lunes, febrero 06, 2017

El espíritu de la Mariner 10

La sonda que realizó la 1ª maniobra de asistencia gravitatoria de la historia y la que utilizó por primera vez el efecto vela solar.

Utilizar la gravedad de un planeta para adquirir la trayectoria y velocidad necesaria para alcanzar otro. Hoy día sigue siendo una técnica habitual en la exploración interplanetaria, permitiendo darles el impulso que su cohete lanzadera inicial, por si solo, no podría ofrecer. Marte, por su cercanía y su posición, en el exterior de la órbita terrestre, es una excepción, y todas las sondas a el enviadas dan el salto directamente. Pero la mayor parte del resto de sus compañeras deben afrontar viajes "por etapa", no pocas veces incluso con la propia Tierra.

Pero todo tiene un principio, y la maniobra de asistencia gravitatoria no es una excepción. Y este tuvo lugar un 5 de Febrero de 1974. Fue el día en que la Mariner 10 sobrevoló el planeta, no para explorarlo o intentar en órbita, sino con la mirada puesta más allá, en el aún no visitado Mercurio. Adentrarse en el pozo gravitatorio solar es mucho más complicado de lo que podamos imaginar, y los encargados de esta misión dieron forma a la idea de utilizar la gravedad de Venus para poner a la sonda camino al planeta más cercano al Sol. Por si sola no podría haberlo conseguido nunca, y los técnicos de la NASA trabajaron duramente hasta dar forma a lo que, en ese momento, era algo revolucionario, nunca visto hasta ese momento.

Y ese 5 de Febrero de 1974 la Mariner 10 sobrevoló Venus, y su velocidad y trayectoria quedó alterada tal como habían anticipado los cálculos teóricos, y lo que es más importante, ahora si en camino hacia Mercurio. Evidentemente no desaprovechó la oportunidad de tomar valiosos datos científicos, incluidas mediciones de la temperatura superficial, visualización de las estructuras de las estructuras nubosas, presencia de campos magnéticos y masa del planeta, pero su meta definitiva era el pequeño mundo que se escondía más allá, sumergido en la luz solar, y en ese tránsito acababa de dar nacimiento a una técnica fundamental para la exploración del Sistema Solar. Juno o New Horizons, por nombrar solo a dos sondas recientes, se valieron de ella.

No sería esta su única aportación al futuro, ya que también sería, aunque esto es menos conocido, la primera en recurrir a la técnica de la "vela solar", utilizando la presión de la luz solar sobre sus paneles para lograr el empuje necesario para realizar algunos de los ajustes necesarias para mantener una orientación correcta respecto a la Tierra y Mercurio. En este caso fue una improvisación, un recurso desesperado para salvarla, que ante el fallo del sistema de control de vuelo que implicaba tener que utilizar una mayor cantidad de combustible para sus impulsores corría el peligro de ver esta agotado antes de tiempo y hacer fracasar la misión.

Funcionó, y con ello la Mariner 10 sentaba las bases de una segunda revolución, aunque en este caso mirando a un futuro mucho más lejano, hasta la actualidad, donde las primeras velas solares propiamente dichas están, aunque aún de forma tímida y en fase de pruebas, surcando ya el espacio interplanetario.

Como no podía ser de otra forma su odisea se culminó con el éxito absoluto, protagonizando 3 sobrevuelos exitosos del Mercurio antes de perderse en el silencio. Imágenes y datos de este ardiente mundo que fueron los únicos disponibles hasta la llegada de la sonda MESSENGER, décadas después. Pero como podemos ver, su legado fue mucho más allá, y sigue vivo en la actualidad. Cada vez que vemos una sonda realizar una asistencia gravitatorio, cada vez que escuchamos hablar de las futuras velas solares, algo de la Mariner 10 nos acompaña sin saberlo. La sonda propiamente dicha murió hace tiempo, pero su espíritu permanece.

La Mariner 10 se adentró hacia el corazón mismo del Sistema Solar, sumergiéndose en el resplandor solar para aproximarse al inexplorado Mercurio. Para ello debió sobrevolar primero Venus, utilizando su gravedad para modificar su velocidad y trayectoria y ponerlo rumbo a su objetivo. La primera asistencia gravitara de la historia, además de la primera vez que se utilizaba la presión de la luz solar para orientar la nave, poniendo las bases a las futuras velas solares.

La Tierra, vista poco después del lanzamiento.

Una de las primeras imágenes enviadas por la Mariner 10 durante su encuentro con Venus. Su filtro ultravioleta le permitió observar con claridad las nubes del planeta, algo que no era posible desde la Tierra. Masa, campos magnéticos, temperaturas, estructuras atmosféricas y exploración por radio serían algunas de sus actividades durante el sobrevuelo.
 
La meta final, Mercurio, del que la Mariner 10 envió más de 7000 imágenes, aunque siempre del mismo hemisferio. Colocado en una órbita de resonancia con el planeta, ambos se encontraban siempre en el mismo lugar y con la misma orientación. Solo la MESSENGER develaría el resto. 

Mariner 10: Best Venus Image and 1st Ever Planetary Gravity Assist

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