miércoles, enero 08, 2014

Las tormentosas estrellas que no fueron

El telescopio espacial Spitzer revela la presencia de grandes nubes tormentosas en Enanas Marrones.

Conforman el eslabón intermedio entre los grandes planetas gaseosos, como es el caso de Júpiter, y las estrellas, cuerpos gaseosos que dieron sus primeros pasos par convertirse en estas últimas pero que les faltó la masa suficiente para iniciar y mantener reacciones de fusión estables de Hidrógeno en su núcleo. Solo débiles y temporales reacciones de fusión con isótopos como el Deuterio, que no necesitan altas temperaturas para ello, les dieron parte de la luz y calor de su juventud, un tenue eco de lo que pudo ser y no fue destinado a apagarse con el tiempo, aunque muchas de ellas sigue brillando durante bastante tiempo con notable fuerza en el espectro infrarrojo a medida que van radiando ese calor residual.

Así son las conocidas como Enanas Marrones, enormes esferas de gas de entre 13 y 75-80 veces la masa de Júpiter, demasiado baja para que estas semillas estelares llegaran a dar sus frutos. Estrellas "fallidas" que muestran que también a escala cósmica las cosas no funcionan con la precisión que podemos pensar, y que muchos procesos en ocasiones acaban entrando en un callejón sin salida. Aquellas estrellas jóvenes que vemos brillar mientras surgen de la nube de gas y polvo que las vio nacer son solo una parte del total que iniciaron su proceso de gestación, las "ganadoras" de la carrera entre hermanas por absorber el suficiente material para encender su corazón. Muchas se quedan en el camino, convirtiéndose en este tipo de objetos, ni planetas ni estrellas, pero al mismo tiempo con un poco de ambos reinos.

Esta curiosa posición intermedia las convierte en interesantes objetivos de estudio astronómico, tanto por su naturaleza de estrellas fallidas como forma de comprender mejor a sus "hermanos pequeños", los planetas gaseosos, y la meteorología que domina sus atmósferas, dificil de ver bajo el resplandor de sus respectivos soles. Por ello telescopios infrarrojos como el Spitzer (ya que las Enanas Marrones brillan sobretodo en esta parte del espectro) las buscan y estudian con frecuencia, siendo este último, dentro del programa "Weather on Other Worlds" quién nos desvela ahora una faceta poco conocida de estos mundos estelares.

Spitzer observó unos 44 Enanas Marrones a medida que giran sobre su eje para un máximo de 20 horas. Dado que estudios previos habían indicado que algunas de ellas podían tener un tiempo turbulento los científicos esperaban ver como una pequeña fracción de estas mostraban variaciones de brillo con el tiempo, indicando la presencia de nubes. Sin embargo, para su sorpresa, la mitad de ellas mostró dichas variaciones, lo que tomando en cuenta de que la mitad de los objetos podrían orientarse en una forma tal que sus tormentas estarían siempre ocultas a la vista y que no cambia, significa que indican que la mayoría, si no todas, están azotadas por una gran actividad tormentosa.

¿Como serían estas tormentas, desatadas sobre la superficie de lo que debería haber sido una estrella y que aún, en muchos casos, aún con temperaturas que pueden llegar a los 2.000 Cº? Los científicos imagina un escenario de tormentas torrenciales, acompañados de fuertes vientos y, posiblemente, un aparato eléctrico más violento que el que podemos encontrar en Júpiter o cualquier otro planeta en nuestro sistema solar. Sin embargo, las Enanas Marrones, al menos las estudiadas hasta ahora, son demasiado calor para permitir la existencia de agua líquida, por lo que en su lugar los astrónomos creen que las precipitaciones, así como las propias nubes, estarían formadas de arena caliente, hierro fundido o sales.

Un escenario extraño realmente digno de un Universo lleno de lugares extraños. Tormentas sobre la superficie de mundos que soñaron con ser estrellas, rugiendo furiosas sobre superficies que aún emiten el suficiente calor para que las veamos brillar en el infrarrojo, quizás sumidas en una tenue luz rojiza. Cuantas cosas increíbles por descubrir.

Enanas Marrones, las estrellas que no fueron.

La posición de diversas Enanas Marrones localizadas por Spitzer con respecto al Sol, que se encuentra en el punto donde convergen todas las líneas en esta simulación que nos coloca a 100 años-luz de distancia.

Las variaciones de brillo observados tanto por el Hubble como el Spitzer en la Enana Marron 2MASSJ22282889-431026. Este objeto gira sobre si mismo una vez cada 1.4 Horas, por lo que estos cambios reflejan los patrones atmosféricos existentes en ella.

Spitzer, 10 años iluminando la oscuridad. 

Stormy Stars? NASA's Spitzer Probes Weather on Brown Dwarfs

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