan dar una imagen de lo que somos como humanidad, sin ahorrar la crítica a cómo estamos destruyendo nuestro propio planeta", apuntan desde el Sónar.

Una iniciativa que cuanta con la colaboración de instituciones como el de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC), cuyo director Ignasi Ribas, comenta: "Estamos siendo testigos de un aumento exponencial en nuestro conocimiento de los sistemas planetarios en el universo y ahora conocemos unos 10 exoplanetas que podrían ser adecuados para albergar vida. Por supuesto, no tenemos idea de si la vida ha prosperado en la superficie de esos planetas y si tales formas de vida han desarrollado inteligencia. Pero en IEEC estamos emocionados de participar en el experimento de enviar un mensaje intencional al planeta cercano potencialmente habitable como GJ273b y esperar una respuesta. Si eso sucediera dentro de 25 años, sin duda sería alucinante".

Por encima de todo es una iniciativa que busca conectar con el público del Sonar, con esa gente "de la calle", de un sector de la población en su mayor parte bastante joven que quizás vive desconectado del Universo que se extiende sobre sus cabezas, y en los que quizás, solo quizás, puede que esta conexión entre la música y la astronomía haga despertar su interés. Nada a perder y mucho que ganar. El conocimiento y el saber es como escalar una montaña, se pueden seguir diversas rutas pero al final todos nos encontramos en la cima.

Música a las estrellas.

El objetivo de esta emisión, un mundo situado a 12.4 años-luz. Una (improbable) respuesta llegaría dentro de 25 años, condiciendo con el 50º aniversario del Sonar, lo que evidentemente no es una casualidad, sino algo buscado por los organizadores de esta iniciativa.
 
El Sónar envía 33 canciones a un exoplaneta potencialmente habitable

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