Recuperando la cubierta protectora después de un lanzamiento.
Space X nos tiene acostumbrados a lo inesperado, y especialmente a su capacidad de convertir sus proyectos en realidad. Ya nos sorprendió con el simple hecho de que una empresa privada quisiera dotarse de sus propios cohetes lanzaderas, lo hizo de nuevo cuando prometió y logró que fueran capaces de regresar a tierra y aterrizar de forma controlada, y más recientemente vimos su modelo más pesado, que supera ampliamente las capacidades de cualquier otro actualmente en servicio activo, algo que no deja de ser extraordinario cuando más uno piensa en ella. Y ahora lo hace de nuevo, con algo quizás no tan espectacular, pero de una importancia nada desdeñable.
Todos sabemos que la columna central de los proyectos de Space X es lograr reducir al máximo los costos de un lanzamiento, hacer el alcanzar el espacio, en definitiva, algo más accesible. Y para ello la clave es la reutilización, de que un cohete lanzadera pueda ser utilizado en numerosas ocasiones, en lugar de ser el "usar y tirar" habitual. O al menos la mayor parte de sus elementos. Y eso puede abarcar incluso algo tan aparentemente secundario como el carenado, la "cápsula" que protege a la carga durante los primeros minutos del vuelo, cuando aún esta cruzando la atmósfera a velocidades supersónicas. ¿Vale el esfuerzo intentar recuperarla? Cada uno cuesta unos 6 millones de dólares, así que la respuesta es evidente.
Fue en el lanzamiento del satélite PAZ, a finales de Febrero, cuando se hizo la primera prueba de lo que no deja de ser una maniobra complicada, ya que las dos secciones que lo conforman se precipitaron de regreso a tierra a velocidades supersónicas, por lo que debían estar equipadas de su propios propulsores y un sistema de guía que las llevara hasta el punto de recogida, en este caso un barco especialmente preparado para ello un barco conocido como Mr. Steven. La parte final del viaje se debía realizar con paracaídas especialmente diseñados para sostener una carga de tal tamaño y forma. Fue un éxito parcial, pero demostró que la cosa iba en serio.
Con el lanzamiento del telescopio TESS se puso de nuevo a prueba dicha tecnología, aunque esta vez sin intentar un aterrizaje en el Steven, ya que el lanzamiento se produjo en la costa Este, desde Cabo Cañaveral, y no desde la base de Vandenberg en California, en la costa Oeste, donde tiene su base dicho barco, pero todo lo demás aparentemente funcionó tal como estaba previsto, y nos ofreció la imagen de una de las mitades del carenado descendiendo sobre las aguas, iluminado por las luces del atardecer.
Realmente hermosa, y todo un símbolo del espíritu que está impulsando a Space X a ir siempre un paso más allá.
Un Carenado al atardecer.
Durante el lanzamiento del satélite PAZ, se hizo el primer intento de recuperación, con el barco Steven desplegado para intentar cazarlos al vuelo. Esto último no fue posible, pero si que al menos una de ella amerizó suavemente en el Atlántico.
See a SpaceX Rocket Fairing Glide Back to Earth in This Awesome Photo
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