jueves, mayo 05, 2016

Aquel Mercurio desconocido

Adentrándonos en este pequeño mundo.

Este próximo 9 de Mayo asistiremos al tránsito de Mercurio por delante de disco solar, un fenómeno no demasiado habitual, ya que a causa de la inclinación de su órbita suele transitar por encima o por debajo de el visto desde la Tierra. Solo en contadas ocasiones (entre 13 y 14 veces por siglo) la alineación de ambos es la idónea para que el primero cruce, como una pequeña sombra, el disco solar. Un momento lógicamente seguido por todos la comunidad astronómica, así como por aficionados de todo el mundo, aunque evidentemente no es tarea sencilla dada las características de este fenómeno. Se deben tomar muchas precauciones para evitar riesgos para la vista y se necesitan telescopios de cierta capacidad para captar el planeta. Así y todo, muchos serán los que ese día estén vigilando al Sol con expectación.

La mayoría, sin embargo, deberemos esperar la publicación de los vídeos e imágenes del cruce de Mercurio. Y mientras tanto, no está de más conocer un poco mejor a este pequeño planeta sumergido en la luz. Vamos allá:

1) El planeta más cercano al Sol: Aunque hoy día tenemos muy claro este hecho, desde Galileo Galilei este apelativo fue tema de controversia debido, por extraño que resulte, a la existencia de las manchas solares. Todo un quebradero de cabeza para los que aún se aferraban a la visión aristotélica de un cielo inmutable, y para los cuales que el Sol tuviera "irregularidades" en su rostro representaba un imposible. Por ello defendían que las manchas eran en realidad otros planetas, quizás incluso más cercanos a nuestra estrella que el propio Mercurio, que generaban dichas sombras al pasar por delante del disco solar con respecto a la Tierra.

El paso del tiempo y las mejoras en la tecnología de observación terminaron por destruir estas fantasías de perfección, dejando a Mercurio el título de planeta más cercano al Sol. Aunque no del todo...

2) Vulcano, el mundo fantasma: A medida que avanzamos en el conocimiento de este pequeño planeta, hizo acto de presencia el enigmático avance de su perihelio, la lenta precesión de la órbita del planeta alrededor del Sol a un ritmo de 2º por siglo, la cual no se podía explicar completamente ni por las leyes de Newton ni por perturbaciones causadas por los planetas conocidos. Eso llevo, arrastrados por la euforia del reciente descubrimiento de Neptuno a partir de las perturbaciones de la órbita de Urano, a suponer que aquí pasaba algo parecido. Debía existir un planeta aún no descubierto, en una órbita interior a la de Mercurio. Tal era la seguridad que hasta se le asignó un nombre a la espera de su hallazgo, Vulcano (de la cual posiblemente salió la idea del mundo homónimo de Star Trek) y como suele ocurrir, muchos afirmaron haberlo visto.

Finalmente, a comienzos del siglo XX, la aparición de la Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein, que permitía explicar tal fenómeno sin necesidad de que existiera Vulcano, envió a este mundo fantasma al olvido, aunque se siguieron haciendo anuncios de su supuesta observación.

3) Ardiente pero algo menos: Lógicamente, al estar más cerca del Sol que ningún otro planeta, podríamos suponer que es el que registra las temperaturas más altas. Ciertamente sus 430 Cº diurnos (a los que suceden unos frescos -170 Cº durante la noche) parecer extremos, pero quedan por detrás de lo que soporta Venus y sus refrescantes 464 Cº de media. Y a diferencia de Mercurio, que tiene un respiro nocturno, allí no existe variación alguna en ningún momento.

4) Enorme corazón: Como el resto de planetas terrestres del Sistema Solar, también el interior de Mercurio está estratificado en capas, con un núcleo formado por la precipitación de los elementos más pesados, como el Hierro. Sin embargo su tamaño, en proporción al tamaño del propio planeta, es descomunal. No sería exagerado decir que el manto y la corteza son casi un simple y no muy destacado recubrimiento de un mundo por otra parte metálico. El motivo de tal situación es desconocido, aunque una hipótesis con gran aceptación es que, inicialmente, el joven Mercurio debía ser mucho mayor de lo que es actualmente, quizás más cercano al tamaño de Venus y la Tierra, pero que un colosal impacto arrancó buena parte de su manto, mientras el núcleo, que se se había formado, apenas resultó afectado.

5) Mundo encogido: Con la caída de Plutón, Mercurio es actualmente el planeta conocido más pequeño del Sistema Solar. Y por si acaso, el pone de su parte mostrando signos de haber sufrido un perceptible encogimiento a lo largo del tiempo, como indican los enormes acantilados llamados “escarpes lobulados” que se observan a lo largo y ancho de la superficie. Aunque este proceso ya se conocía, la sonda MESSENGER mostró que esta contracción fue incluso mayor de la estimada. El enfriamiento de su mencionado enorme núcleo parece estar detrás de este fenómeno.

6) Hielo en el fuego: Aunque parezca imposible, existe hielo de agua en Mercurio, como sugirió primer las observaciones realizadas con radiotelescopio de Arecibo y la antena Goldstone, que detectaron reflexiones de radar inusualmente brillantes de los polos, y confirmó después la MESSENGER. Como ocurre en La Luna, algunos de profundos cráteres polares tiene zonas donde la luz solar no llega nunca, y se mantienen a temperaturas menores que -173°C, por lo que este permanece de forma estable. Su origen aún no está claro, pero si algún día quisiéramos tener allí una base permanente, lugar ideal para estudiar el Sol, esta podría mantenerse por si misma.

7) Un golpe devastador: Todos los planetas, incluida la Tierra, han sufrido grandes impactos. Mercurio no solo no es una expectación, sino que parece que sufrió una colosal. Conocida como Cuenca Caloris, es una de las cuencas de impacto mayores de todo el Sistema Solar, con un diámetro de unos 1.550 km. Justo en sus antípodas se encuentra una zona caótica conocida como Weird Terrain. Aunque no está del todo probado, lo más probable es que tal alineación no sea casual: Las ondas de choque que formó Caloris, después de cruzar todo el planeta, tanto en superficie como a través de el, convergieron en este punto. Eso da idea de la magnitud del cataclismo.

8) Atmósfera: Aunque el término quizás le queda un poco grande, ya que sus átomos están tan separados unos de otro que apenas interactúan entre ellos, Mercurio tiene una ligera cobertura gaseosa, formada según descubrió MESSENGER, por hidrógeno, helio, sodio, potasio y calcio, extraídos de la superficie por el impacto de meteoros y el efecto del viento solar y de meteoros, aunque los dos primeros posiblemente son, al menos, en parte partículas de este último atrapadas por el campo magnético del planeta.

9) Planeta Imán: Y esto último es sorprendente, porque siendo muy pequeño, mucho más que Venus y Marte, tiene un campo magnético en el pleno sentido de la palabra, mucho más tenue que el terrestre, pero formado y activo, mientras que esto dos carecen de el. Aunque existen señales en su movimiento orbital que indican que parte de su núcleo de hierro puedo seguir fundido (requisito para poder generarlo), su origen último, porque el lo tiene y Marte no, sigue sin estar claro.

10) Año nuevo pasado mañana: Mercurio gira muy lentamente sobre si mismo, necesitando 58,7 días terrestres para completar una rotación. Como su año dura 88 días terrestres, estamos ante un lugar donde un año dura menos de 2 días. La expresión "parece que fue ayer" para referirse a algo ocurrido años atrás encajaría muy bien en una hipotética sociedad mercuriana. Aunque confeccionar un calendario laboral sería un problema.

11) Una estrella cambiante: La Tierra tiene una órbita ligeramente elíptica, pero nada comparado con Mercurio, cuya distancia al Sol va de los 46 a los 70 millones de Kilómetros. Para un hipotético habitante (o un explorador intrépido), el tamaño del disco solar será claramente diferente según la época del año.

12) Doble amanecer: Y aún más curioso resultan sus amaneceres dobles, donde el Sol sale, se detiene, se esconde nuevamente casi exactamente por donde salió y luego, 4 días terrestres después, vuelve a salir para continuar su recorrido por el cielo. Algo se solo se puede ver en algunas zonas de Mercurio, aunque en el resto no resulta menos extraño, ya que Sol se detiene unos instantes o incluso  realiza algún giro en el espacio antes de continuar su camino. Es la consecuencia casi mágica de su velocidad orbital, su extraordinariamente elíptica órbita y su lenta velocidad de rotación ya mencionados.

Aproximadamente cuatro días antes del perihelio, la velocidad orbital de Mercurio, que cambia enormemente según la época de su año, iguala su velocidad de rotación, lo que hace que el movimiento aparente del Sol cese. En el perihelio propiamente dicho, la velocidad orbital excede la velocidad rotatoria, lo que explica el movimiento retrógrado del Sol. Cuatro días después del perihelio, el astro rey regresa a su movimiento "normal".

13) Tan cerca, tan lejos: Aunque se encuentra relativamente cerca de nosotros, alcanzarlo, al menos con la tecnología actual, es todo un reto. Sumergido en el pozo gravitatorio del Sol, se mueve mucho más rápido que la Tierra (48 por 30 Kilómetros/Hora), y para alcanzarlo una sonda debe realizar diversas asistencias gravitatorias previas antes de alcanzar las condiciones adecuadas para el encuentro. Eso alarga hasta lo indecible viajar hasta el (Bepi-Colombo, la próxima sonda europea que lo visitará, despegará en 2018 y no logrará entrar en órbita alrededor de Mercurio hasta 2024), mucho más que ir a Marte o incluso a Júpiter y Saturno.

El colosal núcleo de Mercurio, desproporcionado en comparación al propio planeta. Ahora se cree que en parte sigue fundido.

La colosal Cuenca de impacto Caloris, y el "terreno extraño" situado en sus antípodas.

Uno de los grandes descubrimientos de MESSENGER, la existencia de depósitos de agua helada en los polos de Mercurio.

 El desplazamiento del perihelio fue un enigma, que generó la idea de Vulcano como planeta más interno que alteraba su órbita. La Teoría de la Relatividad permitió explicarlo sin el. En realidad ocurre en todos los planetas, pero en Mercurio este fenómeno es más intenso.

Aunque mucho más débil que el terrestre, Mercurio cuenta con un campo magnético digno de ese nombre. Venus y Marte no pueden decir lo mismo.

Mercurio cuenta con una muy, pero que muy tenue atmósfera. Y por ello, también de una larga cola de unos 2 millones de Km de longitud en dirección contraria al Sol.

"Escarpes lobulados", señales de un Mercurio que se encogió con el tiempo.
 
Dobles amaneceres. Un regalo celeste fruto de su sus características orbitales únicas.

Curiosidades sobre Mercurio que todo el mundo debería conocer

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