martes, mayo 21, 2019

Fortuna lunar

Yutu 2 encuentra las primeras muestras de material procedentes del manto lunar.

Todo misión interplanetaria necesita su pequeña dosis de fortuna, ese pequeño empujón extra del destino que le permita alcanzar plenamente sus objetivos, complementando así el titánico esfuerzo realizado por su equipo humano. Un dicho popular señala que la suerte hay que buscarla, y eso es una certeza en la exploración de otros mundos. Hay que llegar hasta donde sea humanamente posible, acertar en todas las maniobras necesarias, así como en el lugar elegido, para así tener la fortuna de encontrar lo que se está buscando.

La Chang'e-4 jugó esta carta y accedió al gran premio, material procedente del manto lunar, lo que era el objetivo clave por lo cual se dirigió a esta zona de la cara oculta. La gran cuenca Akiten, con sus más de 2000 kilómetros de diámetro y 13 de profundidad con respecto al nivel medio de la superficie lunar, era una clara puerta para intentar alcanzar los misterios del interior de la Luna. Pero no todo tan sencillo, ya que se debía alunizar, por razones de seguridad, en una superficie plana, una llanura, pero estas suelen estar cubiertas de basalto. Es decir, se alunizó sin saber realmente si se podría alcanzar algún punto donde el material del manto fuera accesible.

Y es aquí donde la necesaria dosis de suerte hizo acto de presencia. Usando los datos obtenidos por el espectrómetro visible e infrarrojo instalado en Yutu-2, un equipo de investigación dirigido por Li Chunlai, encontró que el área de aterrizaje estaba dominada por la presencia de olivino y piroxeno bajo en calcio, además de una pequeña cantidad de piroxeno de alto contenido en calcio, que es probable que procedan del manto y que difiere claramente de la composición habitual del suelo lunar. "Los datos, a diferencia de los obtenidos por Yutu en el lado cercano, nos dieron una agradable sorpresa".

¿Cómo llegó esa material a la superficie, teniendo en cuenta la falta de actividad tectónica a gran escala? La respuesta, después de examinar imágenes en alta resolución y datos espectrales, es que su origen está en un gran cráter de unos 72 kilómetros de diámetro llamado Finsen. En resumen, el impactó que lo formó lanzó por los aires una gran cantidad de materia, parte del cual cayó sobre el cráter Von Karman. Es decir, la Chang´e-4 alunizó por pura suerte sobre la zona de eyección del primero, que además, al estar en esta región tan cerca de la superficie, expulsó al exterior parte del manto. Un golpe de fortuna, ya que de lo necesario quién sabe cuanto habría tenido que recorrer Yutu 2 para encontrar algo parecido, si es que lo encontraba en absoluto.

Evidentemente existen un cierto grado de duda, y serán necesarios nuevos análisis. Y, por supuesto, nada superara la precisión que se pude obtener de unas muestras directamente llevadas a la Tierra, donde los grandes laboratorios disponen de mucha más capacidad de análisis y instrumentos. A lo que se añade el hecho de que el propio Yutu 2 se encuentra a solo dos kilómetros del límite de la zona de eyección, lo que significa que alcanzará una región donde domina en basalto, lo habitual en estas llanuras, y por tanto podrá obtener datos que sirvan para compararlo con estos últimos y sacar conclusiones.

El primer viaje a la cara oculta de La Luna empieza a dar sus frutos, ya que si realmente estamos ante material del manto lunar, implicaría acceder a pistas hasta ahora inalcanzables sobre su origen y evolución. La razón mismo de esta extraordinario viaje al otro lado.

La Chang´e 4, marcada con dos flechas, vista por la Lunar Reconnaissance Orbiter. Situada dentro del cráter Von Karman, que parece haber recibido una lluvia de materia del manto procedente de la formación del cercano cráter Finsen.

China Focus: Chinese lunar rover's "lucky" find could unlock secrets of moon

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