La órbita de Marte podría albergar los restos de un antiguo pequeño planeta.
El Sistema Solar está formado por supervivientes. Habitado por mundos que fueron capaces de superar la caótica juventud de nuestro rincón galáctico, y cuyas huellas, las heridas cicatrizadas de antiguos cataclismos se pueden encontrar en todos los que tienen una superficie sólida. Incluida La Tierra, aunque en su caso la intensa actividad geológica, climática y biológica tienen a difuminarlas con el paso del tiempo. Conocer como fue esta etapa crítica, y que componía esos cuerpos primordiales es una de los "griales" de la astronomía planetaria. Y quizás algunos de ellos estén más cerca de lo que imaginamos.
Se los conoce como troyanos, y engloba a toda una serie de asteroides atrapados en los Puntos de Lagrange de una serie de planeta. La mayoría, como es sencillo imaginar, en los de Júpiter. Pero Marte también tiene sus propios acompañantes, un total de 9. Una cifra insignificante si se compara con los 6000 jovianos, pero es el único planeta terrestre que dispone de ellos de forma estable. Ya aún más importante, todos menos uno parecen arremolinarse en el punto L5. Y de los 8 todos, menos uno, se agrupan en torno a Eureka, el primer en ser descubierto, ahora hace 25 años. Una distribución no poco sospechosa. ¿Están relacionados? Tiene un origen común?
Así lo sospechaba los autores de un reciente artículo publicado en Monthly Notices de la Royal Astronomical Society, que creen posible que esta llamada "familia Eureka" sean los restos de un antiguo pequeño planeta destruido por impactos externos, o quizás al fragmentarse por una excesiva velocidad de rotación. O puede que cualquier otra causa. Sea como sea, su agrupación parece delatarles, aunque no deja se ser una prueba circunstancia.
Una prueba mucho más sólida sería desvelar si tiene composición común o no.Y es precisamente esto lo que hizo este equipo de astrónomos, que utilizaron el espectrógrafo X-SHOOTER del Very Large Telescope (VLT) para estudiar el espectro de dos de los miembros de la familia Eureka, 311999 y 385250, revelando definitivamente su estrecha relación. Y aún más notable, que están predominantemente compuesto de olivino, un mineral que se forma típicamente dentro de objetos mucho más grandes en las condiciones de alta presión y temperatura. Eso implicaría que su origen último es el manto de antiguo miniplaneta o planetesimal, que era lo suficientemente grande para generar una diferenciación interna antes de ser destruido.
Estamos, al menos de momento, ante algo único, ya que "existen muchas otras familias en el cinturón de asteroides entre Marte y
Júpiter, e incluso entre los troyanos de Júpiter, pero ninguna está
formada por este tipo asteroides de olivino". Un antiguo pequeño mundo, quizás los restos de uno de los planetesimales originales que un día dieron forma al Sistema Solar. Un objetivo más que atrayente para futuras misiones de exploración.
La "familia Eurkea", que se arremolina alrededor del asteroide del mismo nombre. Ahora podemos estar bastante seguros que son los restos de un cuerpo original mayor, un platenismal que fue capaz de generar diferenciación interna (núcleo, manto y corteza) antes de fragmentarse por razones desconocidas.
La inmensa mayoría de los troyanos conocidos están "aparcados" en los puntos de equilibrio gravitatorio de Júpiter. Marte solo tiene 9 de ellos, pero a cambio parecen tener un origen más que interesante.
La órbita de Marte parece albergar restos de un miniplaneta.
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