jueves, marzo 02, 2017

La fuerza de Eolo

Observando como el viento erosiona el paisaje marciano.

La atmósfera de Marte es extremadamente tenue, apenas un 1% de la densidad de la terrestre. Eso puede hacernos pensar que su capacidad de afectar a la superficie y alterarla de forma significativa es casi nula, pero nada más lejos de la realidad. Justo al contrario, la señal de su paso es bastante más evidente que en nuestro planeta, donde otras fuerzas erosivas (el fluir del agua en todas sus formas, los terremotos, desplazamiento de las placas terrestres, el vulcanismo, la actividad biológica) de mayor poder terminan borrar sus huellas. En el planeta rojo nada de eso está presente, al menos de forma significativa. Por tanto el viento tienen el camino libre. Son las principales, por no decir casi las únicas, fuerzas a escala global que sigue esculpiendo su rostro.

Y posiblemente pocas lugares dejan en evidencia que, con el tiempo, nada se resiste a su lento, tenue pero constante paso, que el cráter Gale. En su centro de eleva Aeolis Mons, una gigantesca montaña de sedimentos, depositados en buena parte por el fluir del agua, que un día descendía por su laderas. En realidad sería más correcto señalar que es lo que queda de lo que un día fue un depósito que lo llenó por completo, y que con el tiempo, una vez el planeta se fue convirtiendo en el mundo seco y árido, el viento lo fue erosionando. Varios miles de millones de años de lento trabajo que removió 64.000 Kilómetros cúbicos de material, y que la fue esculpiendo hasta adquirir su forma actual.

Hoy día las tornas han cambiado: El viento le dio su forma a Aeolis Mons, y ahora es Aeolis Mons quien configura el patrón de los vientos dominantes. Pero su lento trabajo sigue, como atestiguan los grandes bancos de dunas que la rodean, mares de arena impulsados por ellos, así como los Dust Devil, los "diablos de polvo" que recorren sus laderas, dejando su inequívoco rastro. Todo esta actividad, multiplicada por miles de millones de años, nos explica, con claridad meridiana, de como Gale se convirtió en el que conocemos. Su elección como lugar de descenso de Curiosity no pudo ser más acertada.

Curiosity hizo campaña de observación para captar el efecto del vierto sobre los dos campos de dunas. El área rectangular delineada en negro fue visualizada en forma de imágenes dobles tomadas en separaciones de 12 segundos, con un intervalo de aproximadamente 90 segundos entre cada par. Se observan el paso de diversos Dust Devil, así como su efecto en la superficie.
 
Los dos lugares de observación, zonas con oscuras dunas movidas por el viento marciano, y donde el paso de los "diablos de polvo" son más evidentes.

Gale, en un tiempo lleno de sedimentos que el viento fue esculpiendo a lo largo de las eras, hasta darle la forma que conocemos, como una montaña llamada Aeolis Mons. 

Dust Devil Passes Near Martian Sand Dune

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