El telescopio espacial Herschel nos muestra las regiones de la vecina galaxia de Andrómeda en las que se están formando nuevas estrellas. El presente brilla con la furia de miles de millones de soles, mientras el futuro espera en la oscuridad de las grandes nubes de polvo y gas. De esta forma algo poética que se podría resumir la vida en una galaxia activa, donde el motor que debe dar forma a nuevas estrellas que tomen el lugar de aquellas que se encuentran al final de su vida o han desaparecido ya en la noche cósmica sigue en funcionamiento, quizás lejos de lo que fueron durante durante su formación, pero conservando aún algo de ese fuego inicial. Nosotros vivimos en la llamada, por su aspecto en el firmamento terrestre, Vía Láctea, pero precisamente por estar en su interior estudiarla en su conjunto sea extremadamente dificil, y hace que, lo que no deja de ser curioso, la conozcamos menos que cualquier otra galaxia al alcance de nuestros instrumentos. Y es precisamente mirando hacia el exterior donde buscamos pistas para entender nuestro propio hogar. En este esfuerzo Andrómeda es un objetivo prioritario de estudio, ya que su gran tamaño, con una población estelar, según los últimos cálculos, de 1 Billón de estrellas (la Vía Láctea dispone de entre 200 y 400.000 Millones), el tener una estructura espiral como la nuestra y su cercanía (2.5 Millones de años-luz, la más cercana sin contar con las diversas galaxias satélites) la convierten en el cuerpo ideal para los astrónomos terrestres, que la llevan estudiando en profundidad desde que en 1925 se confirmó su naturaleza galáctica, acabando con la idea de que la Vía Láctea era la única galaxia del Universo. Las últimas imágenes del telescopio espacial europeo Herschel nos lleva de nuevo hacia esta vecina galáctica, mostrando, con su capacidad de observar el Universo en el infrarrojo lejano, sus zonas zonas más frías, apenas a unas décimas de grado por encima del cero absoluto, y que corresponde a la fría mezcla de polvo y gas interestelar que conforman las oscuras nubes de las que surgirán nuevas estrellas, mostrando una compleja estructura en la que las regiones de formación de
estrellas se organizan a lo largo de brazos en espiral y de, como mínimo, 5 anillos concéntricos, que se intercalan con bandas oscuras sin
actividad. ¿Algo parecido a lo que un hipotético habitante de Andrómeda vería al observarnos a nosotros?
Todas las amplias zonas que vemos en la imágen, aquí coloreadas en rojo para resaltarlas más, son el futuro de Andrómeda, el lugar donde nuevas generaciones estelares están naciendo y lo seguirán haciendo en un futuro lejano, cuando incluso nuestro Sol sea ya una pequeña Enana Roja, enfriándose lentamente. Una garantía de que nuestra compañera galáctica seguirá brillando como ahora durante mucho, mucho tiempo, hasta el día, dentro de unos estimados 3.500 millones de años, en que el tanto ella como la Vía Láctea, se fundan en una sola.
Un trabajo combinado entre imágenes en luz visible, infrarrojo lejano y Rayos-X (XMM-Newton), permite situar mejor donde nacen las estrellas así donde las más masivas están llegan al final de su vida.
Andrómeda en diferentes frecuencias del espectro.
Herschel, con su espejo principal de 3.5 Metros de diámetro, es el mayor telescopio espaciao actualmente en servicio, lanzado el 14 de Mayo de 2009 y situado a 1,5 millones de km de la Tierra, en el segundo de los puntos de Lagrange del sistema Tierra-Sol. Esta especializado en el espectro infrarrojo lejano.
Los datos de Kepler permiten realizar una primera estimación de la población planetaria de nuestra galaxia.
¿Cuantos mundos existen en la Vía Láctea? Y cuantos de ellos de un tamaño parecido a La Tierra? El telescopio espacial Kepler nos está ofreciendo el que podemos considerar el primer destello de la realidad que se esconde entre las estrellas, una mirada muy limitada, que abarca solo una pequeña zona de la Galaxia y, dentro de ella, solo sacando a la luz a aquellos cuya posición orbital les hace cruzar por delante del disco de su estrella desde el punto de vista terrestre, posiblemente solo una pequeña fracción del total. Y pese a ello sus descubrimientos, entre confirmados y candidatos, ya se cuentan por varios miles.
Suficientes para que los astrónomos hayan podido realizar una primera extrapolación, partiendo de lo descubierto por Kepler, de la posible población de "Tierras" que podrían habitar nuestra galaxia...en un número que desafía la imaginación, ya que se elevaría hasta la asombrosa cífra de 17.000 millones. Estaríamos hablando de cuerpos planetarios de un tamaño parecido, lo que no implica necesariamente que dicho parecido vaya más allá, como nos demuestra nuestro vecino Venus, igual en tamaño a nuestro planeta pero totalmente opuesto a ella en sus condiciones ambientales, pero solo que una fracción de un 1% si lo fuera ya significaría millones de Tierras en el amplio sentido de la palabra.
Ampliando un poco más este estudio, encontramos que las Super-Tierras y los mundos tipo Neptuno, serían los muy habituales, estando presentes en 1 de cada 4 estrellas, seguidos por mundos como La Tierra, que podrían encontrar en un 17% del total de la población estelar. En el otro extremo los gigantes gaseosos tipo Júpiter y parecidos, que fueron los primeros en ser detectados y hasta ahora parecían los más comunes serían en realidad extremadamente raros, solo presentes en el 3% del total de estrellas. Detrás de ellos, como ahora estamos descubriendo, se escondía una realidad asombrosa.
En conjunto son unos cálculos que no hay que tomar de forma literal, ya que se trata de una simple proyección a partir de lo ya conocido, que no deja de ser una gota de agua en un inmenso océano, pero si parece nser lo suficientemente sólidos como para considerarlos una visión orientativa. Y, como anticiparon muchas obras de ciencia-ficción, la Vía Láctea parece vibrar con una población planetaria que desafía nuestra imaginación.
La pequeña región observada por Kepler de forma continua, buscando cualquier señal de descenso en la luz de alguna de las 100.000 estrellas que mantiene bajo vigilancia que delante el paso de algún planeta entre ellas y La Tierra. Evidentemente solo aquellos cuyo plano orbital esté en la posición correcta serán visibles, lo que implica que hay muchos más de los descubiertos escondidos entre ellas.
A principios de 2011 la lista de candidatos a planeta ya eran tan numerosos que llenaban los ojos de Kepler. Hoy día, a principios de 2013, su número es todavía muy superior. La Vía Láctea parece estar llena de infinitos mundos.
El 15 de Febrero el asteroide 2012 DA14 tendrá una cita con La Tierra, pasando más cerca que los satélites geoestacionarios. No fue hasta la década de los 90 cuando se inició un programa de observación permanente del firmamento en busca de asteroides que ahora o en el futuro pudiera representar una amenaza para La Tierra, conocido como el Near Earth Object Program de la NASA. Aunque con unos medios algo limitados representa el primer esfuerzo real para controlar la amplia familia de pequeños cuerpos celestes cuyas órbitas, tarde o temprano, los llevan cerca de nuestro planeta, que en algunos casos a la largo de la historia implicó finalmente una trayectoria de colisión, como nos recuerda lugares como el gran cráter de Arizona, la gigantesca huella del Yucatán o el acontecimiento de Tunguska de 1908. Representan una amenaza constante ante la cual nunca se puede bajar la guardia, y que tendrá el próximo 15 de Febrero un nuevo episodio con la llegada de 2012 DA14, un asteroide de unos 50 metros de diámetro que realizará el pase más cercano a La Tierra desde que se iniciara el Near Earth Object Program, colocándose a solo aproximadamente 26.000 Kilómetros de la superficie terrestre durante unos instantes antes de alejarse nuevamente. Es decir que pasará entre la órbita geoestacionaria, donde se encuentran la mayor parte de los satélites meteorológicos y de comunicación, a unos 35.786 Kilómetros de altura, y el exterior, si es que no entra en ella, de la llamada órbita media, hogar de muchos otros satélites. Aunque no existe riesgo de colisión con La Tierra y la posibilidad de que lo haga con algún satélite es casi nula la NASA no dejará pasar la oportunidad para estudiarlo a fondo mediante la antena de Goldstone en el desierto de Mojave, cuyas señales de radar enviadas hacia 2012 DA14 y el eco resultante permitirán desvelar numerosas características tanto físicas como orbitales de este cuerpo celeste del que sabemos muy poco, ya que fue descubierto recientemente, el 22 de Febrero de 2012, por parte del Observatorio Astronómico Español de La Sagra. Todos estos datos permitirán realizar mejores cálculos sobre futuros encuentros. Será un encuentro fugaz, que tendrá su momento cumbre a 19:26 UTC, cuando su brillo llegará a una magnitud 7, justo por debajo de la visión a simple vista, y 4 minutos después posiblemente entre en la sombra de La Tierra durante 18 minutos antes de reaparecer. Para entonces su resplandor ya se irá apagando rápidamente a medida que se aleje con la misma rapidez con la cual se aproximó. Un nuevo peligro habrá pasado de largo.
La trayectoria de 2012 DA14, que como podemos ver cruzará la órbita geoestacionaria y podría rozar la zona donde se encuentran los satélites de órbita media antes de alejarse de nuevo.
Una simulación informática del encuentro con 2012 DA14 desde el punto de vista de este asteroide.
Secuencia de 3 imágenes tomadas por los telescopios róboticos del Observatorio de La Sagra que permite observar el movimiento de 2012 DA14.
La órbita de 2012 DA14 con respecto a La Tierra.
El gran cráter de Arizona, de 1200 metros de diámetro y 170 de profundidad. Se estima que la fuerza explosiva que lo formó hace unos 50.000 años, equivalente a 2.5 megatones, fue resultado del impacto de un asteroide de un tamaño parecido a 2012 DA14. Record Setting Asteroid Flyby
Curiosity toma sus primeras imágenes nocturnas. La noche en La Tierra, horas de oscuridad, estrellas y un ambiente casi místico, donde la realidad y la imaginación de mezclan de una forma casi indivisible. Es así en nuestro planeta y sin duda también en otros mundos, algo que quizás podrán ver directamente los futuros exploradores humanos que algún día pongan su pie en ellos, el primer de los cuales podemos estar seguros que será Marte, convertido por su cercanía y su evidente parecido con nuestro planeta en el gran objetivo. Las diversas misiones que han aterrizado en el planeta rojo nos han ofrecido pequeños destellos de la noche marciana, destacando especialmente losde Spirit y Opportunity, que sacando partido de los momentos donde las reservas de energía era lo suficientemente altas como para permitir tomar imágenes nocturnas, un auténtico desafío para ingenios de viven de la luz solar, nos ofrecieron la posibilidad de ver a las 2 lunas marcianas moverse por el firmamento marciano, moviéndose entre constelaciones familiares. Curiosity, que dispone de un suministro de energía constante gracias a sus generadores de radioisótopos y un sistema óptico superior, también nos ofrecerá con el tiempo fascinantes visiones de la noche marciana. Pero con una diferencia importante, y es el estar dotado de un sistema de luces LEDs (Light Emitting Diodes) integrado en el brazo robótico junto a la cámara MAHLI y que tiene como objetivo permitir a esta última estudiar en detalle la superficie incluso en las horas de mayor oscuridad nocturna, tanto en luz visible como en ultravioleta. Esto último resulta especialmente interesante, ya que algunos minerales muestran una cierta fluorescencia cuando incide sobre ellos rayos ultravioletas, al igual que cierto tipo de compuestos orgánicos, siendo por tanto un tipo de exploración científica solo posible en la oscuridad de la noche. Lejos de ser algo decorativo estas luces tienen un objetivo, como casi todo lo que se incluyó en este enorme vehículo. Durante Sol 165 (22 de Enero) las LEDs de Curiosity iluminaron por primera vez la noche marciana, teniendo como objetivo principal un punto llamado Sayunei, situado en ese momento junto a la rueda delantera izquierda y que poco antes había "sufrido" el paso de esta por encima, una operación destinada a romper algunas partes para dejar al descubiero material interno. Especialmente en el espectro Ultravioleta los "brillantes ojos" de MAHLI ofrecieron datos extremadamente interesantes que se siguen analizando.
A este primer encendido le seguirán muchos otros, nuevos destellos de luz en la oscuridad. Quizás un pequeño anticipo de un futuro por llegar, cuando la Humanidad ponga definitivamente el pie sobre la superficie de Marte.
La tabla de calibración, iluminada con luz visible y en luz ultravioleta. En este último caso podemos observar como una de las placas superiores presenta un pequeño brillo fluorescente.
Sayunei bajo la luz de las LEDs de MAHLI, observado en plena noche.
Sayunei bajo la luz Ultravioleta.
Las LEDs de MAHLI encendidas durante las primeras pruebas y vistas por la cámara MastCam. La propia MAHLI estaba cubierta en ese momento de su tapa protectora, de ahí el tono rojizo. Mars Rover Curiosity Uses Arm Camera at Night
Los grandes meteoros han estado presentes durante toda la historia de la Humanidad, en ocasiones tan brillantes y atemorizantes que sin duda han tenido su papel en muchos de los mitos y leyendas que llenan la historia de tantas y tantas culturas. Hoy día la amplia profusión de medios audiovisuales, al alcance de casi todos, y la rapidez con la que se extienden las noticias gracias a internet hace que sepamos casi al instante cuando uno de estos bólidos cruza por los cielos de este planeta, pero hasta hace unas pocas décadas solo se podía contar con las descripciones de los testigos para dar forma a una imagen aproximada de lo que había sucedido y como se habia desarrollado el fenómeno. Una información tan lenta en expandirse como limitada en el numero de personas a las que llegaba finalmente. Este es el caso del gran meteoro que en Diciembre de 1944, mientras la Humanidad se encontraba aun inmersa en la segunda guerra mundial, cruzó de forma espectacular los cielos del centro de Africa en pleno día...sin cámaras que pudieran inmortalizarlo solo perduró en la memoria de quienes lo vivieron, que no fueron demasiados. Uno de esos pocos fue Norman Appleton, que recordó toda la vida ese día, cuando una gigantesca bola de humo y fuego cruzó ante sus ojos...años después, como miembro del Guild of Aviation Artists, plasmaría su visión en este maravilloso dibujo, el predecesor de las futuras fotografías y videos.
Aunque no podemos saber si encaja exactamente con lo observado, ya que el paso del tiempo afecta la forma en que recordamos las cosas, en ocasiones exagerando lo ocurrido sin que nos demos cuenta, es indudable que debió ser un espectáculo notable si se pudo observar en pleno día.
Estamos en el 9ª aniversario de la llegada de Opportunity a Marte, con una amplia lista de logros tanto científicos, con su colosal legado de datos e imágenes, como técnicos, desde las paulatinas mejoras de su software como el hecho mismo de su supervivencia, superando todas las espectativas y demostrando una vez más el magnífico trabajo de quienes lo construyeron, tanto a el como a su hermano Spirit.
Más de 3.200 días marcianos es realmente mucho tiempo, casi 5 años de Marte, el suficiente para haber cubierto una distancia asombrosa, especialmente si se tiene en cuenta que en principio solo se esperaba de 1 o 2 Kilómetros, suficiente para estar cerca de recibir el honorífico titulo del mayor explorador de otro mundo. Falta poco, pero aun quedan otros 2 por delante, entre ellos otro rover como el y, en este aspecto, su lejano antepasado. A día de hoy el LunoKhod 2 soviético sigue siendo el numero 1, gracias a los 37 Kilómetros que en 1973 recorrió sobre la superficie lunar desde su punto de aterrizaje en el cráter Le Monnier, una cifra que Opportunity tiene ya cerca. Hay que tener en cuenta, pero, que el rover lunar lo hizo en apenas 6 meses, desde Enero hasta Junio de ese mismo año (cuando se dió por perdido de forma definitiva) gracias a que se podía controlar directamente desde La Tierra. Los vehículos de transporte que viajaron en los Apolo 15, 16 y 17, conocidos popularmente como Moon Buggy, ocupan el 2º, 4º y 5º lugar de esta lista de la fama, y permitieron a las tripulaciones de estas 3 misiones lunares recorrer grandes distancias y explorar una zona mucho más amplia de lo que habían podido hacer sus predecesores. Fueron transportado en forma compacta, desplegados ya en la superficie selenita, y se quedaron en ella una vez aquellos que los utilizaron volvieron a La Tierra.
Los 2 siguientes pueden considerarse los "hermanos" de los dos primeros, ya que se trata del soviético LunoKhod 1 y Spirit, que han quedado un poco a la sombra de LunoKhod 2 y Opportunity a pesar de que en ambos casos alcanzaron también las metas previstas y superaron las expectativas. El 8º lugar es para el pequeño Soujurne, que viajó a bordo de la Mars Patfhinder, limitado en sus movimientos (los 500 metros corresponden en realidad a lo máximo que podría haberse alejado de la sonda sin perder el contacto) pero que tendrá para siempre el honor de haber sido el primer rover que realmente recorrió la superficie de Marte, preparando el camino para todos los que le siguieron. Y entre ellos Curiosity, el último de esta lista honorífica aunque destinado a ir escalando posiciones a medida que pasen los años. Opportunityse encuentra actualmente a solo 1.500 metros de alcanzar a LunoKhod 1, una distancia que en el momento de su llegada parecía enorme pero actualmente, después de haber recorrido 35.460, parece al alcance de su mano, aunque centrado como se encuentra en el estudio de la extraodinaria zona conocida como Matijevic Hill, el momento podría aún retrasarse un poco. Las puertas del Olimpo deberán esperar un poco más.
Las LunoKhods marcaron, junto el retorno de muestras a La Tierra, al cumbre del esfuerzo soviético en La Luna.
Conocidos como Moon Buggy estos vehículos permitieron a los tripulantes de las últimas tres misiones Apolo recorrer distancias totalmente fuera del alcance de sus predecesores.
Las MERS fueron un proyecto doble posible gracias a la especialmente favorable ventana de lanzamiento de 2003. Aunque Spirit dejó de funcionar hace tiempo, Opportunity sigue en activo y realizando descubrimientos extraodinarios. Si nada ocurre esta destinado a ocupar el lugar de la LunoKhod 1.
El increible viaje de Opportunity desde el cráter Victoria hasta Endeavour.
La pequeña Soujurne formaba parte del proyecto Mars Pathfinder, una misión de bajo presupuesto con un sistema de aterrizaje revolucionario y en cuyo éxito, ya que muchos, incluido dentro de la NASA, temían lo peor, tomó a muchos por sorpresa. El rover, que no podía alejarse de la sonda ya que dependía de ella para comunicarse con La Tierra, cumplió y superó las espectativas sentando las bases del proyecto MERS.
Mars Reconnaissance Orbiter nos muestra con detalle el efecto de los "Geisers" marcianos, expulsiones súbitas de gas debido a la sublimación del hielo carbónico. Marte suele ser un lugar bastante tranquilo, donde solo las grandes tormentas de polvo y los Dust Devil rompen la lógica monotonía de un mundo donde la actividad tectónica y meteorológica, al menos si la comparamos con la terrestre, hace tiempo que se convirtió en un recuerdo, un eco lejano. Sin embargo, para un hipotético futuro explorador humano, visitar cualquiera de las zonas polares en el momento en que el Invierno deja paso a la Primavera podría convertirse en una experiencia inolvidable, puede que incluso peligrosa, lo suficiente para darse cuenta de que el planeta rojo no es tan calmado como se podría haber imaginado. Sería la veterana Mars Odyssey, con su cámara Themis (Thermal Emission Imaging System) la que daría las pistas definitivas sobre la naturaleza de lo que tanto ella como sondas anteriores, como la Mars Global Surveyor, estaban viendo en algunas zonas polares de Marte, que con la llegada de temperaturas más cálidas, se cubrían de extrañas formaciones de tonos oscuros que posteriormente desaparecían en Verano. Y esta no podía ser más espectacular, ya que se trataban de grandes erupciones de gas carbónico, auténticos geisers que rompían la cubierta aún helada y escapaban hacia el exterior, arrastrando con ellas grandes cantidades de polvo que quedaba sobre la superficie, en ocasiones después de haber sido arrastrado por los vientos dominantes. Un fenómeno espectacular que parece tener su motor en la forma en que la cubierta de hielo carbónico se sublima al aumentar las temperaturas, ya que esta no ocurre primero en la blanca superficie sino en la que se encuentra con contacto con el oscuro suelo sobre el que se deposita al llegar el Invierno, ya que este se calienta más rápidamente. El gas que se va acumulando, finalmente, rompe la cubierta externa y sale al exterior de forma violenta, puede que incluso explosiva. Pasear por uno de los Polos marcianos en Primavera, como vemos, no sería muy seguro.
La Mars Reconnaissance Orbiter, con su extraordinario sistema óptico HiRISE, nos está ofreciendo imágenes espléndidas de este dinámico fenómeno, desde sus primeros indicios de cambios, pasando por las grietas que se producen en el terreno por acción del gas, la expansión del material oscuro, las avalanchas en dunas inicialmente cubiertas por el hielo y, finalmente, la desaparición de toda evidencia de lo ocurrido cuando la capa helada se desvanece. La llegada del Invierno, y con el temperaturas más bajas, reinicia el ciclo con la formación de una nueva capa de hielo carbónico.
Con 3 años marcianos completos (6 terrestres) observando Marte, los datos de la MRO están permitiendo dar forma a un cuadro cada vez más completo de estos procesos, aunque la misma velocidad con que ocurren hace que seguirlos sea todo un reto, por lo que solo ahora estamos entendiendo, de forma global, que ambos hemisferios nos están contando una historia parecida, la de un planeta cuya mejor época quizás ya forma parte del pasado pero que, pese a todo, se niega a morir por completo.
Los cambios extremos que se producen en las zonas polares cuando el hielo carbónico, formado durante lo más duro del Invierno, empieza lentamente a calentarse y sublimar (pasar de estado sólido a líquido), acumulando gas bajo la superficie.
Los efectos de estas erupciones de gas sobre un campo de dunas situado en el Polo Norte a lo largo del cambio de estación.
Una imágen interesante, ya que podemos ver no solo el material oscuro arrastrado hacia el exterior, sino también algunas manchas brillantes, que se formaron al condensar de nuevo el Co2 fruto de las condiciones térmicas externas que existían en ese momento.
La Mars Odyssey también nos ofrece una amplia variedad de formas relacionadas con estas erupciones de gas
La cámara MOC (Mars Observer Camera) de la Mars Global Surveyor captó lo que parecen Geisers en plena actividad.
¿Como describiríamos el aspecto que tiene nuestra estrella si (con la oportuna protección) pudieramos elevar nuestros ojos y fijarnos en ella? Básicamente que es una esfera luminosa sin apenas detallas, un rostro casi perfecto solo "estropeado" puntualmente por las manchas solares que de forma ocasional lo recorren, algo que no cambiaría mucho si lo hicieramos con un telescopio...ciertamente veríamos más cosas, como su burbujeante Fotoesfera y quizás, con suerte, seríamos testigos de alguna erupción, pero en general nos seguiría pareciendo un astro realativamente sencillo, la gran bola de luz y calor que nos ilumina día a día. Sin embargo el Sol tiene inumerables caras, cada una de ellas visible solo unas frecuencias concretas del espectro, cada una de ellas mostrando un aspecto particular pero que solo la observación de todas, ellas, en su conjunto, nos puede ofrecer una imágen completa que nos permita entender los mecanismos que riguen su actividad, como paso previo para anticiparse a sus manifestaciones más violentas, algo vital para una civilización moderna cada vez más dependiente, aunque muchas veces no nos demos cuenta, de la actividad espacial. Esta complejidad de facetas es la que hace que sea necesario un despliegue de medios notable y que actualmente encontremos diversos ingenios espaciales en órbita (Soho, las STEREO, Hinode, Solar Dynamics Observatory...) dedicados en exclusiva al estudio del Sol, a los que se añaden diversos observatorios terrestres también centrados en ello. Una estrella es algo demasiado complejo para conocerla en profundidad con un solo explorador, por mucho que solo se encuentre a poco más de 8 minutos-luz de La Tierra. El Solar Dynamic Observatory, el más potente de todos ellos, es un buen ejemplo de todo ello, y su instrumento AIA (Atmospheric Imaging Assembly) observa el Sol en 10 frecuencias del espectro, cada una de ellas ofreciendo datos únicos como podemos ver en la lista siguiente:
4.500 Ångströms (10-10 Metros): Permite estudiar la Fotosfera. 1.700: Desvelamos la Cromosfera, la capa situada justo por encima de la primera. 1.600: Tanto la Fotoesfera como las regiones de transición. 304: La luz emitida por la Cromosfera y zonas de transición. 171: Observamos la Corona y los arcos mangéticos que allí encontramos. 193: Las zonas ligeramente más calientes de esta y las llamaradas solares. 211: Las regiones más magnéticamente activas de la Corona. 335: Aproximadamente lo mismo que la anterior. 94: La Corona durante la aparición de llamaradas solares. 131: Las partes más calientes de una llamarada.
Todo esto y mucho más es el Sol, y es como los astrónomos lo estudian. Es un astro complejo, mucho más de lo que nos puede parecer al verlo brillar, aparentemente sin cambios y casi como algo fijo e invariable, en nuestro firmamento, y conocerlo realmente es una aventura de la que apenas estamos recorriendo las primeras etapas.
Los rostros del Sol que observa el SDO, tanto las 10 frecuencias de AIA como las del HMI (Helioseismic and Magnetic Imager), que se centra en los movimientos y propiedades del campo magnético en la superficie solar.
El Sol del telescopio SOHO, tanto en diversas frecuencias en el Ultravioleta (Extreme ultraviolet Imaging Telescope o EIT), actividad magnética (Michelson Doppler Imager o MDI) o actividad coronal ( Large Angle and Spectrometric COronagraph o LASCO).
El Sol de las STEREO, en ultravioleta lejano y lo que es más importante, en regiones invisibles desde la Tierra gracias a su posición orbital.
El Sol de Hinode, en este caso en Rayos-X, en este caso de una potente erupción solar. También tiene capacidad para obserarlo en diversas frecuencias del espectro Ultravioleta.
El telescopio espacial Herschel desvela las complejas estructuras que rodean esta supergigante roja y su probable impacto futuro contra un gigantesco muro de polvo. Forma parte de la constelación más famosa y conocida del firmamento terrestre, Orión, y dentro de ella, delimitando su parte superior, destaca por hermoso su color rojizo. Sin duda, junto con la azulada Rigel, en el extremo inferior, es la joya de la corona del "cazador" y cualquiera que pueda observar el cielo estrellado con ella presente no podrá evitar dirigir su mirada hacia ella. Es una compañera de la Humanidad desde que esta empezó a mirar al firmamento, parece que este destinada a permanecer siempre ahí, pero en realidad es la imágen de una larga agonía que algún día, puede que mañana, puede que en 1.000 años o puede que en 10.000, terminará súbitamente con la explosión de una SuperNova. Conocida como Betelgeuse, la 9ª estrella más brillante de la noche es una supergigante roja, un monstruo que se precipita ya hacia el final de su vida, consumida en apenas unos pocos millones de años debido a su propio tamaño, que la hizo arder con mayor intensidad y, con ello, agotar el Hidrógeno de su núcleo de forma acelerada. Su etapa estable quedá ya muy atrás en el tiempo y sus capas externas se han expandido tanto que, de estar situada en lugar del Sol abarcaría hasta la órbita de Saturno. Colosal pero, por eso mismo, muy tenue y con temperaturas de apenas 3.000 K, la mitad de la solar, lo que le dota de ese tono rojizo. Betelgeuse es una estrella caótica, tanto que después de décadas de observación apenas tenemos una idea muy general de su masa real, que se mueve entre 10 y 20 veces la del Sol, aunque si podemos calcular una edad bastante precisa, entre 10 y 12 millones de años, muy pocos se lo comparamos con la del Sol pero mucho para este tipo de astros, que viven rápido y mueren de forma espectacular. Pulsando frenéticamente como un corazón a punto de detenerse parece haber expulsado gran cantidad de material en diversas oleadas, parte de el pequeñas partículas de polvo, cuya condensación y formación es posible, precisamente, por el estado de extrema dilatación y enfriamiento de sus capas externas, pero seguimos sin conocer exactamente como funcionan los mecanismos detrás de esta pérdida de masa, algo que es vital aprender si queremos saber con mayor exactitud cuando se producirá la explosión final. El telescopio espacial Herschel, capaz de observar el Cosmos en el infrarrojo lejano,
se adentró recientemente en el espacio que rodea Betelgeuse, revelando como los vientos de la estrella chocan con el medio interestelar
circundante, creando una onda de choque a medida que la estrella se
mueve por el espacio, la existencia de una serie de arcos rotos y polvorientos en la dirección del movimiento, que nos revela su turbulenta historia de pérdida de masa, y finalmente una capa más interna con una pronunciada estructura
asimétrica, que podría tener su origen en eyecciones, en diferentes etapas temporales, de restos de polvo de glóbulos convectivos que se encuentran en las partes
externas de la atmósfera de la estrella. En resumen, un cuadro que podría permitir comprender mejor como, cuando y de que forma se producen estas expulsiones de material, clave en estas etapas finales de su vida. Mas misteriosa resulta la fascinante estructura lineal que vemos a la izquierda, inicalmente vista como los restos de una eyección producida en una fase anterior de la evolución estelar pero ahora, a tenor de estas nuevas imágenes, se considera que posiblemente estamos ante algo independiente, quizás un filamento lineal ligado al campo magnético de la galaxia, o puede que el
borde iluminado de una gran nube interestelar cercana que apenas podemos ver. Sea una cosa u otra, lo cierto es que Betelgeuse se dirige directamente a su encuentro a una velocidad de 30 Km/Segundo. Se estima que arcos exteriores chocarán con esta estructura dentro de unos 5.000 años, y que la propia estrella lo hará 12.500 años más tarde...eso, claro está, si su larga agonía no llega antes a su final y la que fue el rojo hombro derecho de Orión se convierta, durante varios meses, en un punto de luz tan intenso que quizás rivalice con el resplandor con la Luna llena y verse a pleno día, antes de apagarse y desaparecer para siempre en la oscuridad.
Herchel es el telescopio espacial más grande jamás lanzado, con una lente principal el doble de grande que la del Hubble, lanzado al espacio junto al observatorio Planck y diseñado para observar en el infrarrojo lejano. Este lanzamiento doble consituye una de los mayores éxitos de la Agencia Espacial Europea.
Betelgeuse conforma el hombro derecho de la constelación de Orión, la más brillante junto con Rigel y destacable por su color rojizo.
Su color se debe a su baja temperatura, que tiene su origen en lo extendido de sus capas externas, que llegarían hasta la órbita de Saturno de situarse en el centro del Sistema Solar.
Algún día, quizás mañana, quizas dentro de miles de años, Betelgeuse se convertirá en una SuperNova cuyo brillo podría ir desde el de la Luna creciente al de la Luna Llena. Si tendrá algún efecto medible en el medio ambiente terrestre aún no está claro. Betelgeuse se prepara para una colision
Curiosity encuentra nuevas y numerosas evidencias de la antigua presencia de abundante agua líquida en Gale. Están siendo unos días relativamente tranquilos, donde apenas se han realizado grandes movimientos desde la llegada a la compleja zona conocida como Yellowknife Bay y donde toda la atención se centra en el momento, que podría llegar en los próximos días, en que se de luz verde a la primera perforación del terreno en un punto ya seleccionado. Sin embargo Curiosity no deja nunca de explorar su entorno, y de este constante trabajo llegan ahora nuevos datos que confirman lo que el descubrimiento de señales de lo que parecía haber sido un antiguo río indicaba: El agua, en épocas pasadas, se movió en grandes cantidades por en interior de Gale, erosionando el terreno, modicando su orografía y alterando su química. Y es que en Yellowknife Bay, una zona de compleja geológia, tan variadas que hacia pensar en la acción de una fuerza externa que dió forma a su caótica forma actual, los potentes ojos de Curiosity han encontrado numerosas señales, desde sedimentos en forma de nódulos o esferas hasta fracturas en el terreno que parecen haber sido rellenados por un material blanquecino en el que ChemCam, con su sistema láser, pudo identificado Calcio, Azufre e Hidrógeno, lo que se esperaría detectar si dichas capas blancas estuvieran compuestas de Sulfato de Calcio Hidratado, también conocido como yeso. En la Tierra, la formación de algo parecido requiere agua que circule por las fracturas y en de temperaturas bajas a moderadas. Resulta interesante comprobar que estamos ante algo muy parecido, si es que no igual, a lo que encontró Opportunity a finales de 2011 en Endeavour, casi al otro lado del planeta, lo que daría fuerza a la idea de un antiguo clima marciano cálida y humeda a escala global, no fenómenos puntuales y en una escala regional regional. "Lo que estas venas llenas nos dicen es que el agua se movió y filtró a través de estas redes de fracturas en las rocas y minerales precipitan para formar el material blanco que ChemCam ha concluido que es, muy probablemente, Sulfato de Calcio, posiblemente hidratado en su origen. Esta es la primera vez en esta misión que hemos visto algo que no es sólo un ambiente acuoso, sinó también que es resultado de la precipitación de minerales, lo cual es muy atractivo para nosotros", explicó John Grotzinger, científico en jefe de la misión. El conjunto de todo lo visto indica un terreno que estuvo saturado de agua. Y precisamente por ello será aquí, y más concretamente en una zona llamada John Klein, llena de estas fracturas blanquecinas y otras señales de agua, como las esférulas sedimentarias, donde Curiosity realizará la primera perforación del terreno, aproximadamente de unos 5 Centímetros de profundidad, extrayendo muestras que serán entregadas a SAM y CheMin para su análisis, sin duda mucho más interesantes que los anteriores, en que por tratarse de material arenoso arrastrado por el viento y expuesto al duro ambiente exterior tenía un valor limitado. En este caso será material que procede el protegido interior de unas rocas donde el agua se filtró abundantemente, lo que la convierte en la primera realmente decisivas y que podrían determinar nuestra imágen del planeta rojo. El taladro de alta potencia situado en el extremo del brazo robótico es el único de los 10 instrumentos principales de Curiosity aún no utilizado, por lo que esta primera operación de perforación marcará un hito en esta misión, al ser la operación de ingeniería más compleja y dificil de todas las que puede realizar este vehículo, al mismo tiempo que la más transcendente en su misión. Por ello, buscando minimizar los riesgos, el equipo científico y técnico se están tomado su tiempo para asegurar todo el proceso, lo que explica que se esté retrasando tanto. Pero como ya dijeron en más de una ocasión, y más con un vehículo del que se esperan años de actividad, tendrían paciencia y habrían las cosas paso a paso.
Los próximos días y semanas se anuncian interesantes y promenten grandes noticias desde Gale.
Venas blancas, fracturas rellenas de lo que los datos señalan como Sulfato de Calcio Hidratado o Yeso, depositado por el fluir del agua, en una zona conocida como Sheepbed. Su parecido con lo observador por Opportunity es evidente.
La zona conocida como John Klein, la elegida para realizar las primeras perforaciones del terreno, con 3 puntos interesantes: A) Cuanta con una gran cantidad de crestas con aspecto de ser posibles venas B) Presenta una discontinuidad horizontal que podría esconder venas horizontales y C) Se observa un agujero que parece formado por la filtración de la arena dentro del sistema de fracturas.
Datos de ChemCam de dos puntos de Yellowknife Bay, donde se aprecia las altas concentraciones de Calcio y la evidente diferencia química con la roca basática, mostrada aquí como referencia en forma de gráficas de color negro.
Un mapa de los movimientos de Curiosity y em cambio en las propiedades térmicas del terreno una vez entró en Yellowknife Bay, lo que delata un evidente cambio en la composición química del terreno.
El paso de Curiosity por encima de algunas zonas potencialmente interesantes, en una auténtica operación de derribo, permitió sacar a la luz posibles concentraciones de Sulfato de Calcio como la que podemos ver en este fragmento de roca. Es evidente que Yellowknife Bay esconde muchos secretos y que Curiosity permanecerá en el durante bastante tiempo.
Las "operaciones de derribo" de Curiosity.
Los hallazgos de Curiosity ya fueron anticipados por Opportunity a finales de 2011, cuando encontró venas identificadas como Yeso en Cape York, Endeavour. Encontrar lo mismo en 2 puntos opuestos del planeta resulta interesante, al apoyar la idea de que las condiciones de calor y humedad fue una situación global. Watery Science ‘Jackpot’ Discovered by Curiosity
La NASA y la Agencia Espacial Europea confirman el acuerdo para la participación de esta última en la futura nave Orión. Fue, y en muchos sentidos sigue siendo, una de los proyectos espaciales con mayores problemas, complicaciones y cambios de diseño de los últimos tiempos, fallecida junto a programa Constelatión que la vio nacer y al cabo de un año devuelta a la vida bajo el nombre de MPCV (Multi-Purpose Crew Vehicle), enfrentada a las urgencias de una potencia espacial que se quedó sin programa tripulado propio con el fin de los Space Shuttle y que busca regresar a la primera línea en este terreno más allá de lo que la naciente carrera espacial privada, con la exitosa Space X al frente, pueda ofrecer. Orión sigue siendo, para la NASA, el futuro de la exploración humama, uno aún lleno de incertidumbres. Buscando reforzar este proyecto y como una forma de colaboración internacional que busca, o al menos esa parece la sensación, una mayor sensación de seguridad ante posibles cancelaciones al extender la responsabilidad entre diversas potencias, la NASA confirmó un total acuerdo con la ESA (Agencia espacial Europea) para que esta última entre a participar en Orión, y no secundaria sino asumiendo la construcción del módulo de servicio, una parte vital sin la cual este proyecto sería imposible y que hasta ahora, lo que no deja de ser algo sorprendente, la agencia norteamericana aún no había afrontado. La ESA no empezará de 0, ya que utilizará como base un vehículo espacial ya probada y en servicio, las ATV (Vehículos Automatizados de Transferencia), la 4ª de las cuales, la Albert Einstein, ya está siendo preparada en Kourou, Guayana Francesa, para su lanzamiento, previsto a mediados de esta año. De esta manera la tecnología desarrollada para estos vehículos autónomos dará el salto hacia metas más ambiciosas, los vuelos tripulados tanto a la órbita terrestre como a La Luna y asteroides cercanos, proporcionando propulsión, potencia eléctrica y control térmico, almacenando las reservas de aire y agua para los astronautas. Con la entrada de Europa la nave Orión está más cerca de ser una realidad, dependiendo ya todo de la construccion del cohete gigante SLS, el único lanzador con suficiente potencia para lanzarla, aunque antes, en 2014, y en este caso únicamente la cápsula propiamente dicha, se realizara un primer vuelo de prueba, el EFT-1 (Exploration Flight Test 1), y no será hasta 2017 y con el SLS en servicio, que el módulo de la ESA entrará en juego como parte de las misiones EM-1 y EM-2 (tripulada) a la Luna.
Con este acuerdo el proyecto Orión de la NASA adquiere un nuevo impulso, mientras que para la ESA significa un respaldo a su tecnología espacial y, en especial, de sus ATV, al convertirse en una pieza clave de esta nave. Igualmente implica recuperar la colaboración y confianza entre ambas, que el problemático abandono por parte de la Agencia Norteamericana de la misión Exo-Mars había dañado.
Las futuras misiones EM-1 y EM-2, con el módulo de servicio europeo incorporado.
El colosal SLS (Space Launch System), actualmente en pleno desarrollo, es la clave para que Orión puede convertirse en la nave tripulada de los EEUU capaz de alcanzar La Luna y más allá.