miércoles, noviembre 29, 2017

Razones para La Luna

¿Que está impulsado esta nueva carrera lunar?

Que nuestro satélite estuvo décadas abandonado a su suerte una vez concluidas las misiones Apolo de la NASA y la de los diversos rovers soviéticos es una triste evidencia. Como también los motivos de tal abandono. Todo se movió bajo el impulso de una competencia feroz, una traslación de la Guerra Fría al espacio, el objetivo era llegar antes que el otro, sin planes reales de que se podía hacer posteriormente, ambos contendientes pusieron en juego unos recursos económicos que las actuales agencias apenas pueden soñar, y finalmente no había una razón evidente para permanecer en ella, desconociendo como se desconocía la existencia de reservas de agua y de elementos explotables potencialmente valiosos. En cierta forma fue una carrera artificial, alimentada más por la política que por la ciencia, y que nos llevo hasta La Luna demasiado pronto.

Hoy día las cosas han cambiado. Una nueva ola de exploradores lunares están haciendo acto de presencia, pero esta vez no son los EEUU ni la actual Rusia la que llevan la antorcha. Son por el contrario nueva potencias, especialmente China, La India o Corea del Sur, así como otras que intentan recuperar el terreno perdido, como Japón, las que nos están llevando de regreso. Incluso la NASA parece estar reactivando su interés con el proyecto de una estación espacial lunar en colaboración con su antiguo (y hasta cierto punto también actual) rival, Rusia. Por no hablar de una serie de iniciativas privadas que pueden dar sorpresas en el futuro.

La pregunta es evidente: ¿Por qué? Que está impulsado a estos recién llegados, cuales son los motivos que hace que tal esfuerzo valga la pena? Marc Norman, de la Universidad Nacional Australiana, nos ofrece una serie de motivos nos permiten entenderlo un poco mejor.

1) Innovación: Para las potencias emergentes la exploración espacial es una herramienta clave para su desarrollo, ya que una carrera espacial viable necesita de un ingente esfuerzo en todos los campos de la ciencia y la tecnología, además de generar puestos de trabajo y numerosas innovaciones técnicas. Y sus frutos, a la larga, siempre termina aplicándose en otros campos de la sociedad. Una asociación que muchos en Occidente quizás no terminan de realizar, pero que parece clara para los dirigentes de todas estas naciones.


2) Orgullo: Tampoco hay que olvidar, especialmente para China y La India, el orgullo nacional que estos logros imprimen en la población, especialmente cuando recuerdan que hasta no hace tanto vivieron bajo el dominio y explotación de los mismos países que ahora tiene la sensación que están superando.

3) Economía y geopolítica: Tiempos pasados son aquellos en que se veía a La Luna como un páramo reseco y sin demasiado interés. Hoy día existen incentivos para querer establecerse en ella, y esta vez de forma definitiva. Por ejemplo, el helio-3 (un isótopo del elemento helio) abunda en ella y es raro en nuestro planeta, siendo extremadamente valioso dado que es clave para la fusión nuclear, la siempre soñada (y que nunca termina de llegar) fuente de energía que algún día sea pieza fundamental para nuestro mundo. China, en particular, ha manifestado un gran interés por el. Igualmente la carrera lunar, además de competencia por superar a sus adversarios geoestratégicos, también genera colaboración, como el reciente acuerdo entre Japón y La India para una misión lunar conjunta.

4) Cerca: Un argumento tan sencillo como evidente. Siendo el cuerpo celeste más cercano a nosotros es por ello el más asequible, tanto por la corta distancia como por el hecho que el leve retraso en las comunicaciones hace posible un control directo de las operaciones, lo que simplifica enormemente las operaciones.

5) Nuevos hallazgos: La Luna no deja de dar sorpresas, en algunos casos con elementos que incentivan y facilitan el regreso.La sonda japonesa Selene y  la India Chandrayaan-1 descubrieron nuevas distribuciones de minerales lunares y sondearon regiones con recursos potenciales. Aún más valioso ha sido confirmar la presencia de agua helada y otros compuestos orgánicos en las regiones polares que nunca ve la luz del Sol. De estar presente en cantidades suficientes, el agua helada podría ser utilizada como un recurso para la generación de combustible o para facilitar los asentamientos humanos.

6) Aprendiendo sobre La Tierra: Antes de las misiones Apolo, se pensaba que los planetas se formaban durante largos períodos de tiempo tras una lenta y casi tranquila aglomeración de partículas de polvo. Las rocas lunares traídas cambiaron esa idea de un día para otro. Ahora sabemos que las colisiones entre planetas eran algo normal y que una colisión de un planeta del tamaño de Marte con la Tierra probablemente formó La Luna. También hemos aprendido que existieron diversas oleadas de grandes impactos, que se relaciona ahora con desplazamientos en las órbitas de Júpiter y Saturno durante sus primeros tiempos, superando la idea de un Sistema Solar donde todo se formó donde está ahora.

Razones estas que, en su conjunto, permiten tener una idea más clara de lo que está impulsando este renacido interés por La Luna, a todas luces con unos pilares más sólidos que la aventura de finales de los 60 del siglo pasado, donde todo se centraba en dos potencias y en su rivalidad por llegar antes y apuntarse un éxito propagandístico, algo poderoso pero de corta vida, como así ocurrió.

China y La India lideran ahora mismo la actual carrera por La Luna, especialmente la primera, que parece determinada a ello. Por detrás otros, como Japón, Corea y Europa intentan también seguir la estela, mientras que los EEUU y Rusia parecen querer superar sus diferencias, aunque solo sea en este aspecto, con un proyecto de estación lunar conjunta.  

Five reasons India, China and other nations plan to travel to the Moon

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