viernes, octubre 05, 2018

Una vida brillante y fugaz

MASCOT completa su misión en el asteroide Ryugu.

Era una aventura fugaz, ya que al carecer de sistema alguno para generar energía dependía totalmente de lo que durara su batería interna. Por ello fue una carrera contrareloj, buscando acumular la máxima información posible en el tiempo disponible y enviarla a la Hayabusa 2, que se mantuvo a unos pocos kilómetros por encima de la superficie. Y así fue. Duerme ya para siempre en ese pequeño asteroide, y su legado promete ser más que valioso, aunque para eso deberemos esperar un poco, el tiempo que tarde la Agencia Espacial Alemana, a quién pertenecía este vehículo, en analizarlo al completo.

A la 01:58 GMT del pasado 3 de Octubre, MASCOT se separaba de la Hayabusa 2, iniciando el descenso hacia Ryugu. 20 minutos después entraba en contacto con la superficie, y por lo que se sabe ahora, terminó en una posición bastante mala, cabeza abajo, hasta el punto que los datos de temperatura no eran del asteroide, sino que los sensores estaban mirando hacia el exterior. Nada preocupante, ya que estaba diseñado para que cayera como cayera fuera capaz de ponerse en posición, aunque al ser la peor posible ciertamente retrasó un poco el inicio de las operaciones."Después de un primer salto de reorientación automático, terminó en una posición desfavorable. Con otra maniobra de salto manual, pudimos colocarlo en otra posición favorable, gracias al el brazo oscilante controlado con mucha precisión", explicó el gerente de operaciones de la misión, Christian Krause.

La buena noticia es que el gasto de energía, una vez todos los instrumentos plenamente activos, fue algo menor de lo esperado, por lo que pudo extenderse un poco más la duración de la misión, hasta las 17 horas, más de las previstas, y que permitió incluso realizar un salto más, la forma en que se desplazó a varios lugares del asteroide. Entre los primeros datos ya filtrados, está la confirmación de que Ryugu es muy rica en compuestos orgánicos. Esperemos que a lo largo de los próximos días todo el caudal de datos que envió a Hayabusa 2 y que está nos está transmitiendo. Entre ellos datos de composición, magnética y de temperatura, además de un total de 120 imágenes. De momento solo se han publicado unas pocas, que corresponden a los minutos de descenso.

En total pudo el asteroide durante 3 de sus días, cada uno de los cuales equivale a 7 horas y 36 minutos, y poner a trabajar su equipo de instrumentos (cámara, radiómetro, magnetómetro y espectrómetro) a pleno rendimiento, por lo que se cumplieron ampliamente los objetivos. MASCOT descansa ya en Ryugu, junto con las dos Minerva, que aún están activas, y pronto de Minerva 2, que espera su turno. Cuando Hayabusa 2 inicie el regreso a la Tierra, y por tanto se corten las comunicaciones con todos ellos, lo acompañarán en su sueño eterno.

Una de las imágenes enviadas durante el descenso, con la sombra de la propia MASCOT visible en la parte superior derecha.

Otras de las imágenes ya publicadas, también durante el descenso.
 
Los mismos momentos vistos por Hayabusa 2, con MASCOT apareciendo en la parte superior de la imagen.

Minutos después, la cámara de navegación de Hayabusa captó su propia sombra, así como la que proyectaba MASCOT, aún en descenso.

Una de las primeras que se han podido ver desde la propia superficie. 

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