Ya lo tenemos aquí. Después de una larga espera desde que se anunciara que la NASA lanzaría un nuevo rover en 2020, basándose en el diseño y reutilizando muchos de los equipos "sobrantes" del primero para sacar partido de la experiencia adquirida y, quizás más importante, reducir el presupuesto necesario después de los sobrecostes sufiridos por su antecesor, finalmente sabemos ya el instrumental con el que afrontará el reto principal de esta nueva misión marciana, en esta ocasión ya centrada en la búsqueda de vida (más exactamente de biomarcadores, lás señales químicas que esta podría haber dejado tiempo atrás), aunque no es su único objetivo.
Con un presupuesto de 1.900 Millones de Dólares (600 menos que Curiosity), 130 de ellos están dedicados al instrumental, en total 7 seleccionados entre las 58 propuestas presentadas. Los "7 magníficos" que deberán, además de avanzar en nuestro conocimiento geológico del planeta, su clima y los posibilidades reales de que misiones tripuladas puedan poner su pie en la superficie y extraer de ellas los recursos necesarios, darnos una respuesta, quizás no definitiva pero si bastante clara, sobre la gran pregunta: ¿Existió en algún momento del pasado vida en Marte?
1) SHERLOC (Scanning Habitable Environments with Raman & Luminescence for Organics and Chemicals): Una de las estrellas de esta misión, al ser, precisamente, la clave en la búsqueda de biomarcadores. Utilizará un láser ultravioleta (248,6 nanómetros de longitud de onda) tanto para determinar la presencia de minerales concretos como para "excitar" las posibles moléculas orgánicas que estén presentes en las muestras, lo que permitirá detectarlas mediante un espectrómetro Raman y de fluorescencia, el primero que se envía a Marte. Su trabajo se complementará con los resultados de PIXL.
2) PIXL (Planetary Instrument for X-ray Lithochemistry): Un espectrómetro de fluorescencia de Rayos X (excita una sustancias mediante rayos X para luego estudiar su espectro de fluorescencia) que también contendrá un reproductor de imágenes de alta resolución, y que podrá determinar la composición química elemental de la superficie marciana a la escala de posibles formas de vida bacterianas. Se espera que su trabajo en equipo con SHERLOC, cuyos resultados permitirán incluso validar el del otro de forma rápida, sea la clave que permite descubrimientos trascendentales. En el tendrá una especial contribución del Centre National d’Etudes Spatiales,Institut de Recherche en Astrophysique et Plane’tologie (CNES/IRAP), Francia.
3) Mastcam-Z: El sistema óptico del rover, con un diseño idéntico al las cámaras panorámicas y estereoscópicas Mastcam de Curiosity, pero mejoradas con la capacidad de hacer zoom en color (3,6:1) sobre el paisaje, lo que le permitirá revelar elementos de apenas unos milímetros alrededor del vehículo o de apenas 3-4 metros hasta 100 Metros de distancia. Además de su apoyo a la navegación, que será más rápida y agil que con Curiosity, también determinará la mineralogía de la superficie marciana.
4) SuperCam: Una versión mejorada de la ChemCam de Curiosity. Al igual que esta, estará dotado de un láser capaz de volatilizar material de cualquier roca situada a cierta distancia y analizar su composición a partir del espectro de la luz emeitda por el plasma resultante, pero dotado de un potente equipo formado por un espectrómetro Raman y un espectrómetro infrarrojo y visible, será capaz de detectar sustancias orgánicas complejas. Se le podría considerar el tercer pilar, junto con SHERLOC y PIXEL, en la búsqueda de biomarcadores.
5) RIMFAX (Radar Imager for Mars’ Subsurface Exploration): Replicando lo que ya hacen desde la órbita sondas como la Mars Express y MRO, pero en esta ocasión desde la propia superficie. Se espera que pueda llegar hasta los 500 Metros de profundidad y develar detalles del orden de Centímetros. Será construido por el Forsvarets Forskning Institute, Noruega.
6) MEDA (Mars Environmental Dynamics Analyzer): El sucesor de la estación meteorológica REMS, y como ella construida en España, por el Centro de Astrobiologia, Instituto Nacional de Tecnica Aeroespacial. Nos dará datos sobre temperatura, humedad, presión atmosférica y el viento de la superficie, en este último caso mediante 3 sensores, quizás para evitar que se repita lo ocurrido con su antecesor, donde uno de sus 2 sensores se estropeó durante el aterrizaje, haciendo que sus datos sean poco fiables. Ahora se dispondrá de un margen de seguridad. También incluirá un láser LIDAR para determinar la cantidad de aerosoles que hay en la atmósfera marciana.
7) MOXIE (Mars Oxygen ISRU Experiment): ¿Es posible extraer del propio planeta los recursos necesarios para mantener una misión tripulada a Marte? Es una de las claves para que algo así sea posible, ya que permitiría reducir la cantidad de suministros necesarios (es decir, masa y espacio) que debería transportar una expedición humana. MOXIE pondrá a prueba una técnica para generar Oxígeno a partir del Dióxido de Carbono de la atmósfera marciana, a un ritmo estimado de 0,015 kg cada hora.
La masa total es de unos 45 Kg, lejos de los 75 de Curiosity, un descenso debido a la ausencia de instrumentos pesados como los laboratorios SAM o CheMin, ya que Curiosity 2.0 (a la espera de su nombre oficial) tendrá la capacida de realizar análisis directamente sobre los objetivos, reduciendo enormemente el tiempo necesario y por ello avanzar con mayor rapidez. En contrapartida no dispone de un medio para extraer muestras a gran profundidad (1 Metro), protegidas del hostil medio exterior, lo que limita bastante los potenciales descubrimientos, y en su lugar dispondrá de un sistema de abrasión parecido al que actualmente sigue utilizando Opportunity, que limpiará la superficie de los objetivos de su capa superior antes de inciar su análisis.
Uno de los elementos más extraños de los que se equipará este rover es un sistema de perforación capaz de taladrar las rocas y guardar hasta 31 muestras de núcleos prístinos en un contenedor especial. Una concesión a la insistencia de los científicos en una misión de extracción de muestras y regreso a La Tierra para su análisis en laboratorios terrestres, pero de utilizdad dudosa, ya que se basa en que, en un futuro, una nueva misión robótica llegue hasta el rover, las recupere y las traiga a nuestro planeta, algo para lo cual actualmente no hay presupuesto asignado. Una de esas cosas extrañas con la que la NASA nos sorprende en ocasiones, ocupando espacio, masa y presupuesto en algo de utilidad científica como mínimo dudosa.
Dotado, al igual de Curiosity, de generadores de radioisótopos (RTG) como fuente de energía, y por ello previsiblemente de una larga vida activa, aterrizará utilizando el mismo sistema de "grua aérea" de su predecesor, en un lugar aún no seleccionado, aunque posiblemente será uno de los que, en su momento, quedaron descartados en beneficio del cráter Gale. Y casi tan importante, permitirá mantener activo un programa de exploración de Marte que en su momento parecía no tener un futuro más allá de Curiosity y MAVEN, y que ahora, con esta misión y la prevista InSight (2016), a la que se le suma la ExoMars europea, la sonda india Mangalyaan y posiblemente alguna sorpresa de China, parece estar de nuevo en plena forma.
En definitiva un rover ambicioso y bién equipado, aunque se encuentran en falta cosas como la capacidad de detectar vida directamente (en caso de existir hoy día), descartado por razones de presupuesto, aunque la opción de los biomarcadores, más accesibles y capaces de delatar la vida no solo presente sino pasada, ofrece también grandes posibilidades, solo limitadas por centrarse en la superficie en lugar de intentar alcanzar capas del subsuelo. Los equilibrios presupuestarios necesarios para poder tener luz verde a este proyecto en un momento delicado a la hora de conseguir financiación explican el que quizás no sea todo lo que habria podido ser, aunque potencialmente podría ser suficiente para responder a esa pregunta transcendental.¿Existe o existió vida en Marte?. En 2021 tendremos la respuesta.
Los instrumentos de los que dispondrá este nuevo rover, "los 7 magníficos" que deberán avanzar en nuestro conocimiento de Marte, poner las primeras bases para una misión tripulada, y especialmente encontrar evidencias de vida.
Heredero directo de Curiosity, este nuevo rover utilizará el mismo sistema de aterrizaje que su predecesor, con la ventaja de disponer de una experiencia que en ese momento no se tenía. Ahora mismo, aunque aún en una fase muy inicial, ya se encuentra en construcción.
La parte más discutible de la misión, una operación de recogida de muestras para una futura recuperación por una misión que ni tan solo parece probable que exista en un futuro a próximo o medio plazo.
Elemental, querido PIXL.
NASA Selects 7 Science Instruments for its Next Mars Rover
NASA's Next Mars Rover to Collect Martian Samples, Carry Lasers
Es la era dorada de Marte , la cantidad de misiones pasadas , presente y futuras así lo indican , hasta China en cualquier momento lo hará , la pregunta que me hago es si con tanto avance científico y tecnológico permitirá la llegada del hombre a Marte antes del año 2040 ...
ResponderEliminarEso último es más voluntad política (es decir, presupuesto) que tema de medios tecnológicos, de los que creo que tenemos suficiente para afrontar algo así desde hace tiempo.
ResponderEliminarTOTALMENTE DE ACUERDO .
ResponderEliminarQue lo envíen a una zona cercana a los polos pues casi todas las misiones las envían a la zona ecuatorial.
ResponderEliminarEl problema es que las zonas polares son mucho más extremas rtérmicamente hablando que las ecuatoriales, ya de por si duras, y sus noches polares, que como en La Tierra duran semanas, sería dificil de aguantar incluso para un vehículo dotado de generadores nucleares, como es el caso.
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