lunes, abril 16, 2012

Luces desde Urano

El Hubble observa por primera vez auroras en este lejano planeta.

Es un planeta extraño, casi un completo desconocido que solo ha recibido la visita de una única sonda espacial, la Voyager 2, que a principios de 1986 nos ofreció la primera y única ocasión de estudiarlo de cerca, y que pese a ser el tercero en tamaño del Sistema Solar tras Júpiter y Saturno no fue descubierto hasta el 13 de Marzo de 1781 por William Herschel. Un mundo azulado que ante los telescopios terrestres, e incluso ante las cámaras de esa sonda, parece una esfera sin apenas detalles superficiales, rodeado de unos tenues anillos y provisto de sistema de 27 satélites conocidas, entre ellas la "bizarra" luna Miranda.

Pero si en algo destaca Urano es por la inclinación de su eje de rotación, que con sus 97,77° implica que el planeta gira alrededor del Sol literalmente tumbado sobre el plano de la elíptica, con los anillos actuando como si fueran las ruedas de un inmenso vehículo planetario. Eso solo, de por si, ya resulta sorprendente, único en el Sistema Solar...pero aún hay más. Y es que su campo magnético no comparte dicha inclinación, siendo solo de 59°, por lo que, si pudiéramos verlo presentaría una forma en espiral, resarciéndose sobre si mismo a medida que el planeta va rotando. Con los polos geográficos y magnéticos tan lejos unos de otros nada puede ser normal en Urano, o al menos lo que nosotros, en La Tierra, consideramos como tal. Como es el caso de las Auroras.

Vistas por última vez por las cámaras de las Voyager 2 en 1986, no sería hasta 2011 cuando el telescopio espacial Hubble captó de nuevo la presencia de Auroras en Urano, la primera vez que fueron vistas desde La Tierra. Tenues, de corta vida y con apariencia a pequeñas esferas luminosas, resultan ciertamente muy diferentes a como las vemos en nuestro planeta, cuando la llegada de tormentas solares cubren los cielos de las latitudes altas de brillantes cortinas de luz y color. Y también muy diferentes a como las observó la propia Voyager, lo que nos recuerda nuevamente las extrañas condiciones que reinan en ese planeta.

Y es que las cosas han cambiado en estos 25 años. En 1986 Urano se encontraba en el Solsticio, con su eje de rotación apuntando hacia el Sol, por lo que el eje del campo magnético se extendía formando un ángulo notable con respecto al viento solar (tal como por ocurre en La Tierra) mientras que actualmente la situación es opuesta, con el eje del planeta perpendicular a este último, y los polos magnéticos apuntando casi directamente hacia el Sol. Con la pequeña diferencia de que, al estar situados en latitudes tan bajas, se desplazan a medida que el planeta gira sobre si mismo, por lo que su situación cambia a lo largo de las algo más de 17 Horas que dura el día en Urano.

El resultado, como vemos en las fotografías superiores, son estas pequeñas y extrañas Auroras, pequeñas esferas de luz, que además parece cambiar su posición según el día. Aunque en realidad es el planeta el que está rotando, arrastrando con el al polo magnético donde se produce la interacción con las partículas cargadas del viento solar.

Estas observaciones no son casuales. Con La Tierra, Júpiter y Urano alineados, las tormentas solares que se produjeron a mediados de Septiembre de 2011 ofrecieron una oportunidad perfecta para observar como estas interactuaban con las magnetosfera de los tres mundos. Así, la misma ola de partículas cargadas pasaron por nuestro planeta 2-3 días después, mientras que alcanzaron Júpiter al cabo de dos semanas y Urano a mediados de Noviembre.

A diferencia de los dos primeros, pero, seguimos sabiendo muy poco del campo magnético de Urano, que presenta diferencias notables con respecto al de otros planetas. El porqué de la inusual diferencia de inclinación con respecto al eje de rotación y que no parezca estar centrado, sino que muestra mayor intensidad en un lado del planeta que no en otro, sigue siendo un enigma. Algunos científicos creen que esta generado por un océano salado que existe en el interior del planeta.

El poder observar de nuevo Auroras en este planeta ayudará en el intento de comprender mejor el origen y funcionamiento de un campo magnético tan extraño. Casi tanto como el planeta al cual pertenece.

Al moverse alrededor del Sol con el eje "tumbado" sobre el plano de la elíptica Urano tiene posiblemente uno de los climas más extraños del Sistema Solar. Y con ello también su campo magnético.

Voyager 2 realizó el tercero de sus cuatro encuentros planetarios el 24 de Enero de 1986, cuando paso cerca de Urano. Sería esta la primera y última vez que un vehículo explorador pasó cerca de este planeta, que sigue siendo uno de los grandes desconocidos del Sistema Solar.

Mirando, la luna absurda, aparentemente fruto de su destrucción y posterior reunión de los restos tras uno o varios impactos. En todo caso un lugar que se merecería una nueva visita, como el propio Urano.

Uranus auroras glimpsed from Earth

4 comentarios:

  1. ¿Alguien conoce la existencia de algún proyecto futuro para la exploración de Urano y Neptuno?

    Gracias.

    ResponderEliminar
  2. No, había alguna idea, pero no paso de eso...Urano y Neptuno permanecerán sin ser explorados durante mucho, mucho tiempo, me temo.

    ResponderEliminar
  3. Lamento mucho oir eso Tokaidin... aunque no me sorprendre viendo cómo está el panorama.

    ¿Crees probable que países emergentes en el ámbito de la exploración espacial, como China, con el tiempo puedan suscitar interés por explorar éstos planetas?

    Puede que la "primicia científica" les lleve a adentrarse en estos mundos, al fin y al cabo hay tantas cosas por estudiar que con una misión del tipo Cassini en Urano conseguirían ser los primeros en obtener datos y observaciones de gran valor para la comunidad científica, aumentando así su prestigio en este campo. No se... puede que no sea una idea tan descabellada!

    Saludos!

    ResponderEliminar
  4. Teniendo en cuenta que actualmente Rusia no tiene capacidad para ir más allá de La Luna (como se vió con la desastrosa Phobos-grunt) y que China aun debe desarrollar un sistema de impulsión capaz de lograrlo (por algo su sonda marciana esaba de "polizón" en esa sonda) yo no confiaría en ellos para lograr nada importante, al menos en un futuro a corto y medio plazo.

    A largo plano? Quién sabe, pero creo que sus objetivos serían los mismos, Marte, Venus y quizás Júpiter y Saturno. Urano y Neptuno deberán esperar muchas décadas.

    La NASA sigue a años luz por delante en este campo pese a todo, lo que hace que los recortes sufridos en su programa planetario sea aún mas lamentable.

    ResponderEliminar