jueves, noviembre 01, 2018

Cuando llega la noche

La sonda Dawn se despide de nosotros una vez agotado su combustible.

Estas últimas horas han sido momentos de despedida, de ver un Sistema Solar más vacío que antes, de cierta tristeza, pero también de celebración, de objetivos cumplidos y de promesas de nuevos descubrimientos gracias al enorme botín de datos e imágenes acumuladas. Primero fue Kepler, cuya actividad se dio por concluida después de haber ido mucho más allá de lo previsto originalmente y acumular miles de exoplanetas descubiertos. Y ahora es la sonda que abrió las puertas al Cinturón de Asteroides, la primera en visitar y orbitar diversos mundos, y que nos desveló la complejidad que en ellos se escondía, la que también nos abandona.

Fue el pasado 31 de Ocubre cuando el temido silencio se hizo realidad. Dawn no hizo acto de presencia en las sesiones de comunicación con las antenas de la Deep Space Network, tal como hacia siempre para descargar los datos reunidos y recibir comandos, y nuevamente no se tuvo rastro de ella el día siguiente. Después de que el equipo de vuelo eliminó otras posibles causas, la conclusión inevitable es que la sonda se había quedado finalmente se quedó sin hidrazina, el combustible que le permitía mantenerse correctamente orientada, y por tanto incapaz de apuntar su antena hacia la Tierra y sus paneles solares hacia el Sol. Se esperaba que ocurriera, así que no fue una sorpresa, pero no por ello fue un momento menos triste. Y al mismo tiempo teñido también de alegría

"Hoy celebramos el final de nuestra misión Dawn: Sus increíbles logros técnicos, la vital ciencia que nos dio y todo el equipo que permitió a la sonda hacer estos descubrimientos", explicó Thomas Zurbuchen, administrador de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA en Washington."Las asombrosas imágenes y datos que recopiló de Vesta y Ceres son fundamentales para comprender la historia y la evolución de nuestro Sistema Solar". Y no le falta razón.

Dawn se lanzó en 2007 en un viaje que alcanzó finalmente los 6900 millones de kilómetros. Propulsada por motores iónicos, llegó a Vesta en 2011, el segundo mundo más grande en el Cinturón de Asteroides, convirtiéndose en la primera en orbitar un cuerpo perteneciente a esta poco explorada región del Sistema Solar. Después de cumplir todos sus objetivos, se desligo de su abrazo gravitatorio y se dirigió al encuentro de Ceres, el mayor de los habitantes, considerado un planeta enano, al que entró en órbita en 2015, siendo así la primera sonda que había sido capaz de orbitar dos mundos diferentes. Un logro espectacular."El hecho de que el marco de la placa de mi coche proclame 'Mi otro vehículo está en el cinturón principal de asteroides' muestra el orgullo que siento por Dawn", dijo el Director de la Misión y el Ingeniero Jefe Marc Rayman."Las exigencias que le pusimos fueron tremendas, pero siempre se enfrentó al desafío. Es difícil decir adiós a esta increíble nave espacial, pero es hora de hacerlo".

Los datos de Dawn permitieron a los científicos comparar dos mundos similares a los planetas pero que evolucionaron de manera muy diferente. Entre sus logros, Dawn demostró cuan importante era la ubicación de la forma en que se formaban y evolucionaban los objetos en el sistema solar temprano. También reforzó la idea de que los planetas enanos podrían haber albergado océanos a lo largo de una parte significativa de su historia, y potencialmente todavía lo hacen."En muchos sentidos, el legado de Dawn apenas está comenzando", explica la investigadora principal Carol Raymond en JPL."Los conjuntos de datos serán explorados profundamente por los científicos, que trabajarán en ellos para entender cómo los planetas crecen y se diferencian, y cuándo y dónde podría haberse formado la vida en nuestro sistema solar. Ceres y Vesta también son importantes para el estudio de sistemas planetarios distantes, ya que proporcionan un vistazo a las condiciones que pueden existir alrededor de las estrellas jóvenes". 

Aunque Dawn ya dejó de funcionar, la sonda propiamente dicha sobrevivirá durante décadas en órbita alrededor de Ceres. Y es que a diferencia de Cassini y su final entre las llamas, no hay una atmósfera donde lanzarla para que se incinere, por lo que la alternativa fue "aparcarla" en una órbita estable, convirtiéndose en una pequeña y metálica luna para este planeta enano. Y desde allí estuvo trabajando hasta el último segundo. Murió al pié del cañón. Un final digno de tal maravillosa aventura.


Viaje a los mundos del Cinturón de Asteroides.

Hasta siempre, Dawn!!!

NASA's Dawn Mission to Asteroid Belt Comes to End

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