sábado, marzo 09, 2013

El karma orbital

Un fragmento de basura espacial de origen chino dejó fuera de servicio el pequeño satélite ruso BLITS.

En 2007 se cometió uno de los mayores errores de la historia de la carrera espacial, que tuvo como protagonista a la pujante potencia China y su clara intención de demostrar no solo su capacidad en acceder a la órbita terrestre, sino también de interceptar y destruir los satélites espias de una potencia enemiga en caso de una hipotética confrontación. No es difícil imaginar el nombre de este enemigo potencial.

Para ello China utilizó el satélite meteorológico Fengyun 1C como blanco y ese año lo destruyó utilizando un proyectil cinético lanzado desde el Xichang Satellite Launch Center, logrando así igualar a los EEUU, que en 1985 hizo lo mismo con el satélite P78-1. Un éxito de propaganda pero que tuvo consecuencias para el futuro, ya que el problema de la basura espacial no hizo otra cosa que aumentar con los inumerables fragmentos generados, que se añadieron a la amplia población ya existente. Moverse en la órbita baja terrestre se hizo más complicado, y aunque los objetos de cierto tamaño se pueden seguir desde la superficie (lo que permite a la ISS cambiar su altura siempre que existe potenciales amenazas) existen muchos más extremadamente pequeños, en realidad insignificantes, pero que la alta velocidad con la que se desplazan convierten en auténticos proyectiles.

Tarde o temprano alguno de ellos tendría que dar problemas y este momento ocurrió el pasado 22 de Enero, cuando al parecer un pequeño fragmento de Fengyun 1C impactó contra el pequeño satélite ruso BLITS (Ball Lens In The Space), algo que los encargados de la misión detectaron 5 días más tarde, cuando observaron un cambio de 120 metros en la altura de su órbita, además de hacerlo girar de forma descontrolada. Aunque no fue destruido, ya que el "proyectil" era extremadamente pequeño, con una masa estimada de apenas 0,075 gramos, la velocidad de colisión, de unos 6,27 km/s, le dieron suficiente energía para dañarlo de forma irreparable.

No se trata de un evento de gran magnitud, como lo fue la colisión entre los satélites Iridium 33 y el Kosmos 2251, pero si una nueva advertencia sobre el peligro que representa la basura espacial y la necesidad, no solo pasivas (protección y seguimiento), de afrontar este problema con claridad y decisión. Y esto empieza con tener una inteligente visión a medio y largo que impida realizar actos que, inevitablemente, siempre tendrán sus consecuencias.

Infografía: FENGYUN 1C y BLITS.

Cuando los caminos se encuentran. La colisión y posteriores consecuencias.

La prueba anti-satélite China de 2007 dejó una nube de fragmentos que no dejó de extenderse a lo largo del tiempo. Aunque muchos fragmentos pueden seguirse y están bajo control otros son demasiado pequeños pero igualmente peligrosos.

BLITS (Ball Lens In The Space), un nanosatélite ñanzado en 2009 diseñado para ser una superficie reflectante para rayos láser incidentes y realizar así estudios geofísicos de la Tierra, con una precisión de 0.1 Milímetros. La rotación descontrolada causada por el impacto lo ha inutilizado por completo.

El aumento de los cuerpos en órbita terrestre desde los inicios de la carrera espacial. Podemos observar un claro y repentino aumento en 2007, fruto de la destrucción de Fengyun 1C.

Chatarra espacial china 1, satélites rusos 0

Chinese Space Debris Collides with Russian Satellite

Russian Satellite Hit By Chinese Debris Highlights Space Junk Threat

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