sábado, enero 11, 2020

Monstruos fugaces

Más misterio a uno de los fenómenos más extraños del Universo.

Se las conoce como FRB (ráfagas rápidas de radio), y desde su descubrimiento en 2007 no dejan de romper moldes y confundirnos una y otra vez. Como su nombre indica, son destellos de radio increíblemente fugaces, normalmente de unas centésimas de segundo de duración, pero que tiene una energía asombrosa, equivalente a la que el Sol puede emitir en cientos de años, y pese a toda su magnitud siguen escapando a una explicación definitiva. Más bien al contrario, ya que parecen proceder de todos lados, de diversos ambientes, y aunque la inmensa mayoría son puntuales, al menos se conoce casos donde se repite de forma constante.

Este último caso, que permitió trazar el origen hasta una pequeña galaxia enana situada a unos 3.000 millones de años luz, donde tenía residencia una fuente de radio persistente, quizás una nebulosa, lo que parecía dar una pista, sino de su origen, si del ambiente donde podrían generarse. Otras tres, no repetitivas, también consiguieron ser rastreadas, en este caso gracias a que en su viaje estas emisiones alteran la materia con la que interacciona, dejando un rastro identificable que nos llevó a galaxias masivas. Un "camino de baldosas amarillas" para los astrónomos.

¿La pista correcta? Podemos precisar el ambiente donde nacen? No según FRB 180916.J0158+65, otra de estas ráfagas de radio repetitivas que se conocen desde tiempo reciente, y de cuyo origen el observatorio CHIME acaba de sacar a la luz. Y no coincide en nada con lo que vimos en el caso anterior. En este caso la fuente esta en una galaxia parecida a la Vía Láctea, situada relativamente cerca a escala cósmica (unos 500 millones de años luz), y lo que resulta más desconcertante para los científicos, no parece coincidir con una fuente de radio previa. En realidad sus parámetros no coinciden con ninguna conocida, ni respetiva ni puntual. Todo intento de acotar los ambientes donde nacen salta de nuevo por los aires.

Las ráfagas de radio, tan poderosas como fugaces, siguen retumbando en la bóveda celesta, esquivas a los esfuerzos de los astrónomos para entenderlas. Puede que tengan un origen común, quizás tiene diversas fuentes, o pueden que sea algo que no podemos ni imaginar hoy día. La caza de estos monstruos difusos y esquivos continua.

El punto de origen de esta FRB, una galaxia parecida a la Vía Láctea, donde no se ha detectado ninguna fuente de radio previa.

Origin of Deep-Space Radio Flash Discovered, and It's Unlike Anything Astronomers Have Ever Seen

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