jueves, noviembre 16, 2017

La maravilla de lo cotidiano

Ross 128 b, un nuevo mundo potencialmente habitable cerca de La Tierra.

Ya no son casi noticia que se descubran planetas en otras estrellas, y de la misma manera cada vez es menor sorprendente encontrar algunos con tamaños parecidos al nuestro, y dentro de estos últimos que se encuentren dentro de la llamada zona habitable de su Sol, allí donde es posible, aunque no necesariamente inevitable, que algunos puedan desarrollar temperaturas superficiales adecuadas para el manteniente de agua líquida. Hace apenas un par de décadas esto era impensable, y los primeros hallazgos estuvieron rodeados de una inmensa expectación. Eran otros tiempos, más emocionantes, pero sin lugar a dudas mucho peores. La misma (relativa) indiferencia con que ahora recibimos estos hallazgos son, paradójicamente, un ejemplo de lo mucho que hemos progresado.

Porque dichos descubrimientos no cesan, el numero de mundos crece exponencialmente, y cada vez vemos que los mundos rocosos como el nuestro son una norma, no una excepción. El Universo está lleno de otras Tierras, aunque seguramente la inmensa mayoría son páramos sin vida, donde algunas circunstancias se pusieron en su contra. Nuestra vecino Venus es un ejemplo que las cosas no son tan sencillas.

Ross 128 b es el más reciente de esos mundos "parecidos a la Tierra" que hemos encontrado en esta transcendental búsqueda, y aunque es otro más de la ya larga lista, también tiene sus detalles que le hace único y hasta intrigante por sus posibilidades. Entre ellas que tiene el mismo tamaño que el nuestro, que se encuentra a una distancia adecuada como para poder disfrutar de temperaturas medias similares a las terrestres, y que su estrella, Ross 128, aunque es una débil enano roja, famosas por sus repentinas llamaradas que bañan a cualquier mundo que las orbite con oleadas de radiación ultravioleta y de rayos X, parece un astro mucho más tranquilo que sus hermanas estelares. Algo que sin duda aumenta de forma exponencial sus posibilidades.

Gracias a los datos de HARPS (High Accuracy Radial velocity Planet Searcher), un equipo de astrónomos descubrió que Ross 128 b orbita 20 veces más cerca de su estrella que la distancia a la que la Tierra orbita del Sol, pero dado que esta es mucho más tenue que esta última, recibe sólo 1,38 veces más radiación que nosotros. Como resultado, se estima que su temperatura de equilibrio se encuentra entre los -60 y los 20° C.Suficiente como para que sus descubridores lo consideren un mundo "templado", aunque aún no está claro si está realmente dentro de la zona de habitabilidad. En todo caso será un objetivo de estudio de primera clase para los futuros observatorios astronómicos, especialmente a la hora de buscar y analizar posibles atmósferas.

Y una última curiosidad. Actualmente Ross 128 se encuentra a 11 años luz, pero en 79.000 años, una eternidad para un humano pero un parpadeo para el Universo, esta pequeña estrella se convertirá en la estrella más cercana a nosotros, incluso más que Próxima Centauri. Y Ross 128 b el exoplaneta más próximo a la Tierra. Si en ese futuro distante nos hemos expandido más allá del Sistema Solar, hacia las aguas interestelares, sus hipotéticos habitantes, quizás colonizadores humanos, podrán señalar una brillante estrella amarilla a las nuevas generaciones y decirles que sus antepasados que de ahí vinieron sus lejanos antepasados.

Ciertamente estos descubrimientos ya no son noticia. Y es maravilloso que así sea.

Conociendo un poco más a este nuevo miembro de la creciente familia de los exoplanetas.

Un viaje desde los cielos terrestres hasta Ross 128 b. 

Descubierto el mundo templado más cercano orbitando una estrella tranquila

2 comentarios:

  1. Hola, no acabo de entender lo de...

    "Actualmente Ross 128 se encuentra 79 000 años"

    ¿Se refiere a la distancia a la que esta (que no cuadraría), o es el tiempo que pasara para ser la mas cercana?

    Saludos.

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  2. Na, un error al hacer la entrada. Quería decir que se encuentra a 11 años luz y que en 79.000 años se situará más cerca que ninguna otra estrella.

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